Choi YoungJae es un omega.
Im JaeBum es un alfa.
Ambos viven sus vidas de forma tan diferente como debe ser en esta sociedad, ninguno estaba buscando al otro y aun así logran conocerse.
Los omegas están cambiando, los alfas también, pero YoungJae no...
-¡Corre! No tengo todo el santo día - Bambi le tocaba la bocina del auto.
Corrió más fuerte y subió de copiloto.
-Si tienes todo el día, eres un exagerado- Besó a su amigo en la mejilla y se puso el cinturón de seguridad.
-Es que ya quiero que te pruebes la ropa- Aplaudió rápido antes de volver a tomar el volante- La amarás.
Conversaron cosas triviales, pero lo mas emocionante fue cuando YoungJae le contó la historia de lo sucedido hoy en la oficina y BamBam reventara de risa.
-Recibí un mensaje de JaeBum pidiéndome fotos tuyas- BamBam comenzó a estacionar el auto ya en casa- Le envié como 200 fotos.
-En realidad yo solo tengo una foto suya, quizás deberíamos tomarnos algunas- Le parecía super lindo que su Alfa le hubiera pedido fotos a su amigo.
-De otra forma no le iban a creer, tuviste que ir- Caminaron en dirección a la casa- Además no tienes tu marca.
Oh, si.
Ese era el problema que no dejaba dormir a YoungJae, subió la mirada hasta observar en el cuello de BamBam esa rojiza marca en su cuello. Antes le había parecido extraño tener una cicatriz en su cuerpo, ahora la deseaba.
-No sé porque el no me la ha dado.
-Quizás sólo disfruta del sexo tanto, que no piensa en morderte cuando lo hacen- BamBam les sirvió jugo a ambos.
-¿Cuál sexo? Nosotros no hemos hecho nada- Estaba que reventaba de vergüenza, sólo con decir eso en voz alta.
-¡¿QUE?! - Su amigo fingió atragantarse y toser - ¿No lo han hecho?
Cuando negó, su amigo le dio más drama aún al tema. Pero también le dijo que no se preocupe, que él lo solucionaría, YoungJae no lo tomó en cuenta y solo asintió.
Quería terminar rápido el tema así que mejor fueron por la ropa.
-Los pantalones te quedan hermosos- BamBam vio el resultado final del conjunto que le había puesto- Desearía tener esas piernas.
Era una camiseta de malla blanca que quedaba muy corta casi a la altura de su cintura, con unos pantalones negros ajustados.
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-¿De verdad crees que alguien saldrá así a la calle? - Le pregunto a su mejor amigo.
-Claro que si, aunque falta algo- Bambi de acercó a él y se agachó.
Hace años BamBam lo había convencido de que hacerse un piercing en el ombligo era buena idea, así que ambos tenían uno. Ahora BamBam estaba cambiando el aro por uno con brillantes.
-Ahora si- Su amigo lo observó- De verdad estoy muy celoso, te ves precioso.
-Tu siempre has estado conforme con tu cuerpo ¿Qué tienes ahora? - Bam bajó la mirada.
