Sus padres ya se habían retirado de la gran mesa dorada del comedor, dejando a los dos hermanos a solas y en silencio.
No se trataba de un silencio incómodo, más bien era uno cómplice, de esos que guardan secretos.
Y Thor y Loki guardaban muchos secretos.
Sentados el uno frente al otro, se mandaban miradas discretas cargadas de coquetería. Una sonrisa se dibujó en los delgados labios de Loki.
—¿En qué piensas tanto, hermano?
Thor pasó su lengua por sus labios, humedeciéndolos y haciendo que Loki entreabriese levemente los suyos.
—En que tenemos toda la mesa del comedor para nosotros solos y tú sigues mirando tu libro como si de verdad te importara.
Otra sonrisa se dibujó en los labios de Loki.
—Los sirvientes pueden entrar en cualquier momento.
—Me importan una mierda los sirvientes.
Loki no dijo nada más, volviendo la mirada a su libro. Thor, cansado de tanto teatralismo de su hermano, se levantó, arrastrando la silla consigo.
Loki sonrió un poco más cuando notó los fuertes dedos de su hermano apartar de su cuello algunos mechones azabaches.
—¿Qué pretendes?
Thor agarró su pelo con firmeza, depositándole besos suaves en el cuello como respuesta. Un quejido bajo se escapó de entre los labios de Loki, un quejido que Thor conocía muy bien, y que lo volvía loco.
Cuando estaban en la cama, con Loki tirado bocabajo sobre las sábanas, con Thor agarrando su alborotado pelo y embistiendo contra sus caderas con la fuerza de dios que le caracterizaba.
Esos quejidos que Loki soltaba contra la almohada eran los que instaban a Thor a ir más rápido, haciendo a su hermano llorar del placer. Eran sonidos hermosos para los oídos de Thor.
Loki estaba a punto de pasar otra página del antiguo libro, aunque realmente hacía bastante que no hacía caso de las sabias palabras que había allí escritas.
La mano de Thor se estampó contra las páginas, agarrando el libro y lanzándolo a cualquier otro lugar de la habitación. Loki iba a reprocharle que tuviera más cuidado, pero antes de si quiera poder abrir la boca, su hermano había lanzado todo lo que había en la mesa, sentando a Loki de un suave empujón sobre ella.
Thor mordía y lamía su cuello con avidez, sabiendo exactamente cuándo y dónde debía tocar a su pequeño hermano. Poco a poco bajó con caricias por su pecho hacia el cierre de su traje, frotando levemente la erección que sus pantalones peleaban por soportar contra el muslo interior de Loki, quien se deshacía en jadeos y gemidos bajos, mordiéndose el labio y arañando la espalda de su hermano, tratando de aguantarse todas las ganas que tenía de gritar por él y sus caricias.
—Te daría cien besos así al día con tal de hacerte gemir siempre así...—Susurró en su oreja mientras bajaba lentamente la cremallera. Loki no pudo evitar soltar una suave risotada contra el cuello de su hermano.
—Estoy seguro de que yo te los daría antes...
Sus ojos se cruzaron, enviándose una mirada competitiva.
—Yo lo haría antes.—Afirmó el rubio.
—¿Apostamos?
Thor comenzó a besarlo como loco, provocando risas en Loki por la fricción de la barba de su hermano contra su piel.
—¡No, no¡ ¡Así no vale!—Dijo el menor entre risas. Thor se detuvo, mirándolo intrigado. Cuando Loki por fin dejó de reírse, volvió a hablar:—Que sean besos originales... ya sabes, creativos... Y ahora no vale, empezamos mañana...
Una suave sonrisa se dibujó en el rostro de Thor. Al Dios del trueno casi se le olvidaba lo juguetón que podía llegar a ser su hermano pequeño, aunque la idea de darle besos a su preciado amante le gustaba tanto como le gustaba Loki.
—De acuerdo, pero solo podemos uno al día.
—Me parece bien, rubia.
Thor se rió suavemente. Adoraba el mote que le había puesto su hermano pequeño solo porque le adoraba a él. Volvieron a envolverse entre los brazos del otro, besándose, acariciándose y... empujándose. Los gritos de los hermanos casi se podían oír en el salón del trono de Odín, por suerte, Loki había pensado en todo y había creado un hechizo silenciador en la sala, asegurándose de que lo que su hermano le estaba haciendo quedaba solo entre ellos.
Entre sonrisas y jadeos se separaron, se vistieron el uno al otro y cada uno salió por una puerta diferente del comedor. El juego había comenzado.

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A Hundred Kisses [Thorki Oneshots]
FanficLoki y Thor apuestan quién será el primero que le dé cien besos al contrario, despertando su creatividad para pensar en el cuándo y cómo de sorprender a su pareja con un nuevo beso.