Tatuado

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Y apenas dije mi nombre, topé justo en la camilla negra, afuera el ruido de la máquina sonando y ACDC de fondo. Jeon, ahora acorralándome contra él. Sus manos fueron directo a mi pantalón cerca de mis costados, jugueteando con los espacios vacíos donde debería haber un cinturón, relamió sus labios, me miró sonriendo tan deseoso de algo, que mi piel se tensó ante la visión de su sonrisa juguetona, y su boca se acercó despacio a la mía, golpeándome con su exquisita respiración.

Yo ardía en excitación, mis manos aferradas a la camilla, sus piernas tratando de abarcar espacio suficiente entre las mías. Y sus jeans rozándome se sentía como la gloria, era el cielo y el infierno junto entre mis piernas. Mi cuerpo reaccionó como instinto natural, y mi bulto ahora duro, frenético, expandiéndose dentro de mi ropa interior chocando con su gran regalo divino, duro, duro, preciosamente duro contra mi.

- ¡Ah!- Tapé mi boca avergonzado.

Porque mi boca empezó a hacer sonidos extraños ante el roce contra mí. Y él se apretó más, moviéndose de arriba a abajo, dándose un impulso ligero con sus manos en la camilla, cerca de las mías.

- Shhht, sin ruidos...Park Jimin.-

Me sonrojé al oírlo soltar mi nombre, y su dedo en mi boca señalando que me callara, estaba enamorado de la situación. Más ahora, porque de pronto su boca me empezó a besar la quijada, y dio besos lentos hasta llegar a mi oreja. besó, besó despacio torturando mi piel blanca. Y yo apretaba mis jadeos, quería gritar su nombre. Gritar que en la vida no importaba nada ya, porque solo había una sola y yo la estaba disfrutando justo ahora, con ese cuerpo tatuado encima de mí. Agarre su cintura, que debajo de esa polera negra sin mangas se sentía pequeña y firme. Se sentía caliente y segura.

Lo deseo, yo jodidamente lo deseo.

Me aferré a su polera, imaginé como se sentiría estar felizmente enamorado de un chico, felizmente complacido por él, y esta situación, era y será la más cercana a sentirme enamorado de uno. Me aferre a su espalda, a su cintura, a su piel.

- No te atrevas a soltarme.-

Solté de golpe en su oído con los ojos cerrados. Había tanta pasión entre medio de ambos, que no sabía cómo sucedió todo en tan pocos minutos, yo ya estaba dejando que su lengua se paseara por mi cuello, demonios, se sentía tan bien en mi y su boca aún buscaba pedazos de piel que besar en mis mejillas y cuello. Llegó así lento a mi boca, como buscando más terreno, y yo saqué mi lengua, tratando de alcanzar sus labios.

Y me besó, me besó en los labios como un enfermo, como si hubiese encontrado una nueva obsesión, como si nos conociéramos de toda la vida, y hoy yo había caído por destino escrito en la camilla negra de su trabajo. Había venido a por él, a por sus besos, por sus manos que me estaban sacando la polera, y sus dedos que luego ayudaban a los míos a desabrocharse el pantalón. Rápido, yo parecía una perra en celo, jadeaba excitado y el parecía que babeaba mi nombre mientras me miraba el abdomen y los pezones erectados. Mientras yo lograba bajarme todo, el me chupaba entero, me dejaba marcas en la clavícula y en el pecho, succionaba fuerte. Me dolía, pero me encanta como la mierda, todos sus dientes agarrados en mi como un vampiro y yo sonrojado, hirviendo en excitación, sudando agitado.

- Ven aquí, precioso.-

Me agarró de las nalgas y me subió a la camilla, mis zapatillas aún puestas, mi ropa interior y pantalón en el piso. Y su mano laboreosa quitándose el pantalón y todo lo que yo agradecía que se estuviese arrebatando.

Pedazo de hombre. Era un semental energético, me dejó deleitarme con la vista, todo en el piso y el completamente desnudo subiéndose encima de mí como un felino. Lento y despacio, mirándome a los ojos relamiendo su saliva solo para mí.

Tatuado en mi piel - Three Shot (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora