↠ Flores amarillas.

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O en resumen: Como Carlota y Yolotl se conocen.

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"Por favor, Yolotl" la voz de Aristóteles tiene un tono de súplica inconfundible en el otro lado de la linea, Yolotl bufa y asiente aunque sabe que Aristoteles no puede verla. — de acuerdo, pero más vale que me pagues, no es como que tenga el suficiente dinero para ir por ahí regándolo en un obsequio para TU novio. — Aristóteles le discute unos minutos más a través de la linea para después simplemente finalizar con un "gracias" que esta vez suena más a salvación que a una súplica. "que sean amarillas, no importa que flor, recuérdalo" le dice antes de colgarle.

Le cuelga porque ya no tiene más de que hablarle ni siquiera le da una bienvenida cortes a la ciudad, camina al primer mercado que se encuentra por ahí. Es su primer día viviendo en la CDMX y ya esta destinada a perderse, pero claro, todo por culpa de Aristoteles y su falta de memoria.

Desde que Aristoteles se la pasa en el estudio ayudando a ese tal Thiago con su disco ha estado olvidando muchas cosas sobre su relación, como por ejemplo que hoy cumplían otro año más de haber conocido a Temo y Aristoteles seguía en el estudio así que como buen dolor en las bolas de Yolotl que no tiene, le pidió que ella fuera a comprar las flores y que luego le pagaría, más vale que de músico no se muera de hambre porque Yolotl no iba a esperarle toda una vida a que le pague sus benditas flores.

Una cosa por la que Yolotl siempre se va a caracterizar es que no le gusta los lugares como mercados, tiendas durante ofertas o incluso los trenes subterráneos, son demasiado concurridos y no soporta estar rodeada de gente que no conoce. Es más la desesperación creciente lo que la lleva a pararse en la primera florería que encuentra sin siquiera checar si hay otras con mejores flores y pide más rápido de lo que le gustaría admitir pero se alegra de que el amable señor la entienda a la primera

— me da unas flores amarillas

— ¿algún tipo o cantidad en particular?"

— lo que sea — el señor la mira con una expresión extraña que ella no logra descifrar—

— No es muy normal que sean las muchachas quienes compran flores aunque bueno, con esta generación uno nunca sabe, los tiempos están cambiando y los ancianos como yo no les seguimos el paso — comenta el señor mientras arregla las flores con una sonrisa jovial y una voz más ronca que la de su papá pero menos que la de el señor Eugenio

Yolotl le sonríe solo por cortesía y se encoge de hombros — Sí, que le puedo decir...

Una vez que el ramo esta terminado, el señor lo pone con máximo cuidado sobre la barra de su tienda como si fuera un objeto de cristal, Yolotl mira el ramo con atención y sonríe por inercia, es un ramo muy bonito a pesar de todo. 12 rosas amarillas.

— Que lindas, ¿cuánto es?

— 469 pesos. — Si la vida fuera una caricatura animada, a Yolotl se le habría abierto la boca hasta que su labio inferior tocara el suelo de la sorpresa, ¿más de 400 por unas putas flores? ¿Pues de qué están hechas? ¿De oro?

— ¡¿Cómo que 400?! — "469" le corrige el señor que de repente Yolotl ya no considera tan amigable "esto es un robo" piensa.

— ¿Cómo van a costar tanto?

— Pero señorita, ese es un buen precio, las flores amarillas valen más de lo que piensa... y el significado de estas es aún más hermoso

— Amanecí bien pregunta — murmura, el señor no le entiende y le pide que lo repita — qué que significan dije...

— Ahhh, nosotros le pusimos un significado propio, el de "sol de la mañana"

Se la piensa más y al final se resigna, "unos pesos más unos pesos menos, igual Aristoteles prometió pagarme y las flores son lindas" piensa y entrega el dinero.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2019 ⏰

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