Sesión 25: Yuno & Owen

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Yuno:

En ese entonces no tenía idea que el sujeto que me estaba guiando hacía un lugar peligroso era Algoritmo, un Pilar Informático con mucho poder.

Algoritmo creaba ventanas y comandaba códigos para burlar la seguridad del lugar.

En la sala de Cuarentena se hallaba un sujeto, con apariencia de anciano, barba y camisa blanca, pantalón claro y zapatos cafés.

- Déjenme sólo... - Dice el anciano.

- Quien eres? - Pregunté.

- Alguien que no debería estar aquí.

Algoritmo se infiltra en la seguridad y libera al Anciano.

- Ahora eres libre! - Dije feliz.

El me mira y dice:

- Porque tan emocionada por mi liberación?.

- Porque se que eres como yo... un Divergente.

- Así que tu eres la otra Divergente.

- Siiiii!! - Grité emocionada y lo abracé.

El me apartó inmediatamente, dijo que no le gusta el afecto, porque le trae malos recuerdos.

Salimos del lugar, y como el Anciano no tenía donde quedarse lo invité a mi hogar.

- Oye, Anciano...

- No me llames Anciano, y ya les dije que no necesito ayuda.

- Bueno, entonces puedo llamarte Abuelo?.

- No.

- Abuelito?.

- No.

- Como te llamas? - Pregunta Algoritmo.

- Para que quieren saberlo?.

- Simple curiosidad, veo como emana de ti la energía virtual.

- Como... como sabes de eso?, acaso eres el Guardian del Código de este sistema?.

- Es correcto, mi nombre es Algoritmo, cual es el tuyo?.

- Me llamo Owen.

- Me gusta más Abuelo - Respondo.

- No me llames así.

- Owen he?, bueno Owen, cuando quieras hablar más sobre todo, puedes encontrarme en La Maquina de Comandos (MC).

- No prometo nada...

- Por el momento te aconsejo que te quedes con esa niña y convivas con ella.

- Porque tengo que convivir con esta mocosa?.

- Oye!! - Dije disgustada.

- Porque son los únicos Divergentes vivos de este sistema.

El Abuelo suspira y luego asiente. Pero por alguna razón no esta feliz.

Algoritmo se despide y se marcha, el Abuelo y yo tomamos un BUS para llegar a la Papelera.

Al entrar, todos me miraban con disgusto y asco.

- Abuelo, por aquí, hay dos asientos vacíos.

- No le llames Abuelo, mi nombre es Owen.

Cuando me iba a sentar, un numero 2, chaqueta azul oscuro, piercings, y peinado de bravucón, me hizo tropezar y caer golpeándome la cara.

- Auch...

- Eso te pasa por ser un don nadie - Me susurra.

- Estás bien? - Pregunta el Abuelo.

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