=2=

17 5 1
                                    


Después de una jornada de clases, al fin era la hora de retirarse. Todos salían de sus salones con sus rostros de alivio, excepto, yo.

Estaba algo nerviosa, pues finalmente tendría una cita con YoonGi, así que rápidamente fui a mi casa.

Entré a mi casa para ir directo hacia a mí habitación, no sin antes saludar a mi mamá –¡Hola mamá!, ¡Nos vemos mamá!– y después llegué a mi habitación.

–¿No comerás?– alcancé a escucharla.

–No, gracias.

Muy bien, solo tenía dos horas para arreglarme, pero había un inconveniente, ¿Que rayos me pondría?.

De un momento a otro me llamaron al celular, al segundo tono respondí.

–¿Hola?... MiYeonnie, unnie~.

Minnie, gracias a Dios, la vida se compadece de mi. Justo necesitaba la ayuda de alguien.

–¡Minnie Nicha Yontararak!.

–Ah...mi tímpano Cho, ¿Por qué gritas?– reclamó.

–Lo siento, solo estoy algo exaltada, perdón.

–Uy~ me apesta a Min YoonGi– dijo riéndose. Ella sabía de mi enamoramiento hacia YoonGi, pero lo que no sabía era que él y yo ya éramos novios.

–Oye, esto es serio, y si, se trata de él.

Un momento…

–¿Cómo rayos de te apesta algo en medio de una llamada?– pregunté con algo de gracia.

–Pues de tanto que apesta me llega el olor en la llamada– rió.

–Bueno ya, necesito de tu ayuda.

–Bien, ¿En qué puedo ayudarte?– dijo con entusiasmo.

–Necesito ir presentable a una cita– dije con algo de timidez.

–Ah...es sólo eso...–dijo como si fuera algo que le piden a diario– espera….¿Qué?.

–¿Qué pasa?– cuestioné con algo de nerviosismo.

–¿Tú?, ¿En una cita?– se pudo escuchar por la línea que soltó un gran suspiro– ¿Acaso tú no estabas enamorada de Min?.

–Si, lo estoy, por eso pido de tu ayuda.

–No digas nada más unnie, voy más rápido que el rayo McQueen a tu casa– dijo demandante.

–Bien, te espero, pero antes…

–¿Y ahora qué?.

–¿Para qué me llamabas?

–Ah, bueno, solo quería preguntarte de qué tipo de palomitas debería de comer, si las normales, con mantequilla o de caramelo…¡bueno! Pero eso ya no importa, ya voy para tu casa.

Colgó.

Ok. ¿Debería hacerme una idea de a dónde iríamos?, ¿Cuál podría ser el lugar especial?....no, no pensaré en esto ahora. Tenía otras cosas que hacer.

[...]

Después de explicarle la situación a Minnie, ella comprendió todo, pero que aún así se sentía indignada por no comentarle eso.

–Bien, creo que esto combinará con este– dijo mostrándome un short beige y una camisa celeste algo holgada– ¡Oh! Y esto también– me señaló un par de converse blancos.

–Uh...Minnie.

–¿Sí?– su tono de voz era muy animado.

–No creo poderme vestir así– hablé sincera.

I Wish You We're Gay Donde viven las historias. Descúbrelo ahora