-Capitulo Único-

3.4K 438 698
                                    

Que cansado había sido el día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Que cansado había sido el día. Su horrible jefe había estado molestándolo con mas trabajo del necesario todo el tiempo, y el pobre Tanjirou no había podido hacer nada más que asentir y tragarse su ira. Ahora caminaba cabizbajo por las calles de la luminosa ciudad, mientras trataba de no dejar escapar lágrimas de sus ojos. Estaba cansado, hambriento y molesto. Todo esto lo haría explotar, pero él no era como su amigo Inosuke, que cuando se molestaba repartía golpes. Él solo lloraba, esa era su forma de desahogarse. Su débil forma de desahogarse. 

Las personas, al pasar, le golpeaban el hombro sin siquiera fijarse y disculparse. Todos estaban demasiado ocupados para fijarse en su pobre existencia. Suspiró, tratando de clamarse y de no llorar. Solamente quería estar en casa, acostado en su sofá y leyendo un libro o viendo una película junto con su amargado gato Yushiro. Tanjirou vivía solo en la gran ciudad, mientras que su familia vivía en un pequeño pueblo cerca de una gran montaña. Él se fue porque quería darles una mejor vida, y necesitaba trabajar y estudiar para conseguir eso.  Pensó en qué estarían haciendo sus hermanos. 

Pasó frente a una cafetería de 24 horas, y su estómago rugió al ver un enorme trozo de pastel de zanahoria que posaba en la bitrina. Paró en seco y miró la comida mientras se le hacía agua la boca. No había probado bocado en todo el día, gracias a su jefe. Se decidió a entrar, solo para pedir un café y un trozo pastel. Hace años que no comía pastel. La puerta se abrió con un tintineo de la campana, y el cálido aire con olor a café lo impregnó completamente. Inspiró ese dulce aire y con nuevos ánimos se acercó a la barra. Tomó asiento y esperó a que uno de los meseros se acercara.

—Buenas noches, ¿En que puedo servirle?—un hombre de aspecto musculoso se acercó a tomar su orden.

Era un hombre alto, de cabellos rubios con pequeños mechones color rojo. Sus ojos dorados y pobladas cejas negras lo hacían ver atractivo, con piel clara. Tanjirou lo miró, y su corazón comenzó a latir con fuerza. No supo la razón por la cual al verlo a los ojos, al observar su hermosa sonrisa, o al solo oír su dulce voz, su pulso se aceleró.

El joven de cabellos rojos lo miró con ojos sorprendidos y preocupados, pero siguió con su dulce sonrisa. 

—¿Señor...?— preguntó el rubio, al ver como el muchacho frente a él lo miraba con lo ojos como platos— ¿Señor, está usted bien?—insistió el rubio, pasando su mano repetidas veces frente a los ojos color vino del joven.

Tanjirou regresó en sí. Parpadeó un par de veces, y sonrió con vergüenza mientras los colores le subían al rostro. No podía creer que ese hombre que apenas si acababa de conocer causara tal impresión en él. 

Contrólate, tonto. Solo es un camarero. No es como si fuera tu alma gemela.

El joven se reprendió mentalmente, mientras agachaba la cabeza para que el camarero no notara su sonrojo. Rascó su nuca apenado, al tiempo que pensaba qué decir.

Café Negro| Kimetsu no Yaiba| KyoTan/RengokuxTanjirou| Corregida✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora