Al estar "libre" miré mis muñecas, la cuerda estaba muy apretada, y cuando tiré de ella; lastimé mis muñecas.
Miré mis tobillos, también lastimados, pero no tanto como las muñecas.
Al darme cuenta lo que había pasado me enojé mucho con Ian, pero sobre todo con mi misma, odié haberme dejado a la merced de Ian, odiaba haber sido tan sumisa.
Estúpido Ian.
Cuando me di cuenta, Ian ya no estaba en la habitación.
Bajé echa una furia las escaleras hasta el despacho de Ian.
-Te odio!.- Solté abriendo la puerta, sin permiso.
-Victoria! ¡¿Qué te dije de gritarme?!.-
-Me importa una mierda lo que me hallas dicho, ¡eres un maldito sádico! .-
-No soy sádico, ¿quieres que sea sádico?.-
-No.- Dije cruzándome de brazos.
-Segura?.-. Se acercó a mi, lo bastante como para sentir su aliento chocar en mi frente; su perfume inundó mis fosas nasales. -¿Segura?.- Repitió rozando sus labios con los míos.
-Se..segura..-.
Me empujó contra la pared de su despacho y puso mis brazos por encima de mi cabeza, y comenzó a besar mi cuello. Me dió vuelta bruscamente y me dió una nalgada, grité de dolor.
-Shhh.- Me calló Ian.
-I..ian..pa..para, por favor.- Dije entre jadeos.
-Tu te lo buscaste sola.- Estaba en ropa interior y con una bata, así que lentamente, fue desnudandome.
Me dí vuelta; quité la camisa de Ian y sus pantalones.
Ian jadeó cuando toqué sin querer su miembro.
Volvió a darme vuelta y dijo:
-Quédate quieta, o te castigaré.-
Introdució un dedo en mi feminidad, luego otro.
-I..ian.- Gemí su nombre, y un escalofrío hizo que me arqueara, a lo que Ian castigó con una fuerte nalgada, me dolía y a la vez me gustaba.
-Ian.. para..-
-No hasta que termine.-
-Ian.. en serio. -Decía lentamente y jadeando.
Retiró sus dedos y los lamió.
Fue devuelta a mi cuello, lo besó, luego subió hasta el lóbulo de mi oreja y lo mordió.
-Eres mía..- Dijo Ian. -Solo mía.- agregó.
Sacó sus boxers, dejando ver su enorme miembro.
Me arrodillé e introducí el miembro de Ian en mi boca, cubriendo mis dientes con mis labios comencé a practicarle sexo oral a Ian.
Él jadeaba y eso me exitaba más, complacer a Ian me gustaba.
Dí por finalizado el sexo oral y Ian se colocó devuelta su ropa, no sin antes darme otra nalgada.
-Para ser la primera vez que practicas sexo oral, lo haces bastante bien..-. Dijo cerrando la bragueta de sus pantalones.
Yo me puse mi ropa interior y la bata arriba y subí a darme un baño.
Por dios.. ¿Qué había hecho?.
Me dejé llevar otra vez, ¿por qué soy tan estúpida?.
Terminé de bañarme y me recosté un rato en mi cama, estaba muy cansada.
No podía creer lo que me hacía sentir Ian, con solo mirarme me dejaba a su merced, no podía decirle "no".
-¿Estás bien?.- Apareció Ian por la puerta de mi cuarto.
-Lo estaba, antes de que llegaras.-
-Victoria no empieces, me refería a tus muñecas.-
-Un poco lastimadas..- Dije enojada.
-Haberlas.- Se las mostré. -Wow, no pensé que te había lastimado tanto.-
-Pues lo hiciste, y duele.-
-Lo siento, no quise lastimarte.. y lo de recién...-
-Ya, déjalo así.-
-¿Quieres algo para comer o beber? Debes estar muerta.-
-Un jugo de naranja.-
-¿Algo para comer?.-
-No.-
-Aunque sea una tostada, algo.-
-Ian.. no me hagas enojar.-
-Ok.- Se fue enojado.
Derechos reservados de autor SweetLady_123
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Casada a la fuerza
RomanceEsta novela trata de Victoria, hija de un importante dueño de una cadena de hoteles, la típica rica consentida por su padre; que se ve forzada a casarse con un hombre al que no conoce y todo por haber desobedecido a sus padres, ir a una fiesta, embo...