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Desaparecer.

Así es, desaparecer.

Es lo que la mayoría quiere o busca cuando las cosas se vuelven complicadas, cuando ese momento que estas viviendo es tan abrumador que simplemente no puedes ni quieres más; el "tragame tierra" que todos hemos gritado al cielo, o el "que todo se acabe ya" que hemos pedido a quien sea que nos esté escuchando, donde quiera que esté.

Desaparecer.

El pase libre para poder decidir ser una nueva persona, intentar comenzar de nuevo y tratar de dejar tirados en el camino los pedazos de pasado que cargas en esa mochila tan pesada que llevas en hombros.

Desaparecer. ¿Por cuánto tiempo?

Tres meses, una semana, quizá un año. ¿Para qué? Para tal vez olvidar a esa persona que en algún momento fuiste, para olvidar a personas que te hicieron sentir cosas que no quisiste... seguramente para dejar atrás a esa persona que sufre y salir adelante como alguien renovado y con más experiencia para lidiar con la vida.

Desaparecer... no cambia las cosas. Solo las aplaza.

Y cuando por fin crees haber olvidado y desaparecido completamente de todo aquello; gracias a que el mundo es tan pequeño y para variar redondo, te vuelves a encontrar en la misma situación de la que creíste desaparecer. Pero con diferentes personas, quizá con una arruga en el entrecejo y un par de canas. Y simplemente estás, preguntándote ¿por qué pasa otra vez? si creíste tener la madurez suficiente para no dejar que eso pasara nuevamente, y creíste haber aventado todo lejos de ti, y creíste, y creíste, y creíste y... desapareciste.

Pero desaparecer no resuelve nada, no cambia nada, no desaparece nada.

Entonces... desaparecer. ¿Para qué?

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2019 ⏰

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