LA NOCHE QUE EL MAR LLORO

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Todo pasa por algo el miedo es fundamental para entender muchas cosas que nos rodean, desde la evolución le hemos tenido miedo a todo, a la oscuridad y más que nada al no saber qué es lo que hay en donde nuestros ojos no pueden ver.

Una noche otoñal fría y cálida, cerca de esa bahía donde el invierno tocaba con sus gélidas manos la arena, una niña buscaba conchas de mar, inmersas en su búsqueda ignoro como la luz se escapaba para dar paso a la luz de la noche, para dejar ver a la oscuridad, una inocencia a la orilla de un mar otoñal un mar con crueldad que mira a la niña danzar, por la bahía en paz.

Cada persona tiene el don de juzgar, pero pocos son los que son juzgados con verdad.

El mar era preso a las órdenes de la noche, de día era uno de noche era otro, era un caballero danzante un ser de frio y calor, con sus agua sanaba el mal, así como con sus altas olas mataba sin piedad, esa noche en especial, el mar se puso a llorar pues no podía a tocar a la niña sin lastimarla, quería ser el quien protegiera su inocencia aunque tuvo miedo de perder así su razón, le rezo a la luna para poder, por una noche salir y jugar con el pequeño ser y así poder tocar su luz en esa oscuridad, la luna a ver su llanto tuvo compasión, pero sabía que si lo soltaba, no solo para querer estar cerca de esa niña,asi eso también lo llevaría a destruir lo que quería alcanzar ya que después de todo era el mar de amor y destrucción, aquel que tenía la fuerza para acabar con toda una nación.

La niña camino descalza mirando hacia la orilla del mar, veía el agua brillar bajo los rayos oscuros de la luna, sonrió gentil hacia el mar en sus ojos, la bondad y la inocencia eran luz , parecida a un mar en calma, su cuerpo parecía brisa fresca conforme se movía y sus movimientos poesía pura, el mar estaba encanto por tan bello espectáculo que empezó a agitar sus olas rogando entre lágrimas a la luna que lo dejase tocar a esa belleza, a esa pureza con la que estaba cautivado.

Estar enamorado es un arma de doble filo, puedes ser correspondido o no, y realmente no sé cuál de las dos es peor.

El mar podría llorar y llorara así llenaría sus olas, alcanza poco a poco a la niña, pero entre más se acercaba más miedo daría a esa criatura de paz.

-Saeko-

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