Jeon

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- Recuéstate, en una hora y media más o menos creo que esto quedará listo-

Rei, el tatuador, prendió la máquina. Todo el proceso común y anterior continuó frente a mis ojos mientras yo estaba sentado en la única silla que encontré cerca. No había nadie más hoy. Y si, impresionantemente me sentí decepcionado. 

¿Yo estaba esperando ver al otro tatuador? Si, lo estaba. 

Y al darme cuenta de ello sentí un ardor extraño en el pecho, me concentré en el ruido de la aguja sobre Tae, en las manos de Rei, y en cuan genial iba a quedar ese tatuaje coloreado. Sin embargo, todo ello dejó de servir, porque una mano tras de mi me corrió con silla y todo, despacio.

Mis ojos vieron dedos tatuados, 

Mano, tatuada.

 Muñeca, tatuada.

Brazo, tatuado hasta al hombro.

Esa era la mano que me tenía enfermo la primera vez. Él si estaba allí. Tragué saliva y miré hacia arriba, el chico tenía la mano en la silla donde yo estaba sentado, y saboreando un chupete en su boca.

Otra vez. 

Nos miramos directo a los ojos, no me atreví a decir ni una sola palabra, porque me congelé al verlo frente a mí. El me ponía ridículamente nervioso.

- Disculpa, estas en mi asiento.-

- ¡Ah! Si, lo siento!-

Me paré de golpe, y me alejé de la silla, parándome nervioso y sumamente incómodo cerca de él. Dejé de verlo a los ojos, e hice como que me concentraba en mi mejor amigo, pero la verdad, solo pensaba en que ese chico estaba cerca, mirándome, y podía decir que incluso sonreía.

- Ten, aquí hay otra.- Me pasó un banco negro, agradecí despacio, y me senté de golpe sin mirarlo.

- Él es el de la serpiente ¿no?-

- ¿Hum?- Yo que intentaba concentrarme en algo que no fuera él.

Pero su voz.

- Dije. Que si él es el chico que se tatúa una serpiente en el cuello.-

Él me sonrió, sentado de piernas abiertas frente al escritorio, sacando de forma sugerente ese caramelo de sus labios y chupando con gusto, haciendo sonidos fuertes cuando succionaba el chupete frente a mí.

Tal vez, tal vez no era sugerente, pero yo veía todo en él de esa manera, hasta la forma en que sus piernas abiertas se movían relajadas en esos jeans rasgados. El debía hacer ejercicio o algo así, porque bajo esos jeans habían piernas firmes y duras. Su cuerpo era estéticamente agradable a la vista, su cara, bella también. Los piercings, jamás creí que podían lucir sexy en alguna piel, y sus manos...

Mierda, yo no soy gay.

- Si, es él. Le gustan...-

Se notaba mi nerviosismo, estaba seguro de eso. Aún no me atrevía a hacer contacto visual con sus ojos por más de cinco segundos, debía ser una estupidez. Ese hombre no podía estar causando algo extraño en mi. ¡No así!

- Tiene anestesia, para que duela menos creo. Pero, le duele igual.-

Traté de decir algo más, no podía lucir intimidado por un extraño, menos por un hombre, pensé.

Él se rió mientras asentía con la cabeza, aún esas piernas estaban abiertas, y justo en medio de ellas, el bulto de su claro regalo de la naturaleza. Yo creo que debía haber baba en algún lugar cerca de mí. Mis mejillas ligeramente calientes, mis dedos jugando entre sí, su voz, sonando más fuerte que las agujas sobre Tae.

Tatuado en mi piel - Three Shot (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora