Sopa De Uvas [TK]

Segunda Parte

El día del examen se acercaba y Seokjin no podía estar más nervioso.
La gran academia de artes HMB era el más grande sueño de cualquier aspirante a una carrera artística en Seúl por lo que cada año, miles de personas de todas las edades se presentaban a la prueba. Estudiantes de artes plásticas, danza, teatro y música, una vez la academia los recibía eran formados en sus respectivas áreas junto con la enseñanza básica, y no podían más que vivir tranquilos pues una vez dentro, aseguraban su éxito.

Claro está que no cualquiera era apto para ingresar, pues de los más de 2,000 aspirantes al ingreso cada año, solo eran aceptados los 80 mejores para cada área.

Y a pesar de tener detrás un par de recomendaciones de su lado, eso no hacía que se volviese menos complicado para Jin el controlar su ansiedad y constantes malos pensamientos.

-Kim.- hablo el menor tocando con el índice su hombro, sin respuesta. -¡Hey Kim Seokjin!- golpeó su brazo, recibiendo un quejido del contrario.

-Oye tú mocoso, ¡¿Cómo te atreves a pegarme?!- Sobo su brazo, mirándolo con indignación.

-¡Tú eres quien llevaba 10 minutos dejándome hablar solo!- Le regresó la mirada, bebiendo de su leche en caja.

-Ah, no tienes conciencia.- Respondió tomando su mochila en un hombro, comenzando a caminar lejos de la máquina expendedora de donde había salido la leche de banana. - ¿Que decías?-

-¿Harás algo más tarde? Hoy no tengo entrenamiento y Jimin no responde mis mensajes desde el lunes.-

-Quieres decir que soy tu última opción- Bromeó colocando su mano en el corazón - Jungkookie tu de verdad no tienes conciencia.- Negó.

-Ah hyung sabes a lo que me refiero- rió. - Hace mucho que no salimos como antes.- Evitó usar un tono de tristeza, sin pasar desapercibido para el mayor.

-Sólo di que vas a extrañar ver esta cara por aquí todos los días.- palmeó su espalda dedicandole una sonrisa. - Está bien Kook, tenía planeado ir a comprar algo de ropa pero creo que eso puede esperar. ¿Que quieres hacer?-

-Hobi tiene una pequeña muestra con su grupo, creo que es la última que hará con ellos asi que deberíamos ir, luego podemos ir a tomar algo.- Se detuvieron al llegar al pasillo, escuchando la campana sonar dando inicio al siguiente periodo de clases.

-Suena divertido, ¡nos vemos mas tarde entonces!- Se despidió el mayor, comenzando a dar pasos cada vez más apresurados, no podía volver a llegar tarde a clase.

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El pequeño pelinegro seguía mirando su teléfono a escondidas, las últimas clases le resultaban siempre bastante aburridas pero esta en especial siempre era una gran tortura. ¿Quién diablos necesitaría saber la historia de otros paises? Bastante tenía Jungkook con memorizar la del suyo.

Sus pies se movían impacientes al contrario del reloj, que parecía ir cada vez mas lento, él solo quería salir de ahí y no podía pensar en nada más que en irse ya, hasta que su cerebro le recordó la agenda para mas tarde y el tiempo comenzó a acelerar en su mente.

No podía faltar al evento de su hyung y Jin ahora era la excusa perfecta para no arrepentirse al ultimo momento y no ir como la vez anterior, maldecía interiormente al Jungkook del pasado que en algun punto creyó que sería buena idea estar ahí.

¿Qué podía pasar? Solo sería parte del público y observaría el gran espectáculo que era Jeon Hoseok cuando bailaba. Sí, sólo lo observaría, como todas las veces anteriores, porque ese era su lugar, ahí es donde él debía estar.

Él siempre estaría desde las gradas, mirando a su hermano tener éxito con orgullo.

Mientras él estuviera bien, todo estaría bien.

-¡Jeon Jungkook!- Se escuchó el estruendo de ambas manos golpear contra el escritorio al lado del pizarrón. -¿¡Me estás escuchando?! ¡A la oficina del director, ahora!-

-Disculpe profesor, yo est--

-¡Silencio!- Le interrumpió. - No es la primera vez que pasa algo como esto dentro de mi clase, estoy cansado de oir tus excusas. El uso del celular no está permitido a menos que yo lo autorice y lo sabes perfectamente, guarda tus cosas, ya le contarás tus motivos al director.- Se colocó los lentes, esperando a que el pelinegro saliera para continuar con la clase, cosa que hizo sin mucha demora, inclinándose en forma de disculpa y cerrando la puerta detrás de él.

Otra vez en la oficina del director.

Esto no podía estar pasando de nuevo, a excepción de que sí, estaba pasando y estaba seguro de que estaría en serios problemas.

Le darían el largo sermón sobre por qué lo que hizo estaba mal y le recordarían su historial de errores una y otra vez hasta que la saliva se les agotara sin olvidar que tomarían su teléfono y no se lo regresarían hasta la semana siguiente, pero ese no era el mayor de sus problemas, lo era que no tardarían en llamar a su mamá y ésta llegaría en cuestión de minutos como si estuviese solo esperando a que él cometiera otro delito.

Y no es que Jungkook fuese lo que se dice un delincuente juvenil, pues sus mayores delitos no pasaban de quedarse dormido en clases o no entrar a algunas por ir a dar un paseo a la azotea de la escuela o al patio, cosas que cualquier persona común haría por lo menos una vez durante su vida escolar, sin embargo el pecado de nuestro personaje era ser tan descuidado e inocente cuando realizaba tales atrosidades, como aquella vez donde le pidió a Tiffany que dijera que estaba enfermo y por eso no pudo presentarse a la clase, sin contar con que más tarde llamarían a su madre con la intención de confirmar tal información y brindarle ayuda de ser necesario, lo que pasó después no es tan difícil de imaginar.

Lo que sí era difícil de imaginar, fue que cuando su madre llegó mirándolo con inconformidad y se sentó a escuchar las palabras que el hombre mayor tenía para decir estas fueran "No podemos seguir tolerando actitudes como estas dentro de nuestra institución, por lo que tendrá que comenzar a buscar otra escuela para su hijo de inmediato si no quiere que pierda el año."

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