🌹▪Viajando a la deriva ▪🌹 《Drift》

🌹XXXIV🌹

Omega se acerco a atacarlos pero Drift lo detuvo dandole un golpe en su pecho que lo alejo de ellos.

Era indiscutible, pelearian por segunda ocasión pero esta seria la ultima batalla entre ambos.

-Si asi lo quieres...-Omega lo miro con furia y se abalanzo contra Drift

Ambos peleaban cuerpo a cuerpo, sus golpes eran con fuerza, llenos de odio y rencor.

-No volvere a dejar que la llenes de infelicidad

-Ella es mi hija, a eso esta destinada

Eso enfurecio a Drift, no importaba que tanto dolor le ocasionara a la rubia, no era suficiente para el.
Tenia que acabar con esto, debia cerrar los cabos sueltos mientras podia.

- ¿Crees qué tu la haras feliz por el simple hecho de amarla? tus amigos piensan lo contrario- Drift se consterno con lo que dijo, dio un paso en falso y Omega lo aprovecho para darle un fuerte puñetazo que lo tiro al suelo -... ¿Acaso Mariel sabe como abandonaste a tus amigos? ¿Cómo los ofreciste como alimento a los monstruos de allá afuera?

-Eso no es cierto - Drift hablo levemente -...¡Yo quería protegerlos! - Omega aprovecho su momento de debilidad para tomarlo del cuello y llevarlo hasta la orilla del lugar, estaban a miles de metros de altura, su muerte seria segura.

-Hija mía, Drift abandono a sus amigos una noche de tormenta, por estar buscando algo de diversión expusiste a tus amigos a pesar de que te pedian regresar ¿Qué te hace pensar que no hara lo mismo?

El recuerdo de ese momento mortificaba al rubio, habia memorizado cada detalle de esa ocasión.
Era inexperto en ese entonces, no tenia ni idea a lo que se enfrentaba , creía con inocencia que no pasaria algo malo, pero no fue asi.
La tormenta llego y esas cosas no tardaron en aparecer y mucho menos en atacarlos a ellos, el ruego de sus amigos por que huyera no se hicieron esperar.

¡Huye, quedate a salvo, vive!

El no quería irse, quería estar con sus amigos pero los gritos desgarradores de ellos no se lo permitieron. Asi que huyo, dejandolos ahi, cuando la tormenta paso regreso para buscarlos pero ya no estaban.

La culpa lo perseguía y no decirselo a ella le dolia mas pero por miedo a que lo rechazara por cobarde no se lo pudo decir.

- ¡Mientes! - Mariel grito -, ¡Eso no es cierto!

Drift giro a verla, ella estaba intentando jalar a su padre para que no lo aventara- Yo te diseñe el artefacto para controlarlos ¡Tú los atacaste y yo tengo la culpa de su sufrimiento!, ademas ¡ellos tres estan vivos!

Los ojos del rubio mostraron sorpresa y Mariel lo sabia - Ellos estaban atrapados con mi padre por que los necesitaba para sacrificarlos , yo los habia visto antes pero los ignore , ahora que se lo importantes que son para ti no dejare que pienses que fue tu culpa -ella tiraba de Omega con todas sus fuerzas pero su padre la golpeo para que lo dejara en paz.

Drift al ver como la golpeo de esa manera frente a el le colmo su paciencia. Lo tomo de los hombros para poder darle un rodillazo en el estomago, Omega lo solto en ese instante.
Mariel se levantaba con lentitud del suelo pero volvio a caerse, su brazo le ardia bastante, el color de su mano se volvia mas oscuro, sentía como aquella 《infección》 se recorría por su cuerpo.

Ahora el rubio era quien se aprovechaba de los pasos en falso. Las ganas de proteger a su pequeña le dieron la fuerza necesaria. No por que un peso de encima se haya ido de el, la ternura que le causo Mariel por asumir la responsabilidad de su dolor lo motivo aun mas.

-Omega, ella ya no esta sola. No podras utilizarla mientras yo este para protegerla

- ¿Y cuanto tiempo queda? - Omega tomaba aire

-El que sea necesario

Omega lo miro con superioridad - Horas ¿cierto?

Drift no respondio, solo se le quedo mirando esperando cualquier movimiento.
Omega empezo a reir - Son mas idiotas ustedes dos juntos que antes de conocerse...

El cubo comenzó a brillar mas y mas, Mariel comenzo a preocuparse de la situación, el tiempo se acababa.

- ¡Ya no hay tiempo! - Mariel grito desesperada hasta que sintio nauseas de nuevo y vomito en el suelo.
La chica comenzo a temblar, habia hecho algo realmente estupido, repetiría la historia de su padre.

D

rift comenzó a preocuparse pero no podia ir con ella pero, Omega sabia como aprovecharse de la situación.

- ¿Lo sabias? - le pregunto al rubio -Mariel espera un hijo tuyo en su vientre, sera mas poderoso que la mascara misma

Drift volteo a ver a Mariel, los sentimientos de felicidad se tornaron tristes. Recordaba la platica que tuvieron en ciudad comercio sobre tener un hijo, el no se hacia la idea en ese entonces pero ahora, si lo hubiera sabido en otras circunstancias estuviera tan feliz de saberlo.

Mariel miraba con resentimiento el suelo, cometio un error terrible.

Omega tomo de su cinturon una bomba de humo y la uso en el area de visión de Drift.

- Sabes una cosa niño, tu y yo somos mas identicos de lo que crees- Omega caminaba con calma mientras el humo negro se esparcia por el lugar -, yo tambien en su momento fui como tu, trataba de proteger a mi familia de todo mal pero no lo logre

Mariel tosia levemente por el humo, no veia nada y estaba asustada escuchando a su padre, las luces naranjas de su traje se fueron haciendo mas claras -Asi como no lo lograrás tu

La rubia intento gritar pero Omega la tomo de su boca para que no lo escuchara. Comenzó a llevarla en dirección al cubo.

- Saludame a tu madre-le dijo un momento antes de pegarla en el cubo.
Mariel comenzó a llorar, no queria terminar asi , cuando sintio el empujon cerro los ojos con fuerza esperando sentir el mismo ardor de su mano en su cuerpo.

Pero no sintio nada; Mariel abrió sus ojos y vio como Drift estaba detras de su padre pero ninguno de los dos decia nada.

Omega solto leves quejidos , dejo caer a Mariel al suelo. Drift saco su filogrieta de su pecho.

-No soy como tú...

Mariel corrió a abrazar a Drift, Omega se tambaleaba por el lugar mirando como su hija lo veia con terror.

-Saludame a mi madre...-le regreso la oración

Se fue acercando a la orilla de ese gran terreno y se dejo caer al vacio, las imagenes de sus momentos felices en familia pasaban por su mente como agua, pero era el momento de decir adios.