Era difícil volver a la rutina luego de tan trágico momento,las mañanas ensombrecidas,los corazones con un eterno invierno, pasillos con memorias nos conducían a un sueño del cual queríamos despertar.
Desde ese instante mi vida había cambiado,la de todos,ahora éramos tres.Padre e hijas juntos contra el mundo.
Me encontraba cursando tercer año de secundaria,me gustaba ir al colegio,sentía que ahí podía despejar mi mente y matizar el dolor. Era complicado por qué mi madre siempre me recogía a la salida,ya estaba grande pero amaba que lo haga.
-Hey! Angy, ¿qué tal cómo estás?-Hummm... bien tranquila
-Lamentó lo de tu madre
-Descuide profesora
-Puedes contar conmigo Angy para lo que sea
Era constante recibir esas palabras, me agradaba me sentía bien,protegida.
Al terminar la escuela mi padre había acordado que vayamos donde mis abuelos y esa idea me encantaba. Amo a mis abuelos,son las mejores personas del mundo. Siempre que mi abuelo llegaba de trabajar cuando era pequeña me traía dulces. Dios,el amor de familia no lo cambio por nada.
Llegábamos a su casa,comíamos,jugábamos,prácticamente estábamos un poco engreídas allí.
-Mamita,¿podemos ir al supermercado?
-¿Para que pequeña?
-Quiero comprarme un celularSi bueno,se pusieron de moda los celulares y para ello tenía ahorrado una cantidad considerable para darme ese gusto.
(Mala inversión)Fuimos a comprar el dichoso celular que quedo a nombre de mi abuelo ya que aún no era mayor de edad.Es importante decir que mi padre no sabía nada de aquel celular.
Pasaron varias semanas así,la compañía de mis abuelos nos ayudó bastante a sobrellevar la pérdida.
Mi papá es una persona impaciente y algo colérica,hubo un incidente con él y decidió que ya no vayamos más a la casa de mis abuelos para ir donde mis tíos.
Si acepto que tuve culpa por ser descuidada,me afectó mucho ya no ver a mis abuelos como antes, sentía que los perdía,pero en parte la decisión que tomó mi papá nos ayudó a madurar.
Las cosas cambian para bien o para mal pero siempre sigue adelante.
A partir de ese día mi hermana y yo viajaríamos dos horas diarias para ir donde nuestros tíos. Lo bueno de ello es que podíamos convivir con nuestras primas.
No crecimos juntas pero siempre que lo estábamos la pasábamos muy bien.
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Crecer y sobrevivir en el intento
RandomDentro de las etapas de la vida,la adolescencia es una que definirá nuestra forma de ser. Este libro cuenta la forma en como puedes sobrevivir a la pérdida de un ser querido y afrontar lo que viene.