Primer Vistazo 0.2

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72:00 horas antes de la primera acción

Gael
Despertar nunca fué tan molesto. Me duele la cabeza y mi nariz está tan congestionada que apenas puedo respirar. Estoy resfriado gracias a que me quedé bajo la lluvia jugando con mi hermano Yael la noche anterior. Lo normal
Le agradezco mucho el cubrirme hoy en la pastelería

Me levanto de la cama luego de pasar 10 minutos mirando a la nada y decido llamar a mi abuela, solo hacen dos días desde que se fué y ya la extraño

-Hola mi príncipe- Extrañaba tanto escucharla

-¿Abuela? En italia debe ser super tarde ¿Qué hace despierta?- pregunto preocupado aunque en realidad agradezco que responda

-Algo me dijo que llamarías-
No puedo verla pero se que está sonriendo.

-Abu te extraño un montón-

-Yo igual te extraño príncipe. Yael me contó que estás resfriado ¿Cómo sigues?-

-Voy mejorando- Miento, si le digo como de verdad estoy, se preocuparía.
-Yael me ayuda en la pastelería hoy- Agrego, preguntandome por que yo si me resfrié y el no.

-Desde pequeños les he dicho que dejen de jugar bajo la lluvia, aunque no se que sería de la pastelería sin ti. Siempre te has prestado a ayudarme, muchas gracias querido-
Soy muy bueno haciendo postres por que desde pequeño mi abuela me ha enseñado, ahora que está de viaje tomo su lugar en el negocio de la familia, Ada's Bakery la pastelería mas famosa de toda california. Con el renombre y las ganancias de esta mi abuela podría tener el mejor personal, pero a ella le emcanta hornear y es muy orgullosa como para dejar su negocio completamente en manos de otro, o al menos eso es lo que ella dice.

-Sabes que para mi no es problema y lo siento por lo de la lluvia. Pero ya deberías estar dormida, te dejo descansar.

-Bueno, que tengas buen día-

-Te amo

-Yo también te amo.- y así nuestra llamada termina, nunca me explicó bien por que este viaje a su país de origen tan repentino.

Gael, ya descansaste bastante. Me digo a mi mismo y procedo a bañarme, cambiarme y hacer esas cosas de gente normal para bajar y saludar a Mamá. No sentamos a desayunar

-Hablé con la abuela- Digo antes de beber de la taza de café

-¿Cómo está mamá?-

-Está bien.- mi mamá sonríe con alivio pasando un mechón de su cabello negro detrás de su oreja, de ella Yael y yo sacamos el color de pelo. Y ahora que lo pienso debería llamarlo, el no es muy normal que digamos y me preocupa como le estará llendo hoy

-Que onda hermanito.

-¿Todo bien? Estoy pensando en ir para allá.-

-No tienes que venir, el tío Jacob y yo la estamos pasando de maravilla. Enserio-
Puedo escuchar como se despega del teléfono para gritar; ¿¡Verdad que si tío Jacob!?. No puedo evitar reírme.

-Aquí todo va bien, nada raro exepto que hace un rato vino una chica que se quedó varada en la puerta mirándome... pero luego recordé que somos muy hermosos y que eso es normal-

-De todas formas iré, chao.

Termino la llamada con Yael y me despido de mamá. Intento acomodar mis rizos rebeldes y salgo de casa de camino a la pastelería, a veces extraño mi antigua casa pero fué lo mejor el habernos mudado mi familia y yo. En realidad fué idea mia, quería estar cerca de mi abuela que me crió por más tiempo del que lo hizo mi mamá y por eso es tan importante para mi.
Este vecindario es muy lindo, me gusta pero siempre que paso por esta calle en específico la veo a ella... ¿Cómo puede alguien verse tan hermoso recogiendo popó de perro?

No se si es por que me gusta pero su cabello rubio parece brillar a la luz del sol, haciendo que parezca dorado. Sus ojos marrones son hermosos, me gustaría poder verlos por más tiempo pero tuve que romper el contacto visual repentino que tuvimos mientras pasaba por su lado, debería dejar de ser tan obvio. La veo mucho por esta calle, supongo que vive por aquí, solo se que se llama Madison porque una vez cuando pasé por aquí ella estaba caminando y la llamaron, cuando atendió el teléfono dijo; "Habla Madison"
Hermoso nombre.

-Buenas señora Amelia- Saludo a mi vecina de unas cuantas cuadras para discimular un poco

-Igual joven gael- me da una sonrisa, me gusta hacerle entragas. Ama mis cupcakes

Luego de unos cuantos pasos llego y abro la puerta de cristal

-¿Qué cuenta el señor que no sabe de twerk? Jajaja. Perdedor- Yael me recibe con ese saludo peculiar y unas palmadas en la espalda como consolación
¿Twerk dice?

-¿De que hablas?-

-Se te olvidó con la borrachera- mi hermano un año mayor que yo comienza a reír a carcajadas. Enserio no recuerdo nada

-Gaelito de mi corazón, estuvimos perreando a la luz de la luna cuando salimos del bar junto a los chicos ¿no recuerdas?... ¿Work de Rihanna a todo volumen? ¿El perreo del milenio? ¿Batalla de hermanos?- Yael dice todas esas cosas con un orgullo envidiable, yo quiero que me trage la tierra.

Entonces no estuvimos jugando.... ahora lo recuerdo. Nuestros nuevos amigos de por aquí Harry e Isaac nos invitaron al bar para celebrar..... celebrar que..... no me acuerdo que celebrabamos las verdad, pero tomamos demasiado y por alguna razon salimos a... ¿perrear? Y luego comenzó a llover.

-JAJAJAJA. Con la cara que pones parece que ya te acordaste- No señores, no siempre el mayor es el más maduro y tranquilo. Aunque no se de que hablo si esa noche me moví como en mi vida nunca lo había hecho

-¡Pero di algo! Harry quedó en enviarme los videos ¿te los enseño?-

-Nonononono, está bien-
Yael ríe de forma gloriosa, hasta que suena el teléfono y el va a atenderlo

Espero que no suban a ninguna parte esos videos. Miro alrededor de la pastelería decorada de blanco, azul y rosa pastel. Mesas y sillas repartidas por todo el lugar con una gran barra y una vitrina llena de pasteles al fondo del amplio local. A mi y a la abuela nos encantan los grandes ventanales en las paredes ya que así entra mucha luz natural y el ambiente es super relajado. Hoy la pastelería está repleta de personas... todas diferentes; edades, ocupaciones, razas. Y eso es muy importante para Ada, unificar a las personas con algo tan simple como los postres.

-Es un pastel para mañana- Dice yael al colgar el teléfono y acercarce al tío jacob. Lo saludo y me acerco a ellos

-¿Conoces la dirección?- Yael le pasa una libreta con la dirección a la que hay que entregar el pastel para mañana. Tiene sentido que le pregunte a nuestro tío, ya que el lleva años viviendo aquí y trabajando junto a la abuela

-Ah, es la casa de Madison.

¿Madison? ¿La chica rubia con la que tengo un flechazo? Wow primero se su nombre por casualidad, y ahora su dirección también. El destino nos quiere juntos

-Es un pastel para una niña de seis años, en la libreta están las especifícaciones. La mitad ya está paga- Yael deja la libreta el el mostrador y mi tío me mira extrañado al ver que tomo la libreta apenas Yael la soltó.
No estaba equivocado vive en esa calle...

-Yo haré este pastel- no puedo perder la oporrunidad.

-Bien, entonces Yael lo entrega.

-No! Yo puedo entregarlo tambien.

Voy a la cocina, me pongo el delantal y de inmediato comienzo a trabajar en el pastel mientras pienso en Madison.
No sería lo mejor ligar con ella en una fiesta de cumpleaños para niños.

¿Qué tal enviarle galletas?

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Nota: El chico de la foto en multimedia, es lo más parecido a Gael que encontré, para que se hagan una idea ;)

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2019 ⏰

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