1: Pausa

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1: Pausa

Corriendo por los pasillos, intento recordar el aula que me enseñó el director del centro cuando hicimos la entrevista para el ingreso. Mis prisas junto a mi desorientación provocan que caiga de forma repentina tras sufrir el impacto con una gran espalda que se encontraba en el camino.

. - ¿Te encuentras bien?

. -Si, si perdón soy un poco torpe.

En lo que me levanto frotando la parte dolorida de mi trasero, logro ver la figura completa del hombre que hizo de obstáculo en mi carrera hacia la puntualidad. Es un hombre grande en los sentidos de altura y musculatura, moreno de piel, cabello castaño y recogido en una coleta para evitar los problemas de un pelo largo además de unos ojos azules tan claros que dan la sensación de que se están congelando de forma recurrente. Este hombre me mira de arriba a abajo y con leve pero sonoro chasquido de lengua pregunta:

. - ¿Eres el nuevo estudiante?

. – Así es señor -debido a la imponente fisiología de aquel hombre decidí que comportarme como un soldado del ejército sería lo más adecuado.

. - ¿Entonces eres Shin?

. -Eh... no señor, soy Shawn

. -Si a eso me refería ¿Y qué andas buscando Sheen?

. -Busco dónde está mi clase señor

. -Creo que la tuya es la 15-A ahí es donde entraba el nuevo alumno, la clase está al final de este pasillo a la derecha

. – Muchas gracias Señor

. - Deja de llamarme señor, soy el jefe de estudios de este centro, puedes llamarme Kold

. – Muchas gracias señ... Kold

. – De nada Show, más te vale apresurarte, no me gustaría verte en el aula de castigo en tu primer día.

Tras este comentario, salgo disparado hacia la dirección que me había ofrecido mientras me preguntaba cuántas veces era capaz una persona de equivocarse a la hora de pronunciar un nombre. Con sudor ya en la frente y los latidos al ritmo de un metrónomo estropeado llego a mi destino, encontrándome con una puerta cerrada con un cuadro translucido en el centro que confirmaba mis sospechas de que las clases ya había comenzado. Tras unos minutos reuniendo valor delante de esta puerta, me atrevo a llamar para poder pasar. Después de un par de golpes contra la puerta de madera, el profesor se acerca a esta misma puerta y tras abrirla me pide que pase. Una vez dentro y tras una pequeña presentación formal, me dispongo a buscar algún asiento libre, para mi sorpresa había una bacante en el asiento más próximo a la ventana y este fue el elegido. Al rato de estar sentado noto unos pequeños empujones en mi espalda y al darme la vuelta vuelvo a ver esos rizos dorados que anteriormente me habían atormentado, además de poder la plenitud de las facciones faciales de la chica las cuales se basaban en: Ojos castaño claros y de gran tamaño, unas pecas que cubrían sus mejillas formando un pequeño puente en la parte superior de su nariz y unos finos labios que daban la sensación de susurrar cada palabra que emitía por ellos.

Tras estos segundos de análisis en los cuales me quedé embobado, ella, aprovechando la atención sonríe y me pregunta:

. – ¿Cómo te llamas pequeño Seed?

. – S..Shawn me llamo Shawn

. – Uhhh.Shawn es un nombre muy exótico, me gusta

. – Y tú, ¿cómo te llamas?

. – Que directo nos has salido pequeño Seed Shawn, mira, solo por las risas que me has provocado antes en la calle te lo diré -Al decir esto mi cara se sonroja por la vergüenza de recordad aquel momento- Me llamo Lowin.

. – Lowin también es un nombre muy exótico -Intento responder de forma pícara, pero ineficiente-

. – Lo sé, por eso me gusta el tuyo.

Tras este cruce de palabras, su mirada se centra en el reloj que hay justo encima de la pizarra y tras un último burlón levanta la mano y le pide permiso al profesor para salir, logrando fácilmente salir de aula sin mayor problema. Yo, tras unos segundos de desconcierto me doy la vuelta y no tardo mucho en distraerme con la ventana que tenía a mi izquierda. Observando la entrada, ahora desde la altura de la clase, puedo ver el jardín desde otra perspectiva y con ella la visualización de las flores azules. Pero algo ocurría, había alguien podando dichas flores las cuales habían cambiado de color a un tono purpura.

. – No puede ser. -Dije frotándome los ojos-

Aquella persona no parecía ningún jardinero ya que vestía una gran túnica negra, que desembocaba en una capucha que cubría la mayor parte de su cara. Aquella figura se giró bruscamente a mi dirección, provocando así un duelo de miradas que creaban distintos escalofríos alrededor de mi cuerpo. En cuanto pestañee la figura había desparecido, justo al contrario del frío en mi cuerpo, que solo iba en aumento.

. – ¿Me lo habré imaginado? -Pienso mientras centro mi mirada en la clase-

Al hacer esto, ante mí se muestra una escena de lo más extraña. Todo el mundo estaba quieto, sin hacer ningún tipo de movimiento, incluso podía ver un lápiz suspendido en el aire desafiando todas las leyes de la gravedad. Frotándome los ojos intento calmarme y descubrir que está pasando aquí. Salgo al pasillo en busca de alguna respuesta y no encuentro nada salvo un rastro de pétalos por el suelo, los cuales sigo por instinto. Este rastro termina cuando llego al frente del jardín principal. Un sentimiento de alerta inunda todo mi ser lo que me provoca mirar hacia todos lados a la vez que empiezo a temblar y sentir un agudo pinchado en la cabeza. Ante mí, surge aquella figura que portaba un manto negro la cual surge de detrás de unos matorrales del propio jardín.

. – Con que puedes moverte en la pausa...

. – ¿La pausa? -Pregunto a la figura que se acercaba lentamente a mí a la vez que el pinchazo de mi cabeza se hacía más agudo.

. – Bueno, no necesito darte explicaciones, al fin y al cabo, los lobos simplemente... Cazan.

Tras estas palabras, esa oscura figura se abalanza hacia mí con intención de... ¿Morder? No tengo tiempo para pensar en nada de eso, así que hago el intento de huir, pero mi cabeza me castiga con un pinchazo aún más doloroso.

La figura llega hasta mí y al abalanzarse, cae sobre mi chocando mi espalda con el arenoso suelo.

. – ¡Ayuda! -Grito con la esperanza de que alguien me salve de esta pesadilla-

. – Aquí solo estamos tu y yo, pequeño conejito. ¡Ahora calla y acepta tu destino!

Empezamos un forcejeo que nos hace dar varias vueltas sobre el suelo, pero mi cabeza parece que va a estallar del dolor y poco a poco estoy perdiendo las fuerzas. Siento como este dolor se convierte en presión y noto como estoy a punto de desmayarme. De un instante a otro, la figura sale volando hacia el interior del jardín de forma repentina, y con una voz de odio y rabia dice:

. – ¡¿Otra vez tu maldito gato insolente?!

Intento levantar la mirada para ver quién era mi salvador, pero todo se torna de color negro. Lo único que logro ver antes de caer inconsciente es una cola de animal con rayas negras. Y escuchar las palabras:

. – Esas flores rojas significan no bienvenido pequeño sabueso. 

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⏰ Last updated: Sep 23, 2019 ⏰

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