El Secreto

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Era una escena conmovedora la que se apreciaba en ese momento, una joven pareja en medio del puente se abrazaban con ternura, sin más testigos que ellos mismos disfrutaban de la calidez de sus brazos. La tranquilidad del lago les daba una atmosfera sumamente romántica, los arboles agitaban sus ramas por el viento que soplaba suave. Se podía notar el aura de amor que desprendían esos dos, con solo verlos se podía admirar cuanto se querían.

Se besaban con lentitud, disfrutando de sus bocas, deleitándose con el arte manifestó en sus labios. Sus alienados cálidos se transformaban en vaho que rosaba sus rostros enrojecidos, el frio simplemente paso a segundo término, al estar así ya no lo sentían, su calor corporal los mantenía en un estado de satisfacción indescriptible.

El beso se alargo por mucho tiempo, separándose levemente para respirar cuando el aire les faltaba. La espalda baja de Draco estaba apoyada en la baranda del puente y aprisionaba con sus brazos el cuerpo de Hermione, estrechándola con firmeza contra él.

Sus manos agiles acariciaban su espalda con delicadeza y a pesar de hacerlo sobre el grueso abrigo que la protegía del frio, ella podía sentir corrientes eléctricas traspasando su piel, lo que la hacía suspirar por el contacto.

Hermione poso sus manos sobre las pálidas mejillas del rubio, sosteniendo su rostro poso sus labios sobre los del chico, sin moverlos, solo acariciándolos con el suave toque, se separa un poco para abrir los ojos, que hasta entonces había mantenido cerrados y se encontró con el rostro del hombre que tanto amaba y que tanto la había hecho sufrir, sonrió melancólica por ese pensamiento. Bajo sus manos hasta colocarlas sobre su pecho.

Draco a su vez tomo su rostro con una de sus manos mientras con la otra la sujetaba por la cintura, delineo sus facciones con las yemas de sus dedos con fascinación, estos suaves toques la hiciera suspirar.

Los ojos grises de Malfoy eran posos profundos, enigmáticos y verdaderamente bellos en los que antes solo podía encontrar en ellos una frialdad insondable, mortecina e hiriente, y ahora encontraba cosas más complejas que contradecían cualquier emoción o sentimiento que hubiera manifestado antes. Era difícil saber la razón por la que ahora esos orbes grises tuvieran un destello tan diferente y tan cálido, sin embargo, era imposible poder negar un cambio tan evidente.

Con las manos sobre su pecho la chica pudo sentir los latidos de un corazón acelerado a pesar de la tela que lo cubría, descanso su rostro sobre el pecho fuerte del rubio para escuchar ese rítmico sonido y cerro sus ojos para negarles que derramaran lagrimas, no quería llorar, aun  no era tiempo, le había prometido de manera silenciosa que no hablaría hasta que el terminada de confesar su historia.  

Draco comenzó a pasar sus dedos entre los cabellos castaños de la chica, sus movimientos eran lentos, jugaban con sus rizos. Y teniéndola así en sus brazos, con el rostro apoyado en su pecho, beso su cabeza antes de tomar aire para contar la ultima parte de su confesión.

Estaba aterrado y lleno de pánico lo que le contaría en este momento sería algo decisivo, después de eso no habría marcha atrás y no estaba seguro si Hermione sería capaz de perdonarle, ya bastante la había lastimado con sus acciones y sus palabras, pero sabía que no podía seguir callando, tenía la obligación de hablar hasta el final y cortarlo todo, a pesar de las consecuencias porque simplemente ya estaba cansado de ser un cobarde. Si quería aspirar al amor de alguien como Hermione había llegado la hora de ser sincero y arriesgarse.

La abrazo con más fuerza antes de separarse un poco para mirarla a los ojos, rozo con sus dedos su mejilla enrojecida y tomando su barbilla le dio un último beso en los labios, se separo después y sonrió con tristeza, sin deshacer el abrazo y mirando aun con fijeza sus ojos caramelo comenzó a hablar.

Confesiones De DracoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora