CAPÍTULO 1.

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Un día de finales de Navidad, en algún lugar de la ciudad de Seúl, cerca de la panadería de la Señora Margarita Flores del Campo De las Casas López Sacamoco.

Lee Donghyuck se encontraba, tranquilamente, recostado sobre sus brazos con los ojos cerrados -siendo atacado por un profundo sueño-, mientras que los demás tenían sus ojos fijos en el profesor de Literatura, el cual estaba bien bueno, pero cuyo carácter era peor que el de tu mamá.

Cada carpeta tenía adolescentes estrictamente preparados para estudiar. Cada uno tenía padres con grandes expectativas en ellos; constantes presiones para notas perfectas, sueños que involucran mucho dinero, faltas de hora de sueño diarias, talleres extracurriculares, que, inevitablemente, cumplían con el fin de hacer sentir orgullosos a los demás y, así, los padres de ellos presumirlos en las reuniones que entre numerosas personas tenían, para destacar de manera indirecta quién era el mejor hijo de todos.

Sin embargo, el único chico de la clase que no estaba interesado en cumplir con todos esos parámetros sociales, era Donghyuck.

Él era alguien que, efectivamente, no seguía a los demás. Él era único, no tenía que ser el más inteligente de toda la clase, no quería satisfacer a su madre, ni a su padre, quiénes, realmente, creía que no lo amaban como se supone que deberían, guiados siempre por la religión extremista y estereotipos.

No quería ser uno más de la asquerosa y alienante sociedad, a quienes culpaba de no poder querer "correctamente" - según ellos - a la persona que más amaba en su vida.

Lágrimas amenazaban con salir, pero, afortunadamente, lo sacudieron antes que su nariz se ponga roja y sea demasiado notorio su estado.

   - Oye. - dijo el chico rubio a su costado, sacudiéndolo suavemente.

   - Hey - repitió nuevamente, esta vez más fuerte.

   - ¡Oye! - exclamó, empujando a Donghyuck más fuerte contra la pared, sin éxito alguno.

Donghyuck no quería ceder, quería quedarse de esa manera y escapar de la estúpida clase de Yesung, el profesor que más odiaba.

Por otro lado, Mark tenía que despertarlo, claro que tenía que hacerlo, de lo contrario, su mejor amigo se ganaría un golpe de su maestro, quién era el más odiado en el instituto.

Él tenía un rastreador en su cuerpo, no sabía dónde, pero siempre encontraba el más mínimo desorden, rebeldía - o hasta excitación - a su alrededor.

Además, cuenta la terrible leyenda que él encontró a Taehyung y a Jungkook besándose en el baño, mientras que todos estaban en la reunión de fin de año en el gimnasio.

   - ¡Señorito Lee! - gritó Yesung al percatarse que su alumno estaba distraído, golpeando la regla repetitivamente de 20 cm que siempre usaba para enseñar en esa clase.

   - ¿S-sí, Señor? - Mark se percató que ahora sí Donghyuck se había despertado, en ese momento, quiso pararse y golpearlo hasta que ese rostro angelical y el más hermoso que había visto desapareciera.

Rápidamente, se retractó.

   - Deje de tocar al Señorito Donghyuck, y por favor preste atención a la clase, que no estudié 5 años para que esté manoseando a su noviecito mientras hablo, ¿entendido? - habló seriamente Yesung, frunciendo el ceño, y amenazándolo con su regla.

   - ¡Sí, chef! - gritó nervioso, por lo que no pensó en lo que debía decir.

El salón quedó en un completo silencio. Luego, Mark, sufría la intensa mirada de todos sus compañeros, quienes luego de unos segundos, explotaron en risas.

   - Ah~, en serio. - susurró Mark, avergonzado y tapándose toda la cara con su mano izquierda.

   - Aigooooo, ahora soy chef. Mi mamá se sentirá orgullosa de mí. - dijo el profesor, con un sarcasmo muy notorio, ocasionando que más alumnos carcajearan.

Después de unos segundos, Yesung golpeó nuevamente su regla, y todo el salón recobró la postura en la velocidad en la que tu jefecita se pajea.

Donghyuck estaba mirando fijamente a Mark.

Y Mark estaba mirando fijamente a la pizarra, fingiendo que los ojos de Donghyuck no estaban en él, intentando disimular su nerviosismo.

   - Makku... - susurró el moreno, apoyado en su mano de izquierda, mirando al susodicho.

   - ¿Qué quieres? - respondió Mark, sin voltear a verlo.

   - ¿Estás molesto? - Donghyuck hizo un puchero, mientras ponía su mano encima de la de Mark, apretándole suavemente.

Una corriente eléctrica se esparció a lo largo de la espalda del pelinegro, se tensó un poco.

   - N-no... - susurró, mientras que quitaba sutilmente su mano de la de su mejor amigo.

   - ¡Owww! ¿Te pusiste rojito? - exclamó Donghyuck, con una sonrisa angelical, - una de las mejores y más hermosas que había visto Mark -, atrayendo nuevamente la mano del contrario, y acariciándola suavemente.

   - No, Donghyuck. Presta atención. - retiró bruscamente su mano de las del susodicho, y fijó su vista en Yesung.

Mark tenía pánico, y mucho. No podía controlar el color de su oreja, que en ese momento estaba muy roja.

Él... Era hetereosexual, 100% real no fake.

Puta madre, Donghyuck. |  MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora