Carta n°1

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Capítulo número uno.

Llevaba 10 veces. 10 jodidas veces que cambiaba la posición de sus piernas cuando la antigua posición lo adormecía. Con el tiempo se había vuelto un poco obsesivo ya que, nada más podía distraerlo de las agujas del reloj que marcaban (lentamente) que aún faltaba media hora para que el castigo terminara. Por suerte esta vez Bowie estaba en el castigo con él, pasándole notas estúpidas que le sacaba pequeñas sonrisas que el profesor May no pudiera notar. 

El hijo de puta (como solía llamarlo), era tan observador que siempre, con una simple sonrisa, podía adivinar lo que Roger había hecho para que lo castigaran. Y eso era tan extraño siendo una persona joven como lo era él. Aunque el rubio con el pasar del tiempo (más bien de las horas de castigo) descubrió que ese sujeto no servía en absoluto para ser profesor. Era cortante, mala onda, cara de culo y sobre todo, demasiado inteligente para este mundo, porque recordaba absoltamente todo lo que le decían, hacían o veía. Los profesores no pueden ser así, (por mas raro que suene) ellos tambien llevan una vida y nadie debería estar tan amargado todo el tiempo. 

Roger (con su increíble personalidad descarada) había podido compartir momentos extracurriculares con todos sus maestros y no había ni uno que le cayera mal, porque los entendía y conocía de todos por lo menos su risa. A excepción de May. Porque a ese sujeto le faltaba un tornillo, le faltaba vida, carisma, positivismo y (obviamente) sexo. Porque nadie con una buena vida sexual llevaba esa cara de culo. 

Entonces la bombilla de su cerebro se prendió (a medias). El profesor May necesitaba una pareja, la que sea. Y él haría todo lo posible por conseguirle una, todo sea para no estar más castigado, todo sea por...

─Pss... Roger ─Habló David detrás de él. Susurrando mientras le arrojaba una bolita de papel, que oportunamente cayó en su abultado cabello. El nombrado volteó su rostro sobre su hombro, rogando porque el otro no haya notado lo mucho que había estado observando a su profesor, sería raro. ─Lee el papel ─Se rascó la cabeza, señalando donde había caído la bolita.

El rubio buscó el papel en su cabello y al encontrarlo inmediatamente lo leyó, dandose vuelta con una expresión de confusión. En el papel claramente decía "Hablame :)"

─¿Qué? ─Susurró el rubio sin saber realmente qué decirle. Bowie sonrió y se levantó para luego ponerse a su lado y revolver su cabello, haciendo gruñir al rubio. ─La proxima vez que toques mi cabello no la cuentas. ─Dijo aún susurrando y apartando la mano del contrario con un golpe en la misma.

─¿Por qué susurras? El profesor está dormido ─Dicho esto, el rubio volteó divisando claramente que detrás del libro que el sujeto tenía, este estaba profundamente dormido apoyado contra la pizarra.

─Podría estar mintiendo. Sabes que es un auténtico hijo de perra. ─Soltó aún manteniendo el tono del susurro. David se quitó sus anteojos de sol rosas y se los colocó al mayor en su abultado cabello con rulos. ─¿Qué haces?

─Te digo que está dormido. Elton y yo le pusimos somníferos al café en la sala de maestros. Me mandaron a castigo porque dije que había entrado para cambiar mi nota y que Elton solo me acompañaba. ─Alzó y dejó caer los hombros mientras comenzaba a recoger sus cosas y volvía por sus anteojos ─Como sea, el efecto debe durar unas dos horas, yo que tú me voy antes de que despierte. 
─Chasqueó la lengua guiñandole un ojo al rubio y abrió la puerta de par en par para luego mirar hacia los lados y salir finalmente.

Roger se levantó sin hacer ruido mirando al profesor de a momentos que recogía sus cosas para verificar que el mayor aún esté dormido. Una vez que su mochila estuvo en su espalda, caminó hacia el escritorio y miró directamente al hombre dormido frente a él. Su cabello a veces le tapaba los ojos y esta vez agradecía que no fuera así, por lo tanto, era más fácil ver si estaba despierto o no. 

Wicked Game ➟ |Maylor|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora