El emperador Dragón

Alex

Hola... mi nombre es Alex Wayne, algunos me conocen como "Reina de las nerds" o "trasero de pingüino" o simplemente "nerd".

Mi pelo es rubio natural, pero no me gusta, así que me tení las puntas de color azul claro, creo que se ve muy lindo en mi, mis lentes son de montura gruesa, y cuadrados, mido 1.54 cm, de piel blanca, me gusta usar una minifalda que me llegue a la mitad del muslo, llevo siempre una capucha de gatito con orejas y cola, me gusta el anime, videojuegos, en especial en los que puedes salir con chicos lindos, el manga, entre otras cosas.

Como típica nerd, soy muy buena en los estudios, en especial Matemáticas.

Ayer pasé por un viejo vecindario, me encontré con una casa quemada, quizás fue la que se prendió en llamas hace ocho años, la casa de LAPS y la de sus abuelos. Camino hacia la casa, y me encuentro con nada más y nada menos con una carta de yugioh.

-Ohhh!! ¡Kawaii!!

En la portada se puede ver a una niña con ropa blanca con rayas verdes y porta un diapasón (objeto usado para afinar instrumentos musicales), su pelo es de color rosa, al igual que sus ojos.

- Mago de la Afinación...

Ese era el nombre de esta carta.

De pronto luego de decir su nombre la carta emitió un brillo cegador.

-Kyyaaa!!

El brillo, se detuvo, justo ahí minutos antes de eso, tome la carta de los restos de la casa de ese bully fastidioso, lindo, de aspecto salvaje, !Por favor no se lo digas!

-Hola! Señorita, digame, ¿Usted sabe donde está mi maestro?

-Eh?

No lo podía creer, una niña que se parece mucho a la carta, aparece.

-N-no te entiendo...

Dije con timidez.

-Es fácil, mira yo soy Mago de la Afinación, vengo del mundo de los monstruos de duelo, una dimensión alterna, que solo puede ser vista o visitada por duelistas fuertes o puros de corazón.

-N-no puedo creerlo, entonces esas voces y esas visiones... Eran en realidad...

-Sip! Tus sirvientes o los monstruos de tu baraja, eres una buena duelista, lo sé, porque a través de tu corazón amable has podido llamarme inconscientemente.

-Gracias...

Ahora todo tiene sentido, jeje, cuando se lo muestre a mis amigas del club de literatura, no me lo van a creer.

-Entonces, me llevarás ante mi maestro?

-L-lo siento señorita, pero no se quién es tu maestro.

-Oh, claro lo olvide... El ya no está aquí... La última vez que lo ví, fue el año pasado, pero el no me vió ni me escuchó, por más que lo llamará y gritara, después de todo era un espíritu, y mi carta se iba hacer añicos por el fuego; hasta que mi antiguo maestro Mario Sifuentes me arrojó lejos, para poder sobrevivir, quería salvarlo, pero, su columna se quebró por una gran tabla de madera que le cayó encima, pereció de la misma manera que su esposa, antes de morir me dijo:

Cuida a mi nieto... por favor dile que lo quiero, y que coma cosas saludables. De ahora en adelante, Luis Pablo Alvarez Si fuentes, será tu nuevo dueño...