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Poco demoraron en llegar al pueblo con el bote de la familia. Caminaron entre las calles adornadas con tiendas antiguas cada una inmersa en sus pensamientos. Mina dobló y entró a una tienda. Ahí entonces Nayeon supo que habían llegado.

—¡Hola amiga!

—Mina, ¡hola! —Una chica se volteó a saludarle.

Nayeon rodó los ojos con algo de molestia. La reconoció de inmediato, era la "stripper" del otro día. Comenzó a mirar algunas cosas de la tienda para que su presencia pasara desapercibida.

—¿Tienes el teléfono que te encargué? —Preguntó Mina.

—Sí, llegó. ¿Cómo estás?

—Excelente, ¿y tú?

—Bien. —La chica miró a Nayeon y se acercó sonriente hasta ella. —¡Konnichiwa!

Nayeon volteó con sorpresa, obviamente actuando.

—Oh, hey, h-hola... —respondió, retrocediendo lentamente.

—¿Recuerdas esto? —Preguntó mientras hacía unos movimientos de sus bailes ''eróticos''.

La chica se afirmó de unos productos mientras se inclinaba hacia atrás, haciendo más visible su abdomen, y hacía gestos con su rostro.

—Sí... sí, fabuloso... — Nayeon comenzó a caminar hacia Mina mientras la otra le perseguía.

—¿Te acuerdas de eso? —Preguntó nuevamente volviendo a bailar, pero ahora moviendo sus hombros.

—Sí. Lo recuerdo. —Dijo entre dientes. Mientras caminaba y era seguida por la chica, que iba cantando.

—Le causaste una buena impresión a Sana. —Comentó Mina mientras agregaba un par de golosinas a una bolsa.

—Mjmm... Claro. Creo que la parte donde lloré fue lo que realmente nos unió.

—Ajá... ¡Oh! ¿Qué crees? —Dijo Mina tomando unas papas. —Dato curioso sobre Mina número 11: Me gustan los Pringles, son deliciosas. Todos los productos Hostess. Coca sí, Pepsi no y cecina.

Nayeon le miró sin expresión alguna.

—¿Qué edad tienes? ¿Trece?

—Mmm... —Mina miró su bolsa llena de golosinas ignorando el comentario de Nayeon.

—Aquí está. —Informó Sana llegando con una caja. —Ya está cargado.

—Gracias, amiga. —Dijo Mina dirigiéndose a la salida.

—También le puse el número de tu novia.

Nayeon le miró y estiró su mano para que la chica le pasara el aparato, pero de pronto esta lo apartó en modo de juego. Nayeon sonrió obligada, tratando de alcanzar nuevamente el celular, pero Sana lo volvió a apartar. Un par de veces más pasó lo mismo hasta que la mayor tomó el objeto fuertemente. Sana trató de hacerle cariño en el cabello pero Nayeon caminó rápidamente, dejándolo sola y frustrada.

—Gracias. — Nayeon rápidamente buscó sus llamadas y mensajes mientras salían de la tienda. —No puede ser, tengo treinta y siete mensajes... ¡¿Qué?! Necesito una computadora, Mina. ¿Hay alguna computadora que podría encontrar en este pueblo olvidado?

Caminaron un poco más hasta que se vio en el ventanal de un local: 'Sitka Internet Café'

El lugar parecía desierto. Nayeon vio con el ceño fruncido un par de computadoras antiguas, Mina estaba hablando con el hombre encargado.

—Bien —dijo la menor llegando a su lado —, cuando se agote el tiempo te avisa. Solo pon las monedas.

La coreana miró la mano de Mina llena de monedas.

La propuesta - MINAYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora