Vigilante Nocturno : Fuego Salvaje

Prólogo

La lluvia cubría toda la ciudad, abrazándola mientras la iluminación deleitaba la vista con tonos cálidos y fríos, las gotas caían lentas alejadas por varios centímetros, solo era una pasada.
Entre la 65 y rockwell, un pequeño comedor en la esquina arrinconado por los diferentes edificios departamentales, un lugar acogedor no era la mejor comida del mundo pero, por unos cuantos dólares cenas como rey.
Danielle mordía pan remojado, el aceite se quedaba en su boca y el sabor no era muy bueno, tomó un buen puño de papas al arrojarlas a su boca algunas fueron a dar al suelo, James solo con una taza de café observaba con atención, buscando el momento para interrumpirla, pedirle que comiera más lento evitar que se ahogara o peor impedir que acabará con la comida de Charlie's.
Aunque Dany habría respondido con un puñetazo, la imagen le causó gracia a James, liberó una sonrisita, buscaba mantenerla oculta de Dany, realmente se esforzó, no reírse cuando tu cara está completamente morada es difícil.
-¿Qué? - la chica preguntó al terminar de masticar o más bien parcialmente terminado de mascar, estiró su mano en dirección a la botella y bebió.

-Nada, tienes una papa en el labio-.

Con una servilleta en sus labios buscando el residuo, no tardó en comprender que no era verdad, el puñetazo fue a dar al brazo de james. -Muy gracioso Kubert -.

- ¡Hey! No te metas con alguien que te dobla en peso y tamaño-, amenazo James a la despeinada mujer que estaba sentada frente a él.

Danielle dio unas pequeñas risitas - ¿Recuerdas cuando papá nos traía de niños? –

-completamente, los bancos rojos, las parrillas eran nuevas, los cristales eran transparentes, incluso la barra con sus azulejos completos. –

James recordaba cada detalle del lugar, la iluminación, el peculiar olor de la comida, en ese tiempo la comida era infinitamente superior a la que actualmente preparaban en Charlie's. Recordaba una vieja máquina de ROCOLA, estaba posicionada en el rincón, substituyendo una mesa que faltaba, el sonido de muchas de las canciones era horrible, zumbidos incesables e indescifrables. Siempre que Konrad llevaba a la familia a cenar a Charlie's, tomaban la mesa más cercana a ese vejestorio con discos de vinilo insertados en su interior. Ese lugar nunca fue del agrado de Konrad, siempre era decisión de Regina tomar esa mesa, y durante lo que durara su cena ella se apoderaba de aquel cacharro. Conocía a la perfección cada canción de aquella ROCOLA.

Ella cantaba durante la cena, y si que lo hacía, con su hermosa voz. Ella y James compartían el gusto por una peculiar canción. Cuya lirica era casi profética.
'THE TIMES THEY ARE A-CHANGIN'

Regina Amaba a Bob Dylan casi tanto como a su familia.

La canción era triste. Pero era como triste en un buen sentido, suponiendo que eso era coherente. James sabía que los tiempos cambiaban, tenia el conocimiento y la suficiente capacidad de darse cuenta de que el cambio era inevitable y necesario.

Preferiría no ser consciente de aquella verdad.

"Vuestros hijos e hijas están fuera de su comando, vuestro viejo camino esta carcomido."

Era como una remembranza de la naturaleza violenta del humano, de la oscuridad en el largo trayecto, o un presagio angustiado por los días que vendrían cimentados en aquellos gastados caminos, y aun así la canción le parecía ambiguamente optimista.

-sinceramente lo que más recuerdo es la vez que Erick y tú inundaron lo baños-. Comentó Danielle, arrebatándole de sus vagos pensamientos. El plato de comida ahora estaba vacío.
-ni me lo recuerdes, Regina y Konrad estaban furiosos-.
-¿cuál fue el castigo esa vez?-.
-pagamos al fontanero de nuestra mesada...-
-¿solo eso?-.
-No me has dejado terminar, vinimos a trabajar durante 2 años, limpiando el suelo lo trastes, los baños, sacábamos la basura, nos hacían barrer el maldito estacionamiento, lo curioso es que durante esos 2 años, cada noche estábamos aquí, te recuerdo sentada en la mesa de la esquina con Regina y Konrad a tu lado, riéndote de nosotros, ese cabello desalineado, los grande ojos verdes ese colmillo ligeramente inclinado.-

Hubo silencio...

-Claro eso fue antes de los aparatos dentales, otra memoria recurrente es de nuestra adolescencia, vinimos en la noche los 3 después de un partido de Erick, esa noche la banda de Tobey toco, su amplificador era una basura, causaron un corto circuito en toda esta cuadra...-

James la interrumpió, -solo se escuchaba su batería y todos como locos bailamos en este oscuro lugar, al tempo de aquellas percusiones sin ritmo -.
-Fue mi primer beso. - Añadió Dany, el comentario resulto ser incomodo por alguna extraña razón, nuevamente ambos guardaron silencio. Las camareras entraban y salían de la cocina con grandes charolas, transportando ensaladas, hamburguesas, papas, guisos etc.

-Es curioso ¿No lo crees? No importa cuánto intente, siempre alguien te demuestra su afecto antes-.
-No hagas esto-
- ¿Hacer qué? -
-Esto, hablar así-.
-ya hablamos de esto, era lo que tú querías, que fuera sincero...-

-yo quiero que sea real, no solo unas cuantas palabras bonitas, con las cuales limpias tu conciencia, con las cuales justificas el que salgas en la maldita noche sin que te importe mi preocupación o la de mamá, tomas decisiones sin pensar, y eso nos afecta James, nos arrastras contigo-. Llevaba buen tiempo guardándose estas palabras desde que su Padre...

James la tomo de la mano, sus dedos se entrelazaron, su mano estaba caliente.
-Uno, creí que habíamos llegado a un acuerdo en cuanto a mi segunda vida, y Dos crees que esto no es real-. Llevo las manos de Dany a su pecho.
-Sí, llegamos a un acuerdo y te apoyo, pero estoy desecha James, tengo muchos sentimientos encontrados, ambos sabemos que a James Ronald Kubert Brown no le importa nada, ni su falsa famililla-.

<< "Genial me estoy volviendo en mamá, lo llamé por su nombre completo. ¿Qué sigue? ¿Sermonear a Erick por razones absurdas?">>. Pensó Danielle con cierta gracia.

-Lo hecho, hecho está. Y mientras más rápido comprendas que me juzgas mal, podrás empezara comprenderme.-.

Los verdes ojos de Dany se abrieron como platos, que intentaba decirle, impotente sin la capacidad de reaccionar de otra forma o articular una palabra.
Ofendida, era un término muy pequeño, James se comportaba nefasto, bastante convencional en él.
-Como dije lo hecho, hecho está, pero en todas estas emociones que no comprendo dentro de estos pensamientos rotos, te necesito...-. La voz se le hace añicos, Está hablando desde el fondo de su corazón. -Los necesito Dany, ustedes son mi familia, falsa o verdadera, eso no importa, los amo como si compartiéramos la misma sangre. Se que me equivoque, estaba tan centrado en mí, se sentía bien salir en las noches, sacar todo este enojo. Yo quería quemar al mundo Dany-.

No recordaba haberlo visto llorar, ni admitir que tal vez se equivocó, tampoco reconocer que estaba cabreado con el mundo. No tenía la imponencia física de Erick que era corpulento y con una musculatura bien definida.

Pero James a su manera era un tipo rudo, tenía una espectacular fuerza de voluntad y una disposición inigualable, que rivalizaba con su obstinación. Por lo menos nunca había llorado frente a ella, y cuando algo lo derribaba se levantaba, como si ni se hubiese inmutado.

Y ahí estaba la versión más dolida y mal trecha, siendo sincero con ella, expresándole que la necesitaba. Ambos estaban quebrados y buscaban la cercanía el uno del otro, su pecho agitado y las palabras no bastaban.

-Me agradaba la idea de creer que estaba "ayudando" por las razones adecuadas, y esa es una gran mentira. Lo hice por mí, se sentía bien, y no me importo si había consecuencias. Pero ahora hago esto porque es lo correcto, porque tengo la opción de hacerlo, y la tomo. Se que hay consecuencias, podría morir el día en que menos lo espere. Y no pienso dejar este mundo sin hacerte saber que te amo, que eres la cosa más bella que mis ojos hayan visto, y que te cuidaré, que quiero hacerte feliz, incluso si eso significara dejarte ir-.

Finalmente, como era de esperarse, se unieron tan cerca como sus capacidades humanas les permitían en un apasionado beso, uno que expresaba todo su amor y se llevaba consigo las partes feas, ahora estaban completos, ellos contra el mundo.
-James Ronald Kubert Brown, eres la persona más cursi que conozco-. Danielle bromeó,