Capítulo 1.

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Evelyn Ackerman.
Martes 12 de Febrero, 9.00
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Me acomodo en el asiento de mi despacho tras soltar un leve suspiro, me giro admirando las vistas, pleno sol alumbra la ciudad y cada rincón de mi despacho haciendo encoger mis ojos, pese tantos años sigo sin acostumbrarme al sol y mi intolerancia se nota a kilómetros, solo hay que fijarse en mis reacciones.
Gracias al anillo que me consiguió Alani, mi madre, puedo salir en pleno día sin ningún tipo de problema.
Comienzo a teclear en mi ordenador cuando un toque en la puerta capta mi atención ya que poca gente suele tocar, espeto un frío "adelante" sin apartar la mirada de la pantalla, siento una figura frente a mi, termino de teclear y alzo la vista viendo a un joven desconocido, sonriente haciendo que algo en mi despierte, alarga su mano educadamente a lo que yo rechazo comenzando a hablar.
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-Siéntese. -ordeno, mirando sus ojos fijamente, a lo que yo medio sonrío.- Y bien, ¿en que puedo ayudarle?
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Tras haber rechazado su saludo, pasa de sonriente a extrañado y de seguro a tenso, su mirada es nerviosa, mira sus manos mientras juguetea con ellas a lo que yo rio.
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-Siento haberle incomodado, no saludo habitualmente. -alza una ceja.-
-Entiendo. -tose, para empezar a hablar.- Quería entregarle mi currículum, mi padre me informó de que usted buscaba secretarios y bueno -suspira.- me veo capacitado para este puesto.
-Está bien, ojearé su currículum y le llamaremos para una entrevista en un día concreto.
-Perfecto. -se levanta del asiento sonriendo para marcharse.-
-Si el puesto llega a ser suyo, le llamaré yo. -recojo mi pelo con una pinza, acomodándome en mi asiento.- Y recuerde, aunque sea hijo de alguien importante no tendrá mas posibilidades, aquí somos todos profesionales.
-Ya me avisaron de usted. -rio.- Esperaré su llamada.
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Se va luciendo todo el rato esa preciosa e inolvidable sonrisa. No se que me a pasado con el, no sé porque dije que le llamaría yo cuando suele encargarse mi ayudante, ya que yo no tengo secretario obviamente. Acostumbrada a que todos me supliquen el puesto, por llamarlo de alguna manera y que él haya sido tan directo y paciente conmigo me a llamado muchísimo su atención.
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14:30
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Toda la mañana sin parar de trabajar, no necesito descansar. Mi superior me llama la atención pero no dejo de trabajar, si supiesen que podría estar días y días sin agotamiento, alucinarían.
Al terminar decido ir al bar de siempre, la camarera simplemente me guiña un ojo porque ya sabe lo que voy a pedir: té verde junto mis dos cruasanes de chocolate. Justo cuando voy a coger asiento alguien choca conmigo derramando sus cervezas en mi, como en esas típicas películas que acaban enamorándose: me dan náuseas. Empujo a esa persona sin siquiera mirarla limpiándome con una servilleta.
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-¡Eres estúpido! -grito.-
-Perdóneme, ha sido mi culpa. -deja la bandeja y comienza a limpiarme, bueno, mejor dicho: empeorar las manchas, frotando como si fuese a arreglarlo y consigue lo contrario.-
-¡Claro que a sido tu culpa! Y para, lo estas empeorando. -suspiro frustrada y cuando me digno a mirarle a la cara, era el, el chico del currículum, Daniel Patterson.-

Continuará..
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Se que aún no está tan interesante, pero es sólo el principio. Espero que guste. :) Y si os va gustando votad o comentarme que os va pareciendo, grasias juju..

DECIDO SER YO, CADA DÍA MÁS YO. ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora