- ¿Por cuanto tiempo tendrán que irse? - Pregunto un pequeño niño de cabellos negros y ojos color marron, estaba bien vestido, siempre lo estuvo ya que vivía con una familia que estaba bastante bien económicamente. Se encontraba en la puerta de la casa de sus tíos, o mejor dicho unos muy buenos amigos de los padres de aquel caribeño, pero ¿que hacían ahí? Pues la madre y el padre del niño debían irse por unas semanas por un viaje de trabajo y no podían llevar al pequeño con ellos. —No tardaremos mucho cariño, serán tan solo un par de semanas, te lo prometo.— Le sonrió y le dio un pequeño beso en la frente, a lo que el pequeño respondió con un abrazo bastante fuerte. A sus padres se les ocurrió dejarlo a cuidado de la otra pareja que para suerte también tenían un hijo varón y un año mayor a el de orbes marrones, y adivinen que, esos dos niños eran muy buenos amigos, ¡Que va! Eran los mejores. Se conocían desde pequeños, ya que actualmente el caribeño, de nombre Alexander, tenía 10, y el otro niño de orbes verde oliva, pecas y de pelo rizado, llamado John, tenía 11.
—Bueno, hijo, ya es hora.— Se separó del abrazo para ir junto con su padre a donde el auto les estaba esperando para llevarlos al aeropuerto. Rachel se subió a aquel auto y bajo la ventanilla de este para poder saludar con la mano a su amado hijo, Alexander también le saludaba así hasta que el auto se perdió en la carretera, el pequeño suspiro y se dijo a si mismo. —Dos semanas.— y sonrio, iba a extrañar mucho a sus padres, ya que nunca estuvo sin ellos tanto tiempo, aunque sabía que era temporal y que iban a volver.
O eso creía él.
Los padres del pecoso, de nombres Henry Laurens, su padre, y Eleanor Ball, su madre, le dijeron al pequeño —Entra Alex, esta empezando a hacer frio.— El chico entro y ya no sabía para donde mirar, había un tipo de silencio incomodo. —Hey... Ve con Laurens arriba, me dijo que te estaba esperando para jugar.— La mujer le sonrió y el de orbes marrones le respondió de la misma manera, con una sonrisa, y luego se fue corriendo hacia la habitación de su compañero para jugar, ya que es lo que haría todo el tiempo, jugar con él.
El pequeño John ya se había adelantado y había armado un tipo de fuerte con almohadas y sabanas, así que apenas Alexander entró a la habitación empezó a sonreír emocionado por todo lo que jugarían, así que sin dudarlo fue corriendo hacia allí y se metió dentro del fuerte, donde Laurens le esperaba para pegarle con una almohada. —¡Ah! ¡Un intruso!— comenzó a reír y a seguir pegándole con tal cosa suave y rellena de plumas. —Jajajaja, ¡Para! ¡Por favor!— A el caribeño tal acción le hacia reír, así que tomó otra almohada que estaba al lado de el y empezó a pegarle al pecoso con esta. —¡Vas a lamentarlo!— siguieron riendo toda la tarde y todos los días fueron así.
Fueron muy buenos dias.
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•Hace mucho no escribía, Jsjs.
Bueno, espero que les haya gustado esta pequeña parte de la historia, y que puedan seguir disfrutando los siguientes capítulos, aunque esto solo fue un epilogo nada más.No tengo mucho más que decir así que... Bye!
—Sakari.
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🥀;;- disease °.• ×[Lams]×
FanfictionPensé que íbamos a tener una hermosa vida juntos. [🐢] Pensé que siempre ibas a estar conmigo. [🍬] Pensé en tener una bella familia contigo. [💐] Pensé que no me ocultarias algo como eso. Ojalá hubiera sido todo una mentira y que hoy en día, es...