En este libro encontrarás diversas historias SasuSaku sobre verano y amor ¡anímate a leerlas!
★・・・・・・・★・・・・・・・・★
"𝑪𝒖𝒂𝒍𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓 𝑪𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓𝒊𝒐 𝑬𝒔 𝑩𝒊𝒆𝒏𝒗𝒆𝒏𝒊𝒅𝒐"
⚠️Prohibido copias o adaptaciones sin permiso.
↳ ☆ Portada realizad...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Gracias por aceptar haber venido con nosotros, —comentó la azabache— estamos bastante agradecidos con que hayan aceptado nuestra invitación.
— Por supuesto que vendríamos, después de todo estamos libres por ahora. —respondió la pelirrosa.
— Muchas gracias en verdad, pensé que no querría venir. —miró a el azabache.
— Bueno, le cuesta un poco procesarlo, pero tiene que aceptarlo. —comentó nerviosa.
— ¿Le cuesta poco?, han pasado dos años, yo diría que debe ver a un psicólogo. —respondió burlón.
— Bueno, en cierto punto tú tienes la culpa, —confesó— tu llegaste a su vida de no muy buena manera. —sonríe.
— Hm... fue mi profesor, debe superar que...
— ¿Ya puedo pasar?, —interrumpió indiferente— hace calor aquí afuera. —comentó a distancia.
— Bueno, —suspiró— dudo que se acostumbre, ¡Adelante papá!. —comentó la azabache.
Empujó a su acompañante de lado para dejar pasar a sus padres, sonrió amablemente para recibir a dicho azabache que aunque le costara a él mismo aceptarlo tenía casi seis años con ese carácter, solamente había una razón y un culpable.
— Hola papá, ¿Cómo estas?. —preguntó amablemente.
Ella lo había extrañado, y aunque fuera a visitarlo a su hogar no era lo mismo que irse a vivir a otro pequeño hogar, sobretodo no verlo por ahí. A ella la trataba como siempre, como su princesa de porcelana que debe estar cuidada en una vitrina, pero cuando llegaba a ir de visita a su hogar a cierto compañero lo trataba indiferente.
— Hola querida, —la joven besó su mejilla— al menos veo que tú te encuentras bien.
— Bastante, adelante papá.
— Tan educada como siempre, ¿Acaso tú no aprendes eso?, —miró al joven— eres igual que él.
— Buenas tardes señor Uchiha, bienvenido. —respondió nervioso.
Sí, su pequeña princesa había crecido y él de antemano sabía que pasaría, más nunca imaginó con quien, eso era el problema. Su novio, o más bien ahora su esposo, era el culpable de aquel carácter cuando estaban juntos.
"Aceptó" que fuera su novio y ahora esposo, pero no lo trataba como tal, aunque antes se llevaban demasiado bien, ahora no quería que ni lo llamara por su nombre. Lo cual hacía sentir nervioso al joven, pues quería aun aquel trato antes de todo eso, que confiara en él como años atrás lo hacía.
