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¿Hablarás en algún momento?— sin embargo, YoonGi sonreía mientras acariciaba sus manos. Hoseok se debilitada, más con su sonrisa.

Por el rabillo del ojo fue capaz de ver dicha sonrisa, era realmente dulce, para nada comparada a los gestos tan feos que le había hecho días atrás.

YoonGi estaba mal de la cabeza de seguro.

¿P-Por qué hiciste eso?— repitió en un tono debilitado, aún sin ser capaz de mirarle.—¿Hice algo mal?

A YoonGi se le caía corazón y alma a los pies, al unísono, podía escucharlos romperse al ver unas pequeñas lágrimas queriendo escapar de los hermosos ojos del menor.

El mayor vivía enamorado de la mirada de Hoseok, rogaba porque tales joyas brillantes se le posaran encima a cualquier forma, acunándote con dulzura momentáneamente mientras hablase contigo de lo que debiese hablar. A veces se perdía del tema de conversación, ¿qué importancia tendría a fin de cuentas?

¿Qué era feo de Hoseok, a decir verdad?

Me asesinarás, querido Hobi... —comenzó, mientras una de sus manos fue a parar a la nuca de Hoseok, acariciando esa parte con suavidad.—Quería venir aquí sólo contigo.

Mientras tanto, el menor sólo sentía como un nudo de nervios y numerosas mariposas hacían un desastre en su estómago. Todo parecía tan íntimo y romántico que recién se daba cuenta.

Su puchero se incrementó un poco más, YoonGi era un idiota.

No tiene sentido. Si soledad era lo que querías, podríamos hablar en cualquier sitio de la sala.

El mayor negó suavemente con la cabeza.

Quería intimidad para lo que voy a hacer.

Hoseok lo miró con clara confusión.

Entonces cada vez los labios de YoonGi estaban más próximos. Él se quedó inmovilizado, mientras su cuerpo pasaba a merced de los brazos del mayor, envolviendo su cintura junto con las manos de Hoseok en su pecho.

Así hasta que no quedó más distancia entre ellos, excepto sus labios. El corazón de Hoseok latía desbocado, aunque irónicamente no quisiese separarse.

Ambos se miraron a los ojos, las mejillas del dongsaeng estaban adornadas de un bonito rubor junto a ese brillo característico de sus ojos, abiertos con gran amplitud, pero no le salían palabras para contradecir al mayor.

YoonGi le sonrió una última vez, más extensamente.

Parecía feliz.

Y esos mismos finos labios que le sonreían terminaron de chocar contra los de Hoseok, envolviéndolos en una invisible burbuja que nadie se aseguraría de romper.

Y desde luego, nadie tendría una mejor reconciliación que ellos dos.

FIN

Stubborn. ➝ (솝) YoonSeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora