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Eran alrededor de las 3 p.m y ahí estaba entrando el nuevo compañero de piso del chico de cabellos color azabache. Era un rubio de estatura más alta que él (un par de centímetros), con una gran sonrisa y encantador.

Entró al apartamento y notó que todo estaba muy limpio, ordenado, tranquilo; estaría solo.

¡WOOHOO, TODO ESTO PARA MÍ SOLO! — Gritó con entusiasmo y comenzó a desempacar su bolso y demases.

Conectó su equipo portátil y con la música a todo volumen. Algo que no le gustaba; el silencio.

Mientras el joven de cabellos claros hacía de las suyas con la música alta, el joven de cabellos morenos iba saliendo de un día agotador del trabajo, cansado y con sueño, lo único que quería en esos momentos., comer, una ducha; su cama.

En eso que iba de regreso a casa recordó que posiblemente a esa hora su compañero de piso estaría instalado. Le llevó un par de horas olvidarse de eso como para que nuevamente estuviese pendiente de aquel chico. Suspiró, tomó sus llaves y en eso mientras abría la puerta se escuchaba música a todo volumen dentro del piso. El chico nuevo, pensó.

En tanto estaba por abrir la puerta de la habitación de golpe vio nuevamente otra nota:

[Hola, estoy ocupado, por favor no entre o molestes si no es algo importante.]

Frunció el ceño enfadado y abrió la puerta de golpe, sin embargo, se encontró con una gran sorpresa...estaba su compañero de piso semi-desnudo realizando...ejercicios.

Changbin se sorprendió, tragó en seco y rápidamente bajo la mirada para voltearse cuando fue invadido por Minho.

¿No te enseñaron a tocar? — agregó Minho tomándole del brazo.

El más bajo se quedó inmóvil y en eso que lo voltea logró ver el cuerpo del más alto, tenía un cuerpo perfecto, unas piernas trabajadas, un gran bulto delantero...antes de seguir deleitándose con tanta maravilla respondió en seco.

La música, bájale. — Le soltó con fuerza alejándose para entrar a su habitación.

¿Qué había sido eso?, ¿Qué clase de recibimiento fue ese?, ni si quiera se presentó. Esa y miles de preguntas se estaba haciendo. Se había comportado como un imbécil, no quería verle la cara hasta un buen tiempo más. Por suerte de él no compartirían baño, lo cual sería menos vergonzoso que eso. Sin más entró a la ducha a terminar cierto trabajito provocado por un tal Lee Minho.

Nuevamente la fastidiosa alarma volvió a sonar y ahí estaba Changbin, con sueño y sin ganas de levantarse, quería quedarse en cama por siempre, pero, las cuentas no se pagarían solas.

En un par de minutos ya estaba listo y para sorpresa de él no habían rastros de su compañero de piso, probablemente seguiría durmiendo. Así fue como salió del piso dirigiéndose a otro día de trabajo.

Tras un par de horas Minho se levantó a prepararse comida, no había nada, claro, había olvidado hacer las compras del mes. Por ende, se vistió y se dirigió a caminar por los alrededores del vecindario. A pocas cuadras divisó una cafetería, probablemente también tendrían sándwiches, al menos eso pensó.

Sin más entro al sitio, se veía bastante acogedor y poca gente, perfecto para una comida improvisada.

Hola, quiero un...creo que te conozco, te he visto antes...Ah, eres ese chico gruñón y fastidioso que ayer entró a mi habitación... — añadió con desagrado haciendo una mueca con su cara.

Changbin...con que así te llamas...—nuevamente volvió a interrumpir.

Buenos días, ¿va a ordenar algo? — agregó el moreno intentando no avergonzarse tras recordar de cómo se conocieron.

Hmm sí, quiero un Iced-latte, un Bagel de Salmón y rápido que no tengo todo el tiempo.  —le respondió con una sonrisa vengativa dirigiéndose a sentar.

El más bajo asintió y se dio cuenta de cómo ese chico le hacía enfadar.

Tras unos minutos le llevó la orden. 

Vaya...al fin...ya estaba hambriento. Hmm...¿debería poner un reclamo?, ¿qué dices? — nuevamente volvió a interrumpir, sin dejar que el menor contestase. 

— ¡AHHH! ¿SIEMPRE ERES ASÍ?, ¿POR QUÉ ERES TAN MOLESTO? — Changbin agregó alzando la voz y de inmediato su superior le llamó la atención haciéndole para que fuese donde él. Así fue que se alejó del mayor nuevamente avergonzado por su comportamiento, de seguro sería despedido. 

Mientras tanto, Minho reía llevándose un pedazo de sándwich a la boca. Aquel chico de baja estatura le llamaba la atención, aún más sabiendo lo irritante que podía llegar a ser.

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2019 ⏰

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