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Después de salir de toda la bola de estudiantes que acorralaban a otro estudiante que yo ni si quiera sabía su nombre, pero este desde siempre había sido así de popular. No lo juzgo ni nada parecido, no es su culpa ser popular. Es la de todos los demás porque lo ponen en la cima nada más por tener tan atractivo todo.

Cuando me encontraba buscando mi nombre en esas hojas todos me empujaban, no por ser groseros sino porque al parecer ya llegaba dios, terminé de ver las hojas ya después de haber encontrado mi nombre, así que iba decidido a salir de ahí hasta que gire y me topé con una mirada profunda, nos concentramos en los ojos del contrario por varios segundos hasta que caímos en cuenta de que era una estupidez eso, dejamos de vernos yo seguí por mi lado y el por el suyo.

Caminé directo al salón donde me tocaría estar este año, al llegar todavía faltaban como 12 minutos para que la campana sonara, esa era la razón por la cual el salón se encontraba medio vacío.

Me senté en mi asiento común de todos los años, ya que aunque fuera un salón distinto, jamás cambiaba de posición mi lugar. Esperaba que este año no se sentara ningún imbecil junto a mi, porque siempre tenía la mala suerte de que así fuera.

Dejé mi mochila tras del asiento y después recosté mi cabeza en la mesa de mi lugar, cerré los ojos por un rato mientras escuchaba música por mis AirPods. Minutos después al parecer me había quedado dormido. Cuando levanté mi rostro me encontré con la mirada de un amigo, de hecho el único que tenía en este mundo, mi mejor amigo.

—¿Que haces aquí? -pregunté en voz baja, ya que no me gustaba que los demás notaran mi voz y empezaran a hablar sobre mi.

—¿Como que que hago? Te prometí que vendría de intercambio el último año de escuela aquí -me sonríe.

—¿Es enserio esto? ¿No estoy soñando? -pregunté aún sorprendido. No podía creerlo, mi mejor amigo que vive en L.A se encontraba aquí frente a mi, para estudiar un año conmigo. Si soy sincero, estaba muy emocionado al volver a verlo. Ya qué hay vacaciones en las que yo voy allá a pasarlas con el, o vacaciones en las que el viene acá a Seúl a pasarlas conmigo.

—¿Quieres que te pellizque para que veas que no es un sueño? -bromeó.

—No, no gracias -reí bajo.

—Esa es la sonrisa que quería ver en tu rostro desde que llegué -me dijo el sonriente.

—Primera y ultima vez que sonrió, recuerda es un milagro que yo sonría -guiñe mi ojo en su dirección.

—Me enoja que no te guste sonreír -fingió estar triste al agachar su mirada.

—Cambiando de tema, me gusta tu nuevo tinte -le admito. Ese rubio le quedaba perfectamente bien.

—¿Ah si? Me alegra saberlo, gracias -sonrío emocionado.

Pasaron varias clases y ya íbamos de camino a la cafetería para tomar nuestro almuerzo. Mark iba junto a mi, mientras me agarraba del brazo para no separarse de mi ya que no conocía nada del lugar y cuando termináramos de comer lo llevaría a dar un recorrido por todo el lugar.

Llegamos a la cafetería y nos sentamos uno frente al otro. Saqué el almuerzo que habían empacado para mi y empecé a acomodarlo para poderlo comer todo. Mark me veía impresionado.

—Traje dinero, así que iré a comprarme algo -rió el rubio frente a mi.

—Puedo compartirte de lo que traje -le admito pasándole unos cubiertos para que usara.

—Está bien, solo iré por el postre y bebidas para los dos -dice el mientras se levantaba para irse.

—De acuerdo -hable para después empezar a comer.

...

Mark se levantó de la mesa donde se encontraban sentados, para empezar a caminar hasta la ventanilla de la cafetería donde vendían las cosas. Después de haber comprado lo necesario el chico extranjero iba de regreso a donde antes se encontraba sentado, cargando con sus cosas en una bolsa. Hasta que alguien le metió el pie y lo hizo caer.

La bolsa cayó al suelo junto con el, y las bebidas se habían roto ya que eran de vidrio y el se había cortado con el vidrio en las manos porque al caer se sostuvo con sus manos. Además de que también aplastó el pan de dulce que había comprado. Sintió la sangre de sus manos salir mientras se mezclaba con el líquido del suelo.

Sus ojos empezaban a arder, no por estar triste o algo parecido, sino porque le dolían las manos. Alzo la mirada y se encontró con obviamente debía ser uno de los vivos matones de la escuela.

—Eres con el primer chico que veo interactuar con esa espécimen de allá -señaló a su amigo Jinyoung, que al parecer aún no se daba cuenta de lo que había ocurrido, ya que estaba hasta el otro extremo de la cafetería.

—¿Y a ti qué? -soltó Mark aún agachado en el suelo.

—¿Vas a hablarme de ese modo? -de agachó el otro chico a la altura de Mark para después tomarlo fuertemente por sus mejillas.

Mark no lo miraba a los ojos, porque si lo hacía sentía que le saldrían las lagrimas al instante. —No me toques -dijo el rubio tratando de separarse de esa persona.

—¿Eres gay como tú amigo? Tal vez por eso Park JinYoung no habla con nadie, porque no quiere serte infiel -dice el chico pelirrojo.

—Deja de decir estupideces, y vete al diablo -Mark se zafó de su agarre para intentar levantarse, pero al volver a apoyar sus manos se lastimó mucho más sus manos, así que jadeó por el dolor intenso.

El otro chico aprovechó eso y lo empujó completamente hasta el suelo para colocarse encima de él. Al parecer nadie los veía porque ese chico matón los tenía advertidos de que si el ocasionaba alguna escena que ni se les ocurriera ver o algo así.

—Discúlpate niña -le dijo mientras lo agarraba por la corbata de su uniforme.

Mark estaba en shock, jamás había estado tan cerca de un chico, y menos de un desconocido. Mark iba a disculparse, hasta que alguien lo detuvo ganándole la palabra.

—¿Molestando a personas tan temprano Changsung? -escuchó la voz de otro chico. Sus manos seguían doliéndole y ardiéndole demasiado.

—¿Ahora que quieres Wang? -soltó con una voz raspada el que se encontraba encima del rubio.

—Quiero que te levantes de encima de ese chico, y lo dejes en paz -le dijo el chino.

—¿Quien me va a obligar a hacerlo? ¿Tú? No me hagas reír Wang, tu nunca te metes en mis peleas porque eres una niñita con miedo -soltó.

—No me hagas repetirlo dos veces -de escuchaba la voz de el chino muy furiosa.

Changsung se levantó de encima del rubio para encararlo. Changsung era un poco más alto que el chino, así que se sentía más fuerte y grande que el chino. Pero aún así el chino no tenía miedo.

—No lo vuelvas a molestar -soltó Wang muy cerca del rostro de el otro.

Wang se iba a girar para ayudar al rubio, pero el chico anterior lo tomó fuertemente por el hombro lo hizo girar y le dio un fuerte golpe en el rostro.

Wang se tocó el labio y notó cómo empezaba a salir sangre de este.

—Te vas a arrepentir.

...

Después de haberle partido la cara a Changsung ayude al chico rubio a levantarse del suelo y lo acompañé a la enfermería.

—Siento haber llegado tarde -me rasqué la nuca nerviosamente mientras veía cómo le vendaban las manos después de haberle hecho curacion.

—No te preocupes, estoy agradecido contigo por haberme ayudado -me sonrío el rubio. Realmente tenía una hermosa sonrisa.

—No agradezcas, lo hice porque ya me había hartado de que Changsung siempre se saliera con la suya, y lastimara a chicos frente a mi -admito.

—Aún así muchas gracias -sonríe nuevamente.

—¿No deberías de estar en clases Jackson?

—Me voy enseguida, cuídelo bien por favor -le dije al doctor. —Nos vemos después -le mandé un guiño al rubio y después salí corriendo de ahí.

𝙇𝙤𝙫𝙚 𝙡𝙤𝙤𝙥; 𝙅𝙞𝙣𝙨𝙤𝙣.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora