Pleaseure One-Shot

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-Elsa Arendell -Escucho mi nombre y mi corazón se detiene de repente, quito mis ojos de la pantalla del televisor para ver a la joven de la recepción que me busca en la sala de espera para que atienda su llamado.

-Soy yo -Levanto mi mano y poso mis ojos en Hipo que sonríe para darme ánimos.

-¿Quieres que te acompañe? -Me apresuro a despegarme de mi silla para mostrarle mi desacuerdo, ya es bastante traumática  la situación para que lo haga el doble de horrible.    

— Me da vergüenza contigo, es algo muy íntimo, ya lo sabes.

— Nos vamos a casar en una semana, ya deberías dejar de sentir tanta vergüenza. – Intento dibujar una sonrisa en mis labios, cada vez que habla sobre el matrimonio me recorre un frío en toda la espalda, solo desearía que todo esto dejará de afectarme.

— Tienes razón, pero sabes que no sucederá ahora. -Suelto la mano de Hipo mientras lentamente camino a la entrada que da a los consultorios.

— Buena suerte. –El ojo verde sonríe grandemente mientras la gran mayoría de mi ser quiere salir corriendo y dejar todo atrás, pienso detenidamente si en realidad necesito esta cita, me siento muy sana y ya que soy virgen no tengo VIH, creo que es inútil y que no debería entrar, pero Estoico quiere que confirmen que estoy en perfecta salud y que puedo darle un heredero a Hipo, de otra manera jamás hubiera permitido que él se involucrará conmigo, a veces desearía que me dejaran de controlar como una simple marioneta.

— Es el consultorio 404, el doctor Frost te está esperando. –Mi corazón arde al escuchar su apellido de nuevo, soy consciente ahora que no voy a ser capaz de verlo, no debí haber aceptado esto, ¡Diablos! ¿Cuando me metí tan profundo en todo esto? Soy la única culpable y debo aceptar todas las consecuencias de mis acciones, debo ser fuerte.

Con fuerza camino por el largo pasillo buscando su consultorio, 404 repito en mi mente y mis piernas en estos momentos están hechas de gelatina, mi corazón late fuerte y este agujero en el estomago que siento es prácticamente normal, solo soy una chica que va a su primera cita con su ginecólogo, es una situación horrible ya que nunca alguien a revisado ese lugar y la vergüenza se apodera de mi, es tan incomodo que no quiero ni imaginar que sucederá, pero lo más frustrante de esta situación es que él será mi doctor y yo en parte me siento muy retraída por eso.

Encuentro el consultorio, revisó el número para verificar que sea el correcto y mi mano se queda en el aire, no me atrevo a tocar e instintivamente doy pasos hacia atrás intentando huir.

— Sigue, es acá. -¿Cómo diablos supo que estaba aquí? Paso saliva y ya no ha maneras de escapar, entro y lo veo en su silla, tan apuesto y serio como siempre. Se ve tan profesional que debe ser normal para él revisar mujeres.

— Hola. –Titubeo después de algunos segundos de solo observarlo, él me indica que me siente con una pequeña sonrisa y es lindo volverlo a ver, se siente demasiado refrescante y un tanto inquietante por el latir de mi corazón.

— No estés nerviosa, voy a hacerte algunas preguntas y luego pasas a la camilla para la revisión. ¿Entendido? –Asiento con mi cabeza y examino la habitación, hay una camilla con unos círculos al final de ellas, en cada lado. Pienso en mi abriendo las piernas ante él y mis mejillas se colorean sin remedio.

— Quiero que seas lo más honesta conmigo, ¿Está bien? Nada de lo que digas acá va a ser comunicado, ni a Hipo, a Estoico o a tu papá. Así que todo quedara entre los dos. –Vuelvo a asentir con la cabeza y juego con mis dedos, no puedo sostenerle la mirada por más de cuatro segundos.

— ¿Cuando fue tu último periodo? –Cuento rápidamente los días en mí mente, diablos, no recuerdo bien cuando fue.

— Septiembre tres –Doy una fecha aproximada y él teclea para guardar toda la información en su computador.

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2019 ⏰

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