Día 1

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The pebbles you've arranged
In the sand, they're strange
They speak to me like constellations as we lie here


Seven days in sunny june - Jamiroquai


La luz de la luna se colaba por la ventana con un tenue dibujo sobre el piso de madera. Dentro de la cabaña, había silencio, interrumpido por uno que otro ronquido de Yoongi en la cama de abajo, y un sonido como de estática en la cabeza del mayor de todos los presentes.

Desde donde estaba descansando, podía escuchar claramente el romper impetuoso de las olas del mar en la costa. No sería difícil, no tendría que disimular tanto, el correr agitado de su aliento, el movimiento de las sábanas, el sonido mojado y obsceno de la saliva, la mano y su polla dura.

Su casa en Seúl era más silenciosa, más pacífica. Más aburrida, también, si lo pensaba más francamente consigo mismo. A Seokjin le gustaba el ruido ambiental, y en su casa no podía gozar mucho de ello. Acá sí estaba más contento, con los seis reunidos una vez más, más uno, a quien no esperaba ver de nuevo.

Era cierto, no todas las personas conseguían mantener una amistad por tantos años como ellos. Aquello era tanto un motivo para celebrar como para maldecir. En primer lugar, se tenían una confianza tan absoluta, que todos actuaban con completa naturalidad entre sí, tal cual como eran. No había necesidad de cubrirse con ninguna máscara o coraza. Sin embargo, no estaba permitido cagarla. Cualquier error significaba arruinar una relación hermosa y cultivada por tanto tiempo.

Seokjin estaba a punto de meter las patas y era apenas la primera noche con el grupo.

Seokjin había llegado a eso de las once de la mañana junto a sus amigos, Yoongi y Jungkook, acarreándolos en auto. Habían aportado cada uno con un tercio del precio del combustible, y los acompañantes se habían comprometido también a conducir si Seokjin se cansaba en el trayecto de Seúl a Busán, a la cabaña de veraneo de los Kim.

Namjoon sería quien les daría la bienvenida allá, junto a su hermano menor, Taehyung. Todos habían ido a la misma escuela, sin embargo, Taehyung era un niño chico cuando ellos estaban entrando a secundaria. Seokjin calculaba que era unos cuatro años más joven. Taehyung solía sumarse al grupo porque siempre estaba corriendo tras Namjoon, y por su carácter liviano, el grupo lo acogía con bastante afecto. No era extraño que también se sumara a las vacaciones de verano de sus hyungs.

Siendo sincero, Jin nunca le puso mucha atención, pese a que Taehyung era el tipo de persona que era florero de mesa. Hablaba en volumen alto, salía en cada show del colegio, todos y todas querían ser su amigo. Jin, por su parte, luchaba contra su propia popularidad, la de príncipe de hielo que se negaba a todo avance romántico o declaración, del montón que recibía a diario.

No era que Jin se creyera mejor que los demás, como algunos pensaban. Simplemente, no estaba interesado en el romance y quería tener buenas notas. Ahora que la escuela había finalizado, podía permitirse aventurillas de una noche y salidas a comer con una buena conversación y coqueteo directo, pero nada muy comprometedor.

Las vueltas de la vida a veces resultaban sorprendentes. No esperaba considerar así de atractivo a Taehyung al verlo. Sí, lo recordaba como un chico lindo, pero lo que tenía al frente era mucho más que simplemente bonito.

Lo veía habitualmente en instagram. Taehyung era del tipo de usuario que subía veinte historias por día, de sí mismo hablando, o recorriendo la ciudad, instruyendo con tutoriales, y enseñando bastante más. El muchachito siempre estaba guiñando el ojo, levantándose la camiseta, mostrando el abdomen, sus pantalones a la cadera y la ropa interior de marca, pasando la lengua por sus labios, o chupando una paleta. A Jin le parecía un attention whore. Pero pese a eso, no le caía mal, como otras personas que hacían exactamente lo mismo, pues Taehyung era simpático, divertido y encantador.

Seven days in sunny june {JinTae}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora