Es común que en mi reino nuestros dioses juzguen a los infantes herederos al trono, para asegurarse de que prevalezca un buen linaje. Mi hermano Neroc y mi hermana Taria, mayores que yo, eran dignos de sentarse en el trono. En cambio, yo sufrí la cólera de los dioses recién cumplidos los cinco años. Lo recuerdo como si fuera ayer; el sacerdote vino apurado hacia el castillo, y tan pronto cómo se presentó, se dirigió hacia mi padre, el Rey Dasron, y en un murmullo en el oído, desató una amargura inmensa. Mi madre, la Reina Karie, no evitó sollozar y abrazarme al mismo tiempo. Era evidente que no quería esto, a todos nos costaba entender por qué. Pero no hay nada de que protestar ante los dioses. Dicho y hecho está.
Mi madre acariciaba mi cabello dorado, cosa que heredé de ella, y me protegía en su pecho para que nadie me llevara, ni tan siquiera ningún dios. Sin embargo, mi padre dio órdenes y me arrancaron de mi madre por los pelos, los soldados me llevaron a rastras por el pasillo hacia afuera, donde un carruaje me esperaba.
No entendía la situación, y estaba muy asustado. Un miedo frenesí golpeaba mi pecho y helaba mi sangre, mis ojos visualizaban muchos rostros desconocidos y conocidos; mi madre no aceptaba que yo me fuera, por lo que, corriendo y con el rostro rojo de tanto llorar, gritó mi nombre repetidas veces. No obstante, dos soldados la detuvieron muy cerca del carruaje, me asomé por la ventana, llorando también, y le gritaba que me ayudara.
Ya era demasiado tarde.
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Hola gente!!!
Aquí traigo otra historia que tenía muchas ganas de compartir. Espero que os haya gustado.
Nos vemos!!
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El Príncipe Olvidado
Fantasy⚠ADVERTENCIA⚠: contenido sexual/yaoi/smut. Si no te gusta, ¿qué haces aquí >:v? Los dioses juzgan a los mortales, algunos los bendicen y a otros los maldicen. Y por desgracia, al Príncipe Hetrimos le tocó sufrir la ira de los dioses. Desterrado a lo...