PRÓLOGO
Los cerezos de la Fé.
No hacía mucho que los cerezos habían caído desde la última primavera en este lado del planeta.
Era muy hermoso contemplar el paisaje, de pétalos manchados con sangre y dolor, frutos de una agónica e incontrolable guerra entre el egoísmo y la terquedad.
Dos bandos malditos por el acero y las cargas de incesantes balas, misiles y toda arma existente.
Y en ellos me encuentro yo.
Un soldado más, una herramienta para ellos.
No podía apartar la vista donde fuera, salvó cerrar los ojos si no quería ver esa tan horrorosa escena.
Cascos de balas de anda a saber que calibre son, junto con montañas y montañas de piezas imbuidas en sangre, lodo, aceite y fuego, acompañadas de cánticos de agonía y dolor.
Delirio de terror por el festín de la muerte que danza alegremente sobre los pasos de quienes llegan a sus brazos. Socorriendo en el último aliento de vida, con la esperanza de volver a ver a sus seres queridos.
Apagando la luz en sus ojos, dejando un solo matiz opaco que combina con las manchas de lodo en la frente de una pálida o Morena cara, dejando caer la quijada, junto con un cuerpo ya inservible para algunos, trofeo quizás para algún demente.
Silbaba calaverica, alegre, melodías que el viento que hacía ondear estandartes, junto con cerezos en la nada. Después de haber sido un campo de Bellos árboles que fueron aplastados por la rabia del hombre y sus máquinas.
Año 2039. Una Nación había nacido con un objetivo de Trascender en la historia como Aegis. Cómo el primer Imperio Trans-continental en generar un cambio tan radical como un giro de 180 grados para la humanidad.
Aquella nación era constituida por diferentes países repartidos por los 5 continentes, creada por diferentes organizaciones del planeta, la humanidad pasaba por una crisis de economía, las guerras internas sociopolíticas era tan inestables como los tratados y roses de la alta élite con el pueblo de cada nación.
Aquellas naciones que conformaban este nuevo país eran Estados unidos, Rusia, Alemania, Suiza, Francia, China, Japón, Brasil, Canadá, Inglaterra, India.
Formaron su nación en base a conquista y negocios, alzando su estandarte como Aegis, el desacuerdo fué unánime al generar una disparidad y rechazo por los demás países del globo.
Tal fué el descontento que trajo con él un plan de reformas de organizaciones que llamaron "Operación Dragón" que consistió en dos fases.
La primera fué llamada "Operación Dragón Durmiente", invitaba a otras naciones de Europa, América y Asia a unirse a Aegis.
Pero pocas se unieron a la iniciativa, en base a tratados dejando su libertad de nación y gobierno a cambio de un futuro para su gente, aceptando la propuesta de Aegis.
Otros negaron su propuesta, tomándolo como una humillación para su nación y su gente.
El mundo sufría cambios, la humanidad los sufría, como un pequeño cáncer que sabían que había que extirpar pero nadie se atrevía.
Y como si se tratara de una selección natural, cada país negado comenzó a caer en la ambruna, el hambre, los disturbios, las guerras civiles.
Aegis intentó una vez más dialogar.
Algunos aceptados y resignados, no queriendo derramar más sangre.
Pero otros tercos como mulas llevaron las cosas a otro nivel.