Veerlith, la paladina carmesí de las estrellas

Prólogo

Extracto de las primeras anotaciones de las Memorias del Emperador:

"Todo se desencadenó en el año 3019. Su nombre, Veerlith.

Advertencia sobre el nombre mencionado: debe pronunciarse parecido a «Firlith», con la «v» de forma fricativa labiodental sonora, como el antiguo holandés hablado en los primeros siglos del tercer milenio." 

Un hombre y una mujer son guerreros de las estrellas humanas y profesan la justicia y la protección. Todo el mundo eleva con las mismas palabras a la mujer, de fulgurantísimo cabello rojo y largo, "Eres demasiado valerosa, impetuosa Veerlith", pero ella no es igual que él.

Aún recuerda como si fuera ayer, como la mano de su amado se escurría de entre sus dedos. Su pesar no ha menguado desde entonces, pero sí su esperanza. Debe ocupar su lugar con honor por si se manifiesta el día que logre regresar él o logre hallarlo ella. Es sometida por un extraño sueño, en un cruce de voces sin rostro, etéreas y difusas:

"Amado, te hallaré, allá dónde hayas caído. Todavía, no hay profundidad en el universo capaz de impedirme recuperarte. Mi destino no recibe paz sin el tuyo. Contínuamente, lloro en mi interior. Sin detenerme"

"Amada, desiste en tu voluntad de hallarme. Tú serás la sucesora de mi sino"

"No pronuncies estas palabras, este sino es tuyo. Y tú debes empuñarlo"

"Veerlith, tú salvarás y unirás a la humanidad. No debes hallarme. Nunca"

"No concibo no hallarte. Te amo. Suscitas el único motivo de mi furia. Tú eres el pretexto de mis actos"

"No. Todos pereceremos si me hallas. La verdadera furia de Veerlith es la salvación"

"No alcanzo a comprender el significado de tus difusas palabras, amor mío"

"Mi amor, eres tan impetuosa como de costumbre. No debes comprender, solo actuar. Lo lograrás, lo sé. Mi amor por ti, jamás sucumbirá, furiosa compañera de mi corazón. Veerlith"