III

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La última semana fue extremadamente extraña para Harry. Más diferente de lo usual, fue extraña.

Malfoy siguió actuando de manera sospechosa. Era como si estuviera dando lo mejor de sí para evitar a Harry todo el tiempo. Ni siquiera lo insultó. También se veía diferente, su cabello era un desastre, se veía más cansado de lo usual y parecía como si hubiera tristeza en sus ojos.

Y todos los días que entraba en el gran salón para tomar el desayuno parecía como si hubiera estando llorando. Nunca había actuado de esa manera antes.

Hermione estaba extremadamente callada cada vez que Harry comenzaba a hablar de su admirador secreto. Era como si supiera algo que él no, o más bien, como si supiera quién era. Pero no podía ser verdad, porque Hermione se lo diría a Harry si lo supiera, ¿no?

Hablando de su admirador secreto, no había recibido una carta de él en años, no desde la carta que le mandó en la que conspiraba contra Malfoy. Esto preocupó a Harry, no podía adivinar qué había hecho mal. Esperaba que su admirador secreto le escribiera pronto, lo extrañaba.

Pero lo que le pareció aún más extraño a Harry era que cuando pasaba cerca del baño de Myrtle la llorona, cuando sea que lo hiciera, podía jurar que escuchaba a alguien llorando, a un chico llorando. El mismo chico todas las noches. La voz le parecía conocida, aunque no sabía de dónde y no podía adivinar quién era.

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Harry entró tan rápido como pudo en el baño de Myrtle.

La voz del chico llorando estaba ahí de nuevo. Solo pudo escuchar una voz hablando suavemente, se escuchaba bastante cerca.

-Dime qué es lo que tienes, por favor, puedo ayudarte- esa era la voz de Myrtle, el chico sollozó.

-No lo entenderías

-Vienes temprano todos los días. Disfruto tu compañía, pero no cuando estás así. Dime qué es lo que está mal... Quizá no lo entienda, pero puedo escucharte. Por favor...

-¿Por qué todo el mundo me odia tanto?- el chico lloró –He cambiado, lo juro, Myrtle; quiero decir... estoy tratando de...

-Ellos no te odian- lo interrumpió –No te conocen lo suficiente para odiarte- Harry se acercó despacio, esperando obtener una mejor vista, pero lo que vio realmente lo sorprendió. La voz pertenecía a Malfoy. Malfoy era el chico que lloraba en el baño de Myrtle.

Harry solo podía ver su espalda y sus manos a ambos lados del lavamanos, estaba sollozando.

¿Por qué?, ¿por qué está así?, ¿y por qué me importa?

Malfoy alzó la vista al espejo y encontró a Harry detrás de su hombro.

En cuanto Myrtle notó la presencia de Harry protestó.

-Por favor, Harry... no es un buen momento, ¿podrías irte?

-No, ¿qué está sucediendo?- Malfoy se dio la vuelta, con su varita en mano, por lo que Harry también tomó la suya y lo miró molesto.

-¿Qué sucede contigo últimamente?- preguntó apretando los dientes -¿Por qué actúas de una manera tan extraña?

Malfoy no respondió, trataba de contener sus lágrimas, pero no funcionaba.

-Respóndeme, Malfoy- Harry se acercó, aún apuntando con su varita. Él continuó en silencio, pero ésta vez no se preocupó por contener las lágrimas y sollozaba de nuevo -¿Sabes?, te odio, lo hago... siempre estás metido en algo.

Malfoy levantó su mano temblorosa y lanzó un hechizo a Harry, aunque falló por pulgadas. Él reaccionó de inmediato y respondió al hechizo.

Mientras Malfoy le lanzaba otro hechizo, Harry se lanzó hacia un lado e iba a hechizar a Malfoy con Levicorpus.

-¡No!, por favor, paren- gritó Myrtle asustada, su voz hizo eco en el baño.

Pero eso no los detuvo. Harry recordó algo que leyó en un libro de hechizos "Para enemigos"

-¡Sectumsempra!- gritó.

Malfoy colapsó en el suelo instantáneamente, cubierto de sangre que salía de su pecho.

-¡Asesinati!, ¡ayuda!, ¡Asesinato en el baño!- gritó Myrtle horrorizada.

Harry jadeó ante lo que había hecho.

-N...no, yo no... no quise hacerlo

Se arrodilló junto a Malfoy, quien gemía y temblaba continuamente. Harry tomó su rostro con nerviosismo.

-Malfoy... te juro que... yo no quería...

-Oh, jódete, es lo que querías hacer, te conozco, querías verme sufrir. Porque lo merezco, ¿No?, Potter

-¡No! Malfoy, fue un accidente...

La puerta se abrió y Snape entró con una expresión furiosa en el rostro.

-Potter, vete. ¡Ahora!

Después de pensarlo dos veces, Harry se fue.

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No pudo dejar de pensar en lo que había hecho, no quería admitirlo, pero se sentía culpable, más que culpable.

El sonido de un picoteo en su ventana lo hizo saltar. Era Hedwing, con una carta.

Por Dios, al fin me respondió.

Abrió la ventana rápidamente, tomó la carta y la abrió de inmediato.

Querido Harry

No hables de Malfoy de esa manera, a penas lo conoces, por Merlín.

Con amor,

Tu admirador secreto.

Harry escribió una respuesta con el corazón acelerado.

Para

Mi admirador secreto

Lo siento, ¿es por eso que no me escribiste en años? Si es el caso, entonces lo siento mucho.

Supongo que ustedes son amigos, ¿no?, esperaba que pudieras decirle que siento lo que hice hoy. Hice algo realmente malo; me siento muy culpable. Solo dile que lo siento y pregúntale si está bien, por favor.

Si hubiera sabido que eran amigos jamás habría hablado mal de él.

De

Harry

Harry se fue a dormir esa noche pensando en Malfoy y solo en Malfoy.

[AL SIGUIENTE DÍA]

Todos en el gran comedor estaban comiendo tranquilamente su desayuno.

Bueno, todos excepto Harry, por supuesto. Estaba demasiado ocupado pensando en Malfoy; su corazón dolía más segundo a segundo.

No sé porque me preocupo tanto, probablemente esté bien; Pensó Harry. Pero maldita sea, espero que esté bien.

Pansy Parkinsin notó la preocupación de Harry y con una expresión de enojo en su rostro, dejó de comer y se encaminó hacia donde se encontraba.

-Potter, debemos hablar- dijo amargamente.

Harry suspiró y rodo los ojos. ¿Qué podría querer ella?

-No, no debemos - Dijo rápidamente –Y no quiero hablar.

Pansy respiró profundamente.

-A nadie le importa lo que quieras, Potter. Vienes conmigo- lo llevó al corredor más cercano, tomándolo del brazo.

Admirador secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora