Primer Vistazo 0.1

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72:00 horas antes de la primera acción

Madison
El sol sale una vez más, otro nuevo día. Me gustaría verme bien recién levantada pero creo que eso es imposible, mi cabello castaño desordenado, saliba en la cara y apenas puedo abrir los ojos. Si, totalmente hermosa.

Talvez no fué buena idea el acostarme tan tarde la noche anterior, pero tenía que arreglar algunas cosas para mañana, el cumpleaños de mi pequeña. No puedo creer que esta mocosa ya tenga 6 años cuando puedo recordarme toda vomitada y cambiamdo pañales. Mientras me aseo y me pongo un poco más descente puedo recordar todas las veces que la he cubierto en sus travesuras, la he perseguido correteando y he hecho de Ken cuando jugamos con Barbies, por que si, siempre tengo que ser el Ken.
Ay mi Edith, que nostalgia.

Se me antojan galletas para desayunar y un buen café, salgo de casa sin despedirme de nadie ya que yo soy la primera en despertar el día de hoy. Camino a la pastelería miro al cielo sonríendo y es que se siente tan malditamente bien tener vacaciones que ahora mismo estuve a punto de caerme por quedarme mirando hacia arriba como tonta

-¡Buenos Dias señorita Madison!- le respondo el saludo a mi vecina la señora Amelia con la mano y una sonrisa.

Luego de una que otra cuadra la frase: "Has llegado a tu destino" sale de mi boca imitando la voz de google maps, lo peor es que me río sola de mi propio chiste pero eso ya no es nuevo.

Entro a la pastelería y... se que vine por galletas pero treméndo bombóm el que limpia la mesa de la esquina ¿puedo llevarmelo? Damas y caballeros...
en menos de 3 minutos ya me imaginé haciendo toda clase de cosas con el.
Tiene un pelo negro tan rizado y sedoso que muero por sumergir mis dedos en el, unos cuantos rizos caen por su frente hasta sus pestañas guardando entre ellas dos hermosas perlas de color café miel.

Una nariz perfilada y unos labios finos pero delicados contrastando con el pálido tono de su piel haciéndolos ver un tanto rosas
¡Vamos que es un muñeco!
Esa camisa remangada mientras pasa el trapo por la mesa son un tremendo deleite a la vista.

Pero mi fantasía acaba cuando recuerdo que llevo un buen rato parada en la puerta de la pastelería mirandolo fíjamente como boba sin decir nada.

-Una docena de galletas y el bombón de allá atrás.-

-¿Cómo?-
¡Brávo Madison! Ganadora a Idiota del año.
Solo falta que lo pidas para comer aquí... (aunque eso no suena tan mal.)

-Eeehh... Una docena de galletas y un café con leche por favor... para llevar.-
Mientras mi orden es preparada, ruego por que que el chico no me haya escuchado.

-¿Todo bien Madison?- Pregunta Jacob, hijo de la propietaria de esta pastelería que es mi favorita. Me encantan todos los tipos de dulces y aquí son deliciosos. Aparte de que está en mi vecindario y me queda cerca de casa.

-Si, todo está bien. ¿Cómo está la señora Ada?-

-Llegó ayer a italia, aquí todo es más difícil sin ella- Dice Jacob con una sonrisa.

Yo adoro a la señora Ada, es todo un angel. Hace tremendos postres, de vez en cuando me gusta ayudarla y hablar con ella. Aunque es una mujer de edad mayor, su alma y espíritu son tan jóvenes y alegres que siempre me dice lo que necesito escuchar. Y es que ahora necesito escuchar, que ella me explique quien es chico tan lindo y que hace por aquí, aunque eso no será hasta que regrese... o que yo lo descubra.

Sugar LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora