— ¿Recuerdas cuando te conté que había mandado a la mierda a un desconocido por mensaje de texto? — Taehyung se rascó la cabeza tratando de recordar.
— Uhm... no, pero ¿qué hay con eso?
— Es que...
— ¿De qué hablan? — Jungkook llegó a interrumpirlos y robando toda la atención de Taehyung en un beso como si no se hubiesen visto en días, aunque solo habían pasado un par de horas.
— Nada — Yoongi se levantó y entró en la casa. Se sentía deprimido, no es que estuviera celoso de Jungkook, pero desde que había aparecido, para Taehyung nadie era más importante que el chico de dientes grandes y él era feliz por su amigo, realmente lo era. Solo que a veces le gustaría tener a alguien especial, con quien pasar el rato. Incluso el número desconocido con quien se mandaba mensajes tenía una persona especial en su vida. ¿Qué había de malo en él?
— Hijo, ¿te encuentras bien? — preguntó Haneul al verlo entrar en la cocina.
— Sí mamá, es solo que...
— ¿Qué sucede cariño? — tomó asiento junto a él.
— No lo sé mamá... — Yoongi se quedó mirando por la ventana a sus amigos. Haneul al notar hacia donde estaba dirigida la mirada de su hijo, frunció el ceño.
— Bebé, — llamó la atención del pelinegro — Jungkook no va a quitarte a tu mejor amigo.
— No es eso mamá — se levantó de su asiento, soltando el brazo de su madre que lo sujetaba — Es que míralos — señaló con su mano hacia la ventana — Todo empalagosos, Taehyung no era así.
— ¿Y qué tiene de malo eso? — Haneul le dedicó una tierna sonrisa — Con tu papá, éramos igual o peores que ellos — se sonrojó al recordar su adolescencia.
— ¡Mamá! No quiero saber esas cosas... — gruñó
— Ya te pasará, bebé — Haneul se levantó para acercarse a su hijo — Más temprano que tarde. Tu alma gemela debe estar buscándote.
— ¡No quiero hablar de ese tema!
— Ayer en el supermercado... — comenzó a hablar, sin prestarle atención — escuché que hablaban de un nuevo chat, jóvenes que aún no han encontrado a su alma gemela, se reúnen. La hija de...
Yoongi no siguió escuchando a su mamá, estaba a un lado de ella, pero toda su atención estaba en su teléfono celular. Le había llegado un nuevo mensaje, pero esta vez venía con una imagen. La curiosidad pudo más, y a pesar de que no quería seguir hablando con aquel número desconocido, lo abrió.
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20:01 Invaden mi espacio personal y yo solo quería jugar :( Leído 20:01
Yoongi comenzó a sonreír. No es que él fuera un amargado, pero todo a su alrededor se encargaba de que estuviera de mal humor, sus padres, sus amigos, la universidad... pero últimamente había alguien que podía sacarle una sonrisa, por muy mínima que fuera.
