Bailando con la muerte _BakuTodo

∞ Gęnę$ ∞

_Empezaremos esta historia en un lugar conocido como la ciudad de Yuuei, donde antes era conocida como el Reyno U.A.

Esta ciudad es gobernada en la actualidad por personas de sangre Noble no obstante, las reglas de la antigüedad se han ido modificando, y el pueblo es ahora más libre, las clasificaciones han venido erradicando y todos pueden convivir juntos, a diferencia de los tiempos lejanos, donde el pueblo era dividido por siete categorías o linajes, y que por ende, no podían convivir del todo libremente, a menos que se formará un contrato de alianza.

A pesar de las modificaciones, los pobladores aún siguen dividiendo sus territorios, de una manera conformada por clanes, pero la convivencia ya es más abierta, ahora pueden laborar, estudiar o congeniar sin ningún problema o pena a juicio.

Los Nobles siguen siendo la rama más fuerte, los predominantes y quienes rigen la ciudad de una manera más sutil y sencilla, con un juicio justo y abierto, evitando las fatigas del pasado. Se conoce que los Nobles carecen de mucha paciencia, cosa que ni el pasar del tiempo a podido erradicar, ya que esto yace en los genes, no querrás tener a un Noble de enemigo, ni mucho menos empezar una discusión, ya que ellos, siempre tienen la razón, aún cuando no.

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El sonido de las aves canturreando en las copas de los árboles daba comienzo al nuevo día, el sol empezaba a colarse por el bosque llegando hasta aquella ciudad que daba un ambiente solitario, no había movimiento alguno que demostrase que era habitada. Las calles intransitadas, la falta de vehículos, la carencia de ruidos además del de las aves que emprendian vuelo, alejándose de aquel bosque en dirección a un lugar más cálido.

Todo bullicio en aquella ciudad estaba sesado, absolutamente silencio. Pero en el centro de aquel frondoso, de árboles con extensos follajes, que conformaban la zona boscosa. En medio, en la parte central. Se encontraba la caravana de gente que asistía a dicho sitio. Los ciudadanos todos reunidos desde horas bastantes diurnas el día anterior, esperando con emoción ese momento. Familias con sus mascotas durmiendo en carpas para pasar la noche a la espera del ansiado día.

Los rayos anaranjados del sol naciente en pleno amanecer, chocaban contra una melena ceniza, rubia con carencia de intensidad, pero que al tener el anaranjado amanecer contra sus hebras, está brillaba cual lámpara en la oscuridad, dándole el color que proveía el sol con sus rayos fulgorosos. Los cabellos eran puntiagudos y desordenados, incoloros y peculiares. Pero lo que más era de admirar, lo que más llamaba la atención, eran aquellos rubíes intensos sangrientos de color carmín, hipnóticos y a la vez aterradores, que te hacían querer apartar la vista por la rudeza que transmitían, pero no lo hacías...No lograbas completar tu cometido, por el simple hecho de querer seguir admirando ese color tan ambiguo y poco habitual, porque aquellas orbes eran diferentes a cualquier otras, diferentes a demás orbes del mismo tono en colores, lo que le hacía diferir y distinguir entre todas las demás, era su ya antes mencionada, intensidad, pasión, determinación, e ira. Esa chispa que sólo él poseía, una diferente a las otras.

Las orbes rubíes parecían ser de una bestia al acecho, que buscaba a su presa para devorarla de un solo tarasco, orbes que se mostraban imponentes, desprendiendo seguridad y fiereza, inspirando terror en quien tuviese la osadía de acercarse o simplemente de mirarle.