Day 11

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Con el pasivo encima

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Cuando sus padres acordaron casarle con un lobo Alfa para forjar una alianza con una manada lejana que podía significar una hermandad provechosa a futuro, MinGyu se extrañó de sobremanera. Siendo un Beta, destinado a proteger al Alfa y a la manada, su mayor aspiración habría sido quedarse solo el resto de su vida cuidando de Jihyo, la Alfa de Sweet Howl, y cuidando también de la familia que formaría con una linda Omega extranjera y menor, quien a MinGyu le causaba cierta ternura por lo esquiva y arisca que podía ser.

Lo natural habría sido que el padre de Jihyo la comprometiera a ella con el dichoso heredero de los Choi, sin embargo, por alguna razón lo usaron a él como moneda.

Y ahí estaba, sentado en la cama de la habitación que compartía con el Alfa Choi SeungCheol de Diamond Moon, mientras el adorable Omega que lo había acompañado desde su llegada se dedicaba a peinar con esmero su cabello castaño. MingHao era delgado, atractivo, y su personalidad era simplemente atrayente, intrigante en cierto punto. A MinGyu le sorprendía que el azabache con el cual compartía cama no hubiese saltado ya sobre el extranjero, habría sido más normal que terminase con él que con un Beta ajeno.

        

Entonces, la Diosa Luna bajó del cielo hacia el moribundo lobo, y lo convirtió en humano para que pudiese vivir con su amada —El más bajo había estado los últimos minutos contándole historias de viajeros que conoció en su antiguo hogar, y aquella precisamente contaba el origen de los licántropos.—

Hao, ¿Qué eras en ese lugar? No a cualquiera le cuentan tantas cosas —Se atrevió a preguntar el moreno, el de cabello gris sólo resoplo una risa que no terminó por salir.—

Fui vendido a los nueve a una casa de placer, Luna, mi trabajo era hacer felices a los hombres, y los viajeros solitarios más que nada buscan alguien que los escuche, aunque no lo digan.. —Respondió como si fuese nada, algo cotidiano, aunque para él sí que lo fue durante años, aunque igualmente trató de evitar un poco la respuesta concreta. MinGyu se removió más por la información que por el apodo, utilizado para las parejas de los Alfas.—

¡¿N-Nueve años?! —MingHao soltó una risa con ganas cuando vio la expresión entre sorprendida y horrorizada del castaño.—

Hey, tranquilo, obvio no comencé a trabajar de inmediato, primero tuve que aprender como hacerlo —El joven lobo proveniente de China sonrió, soltándole el cabello para dejar el cepillo que estaba usando en la repisa frente a la cama, junto a la puerta.—
         

MinGyu lo siguió con la mirada, dudando de si debía preguntarle o no, o si se burlaría de él por lo que quería pedirle. Pero no podía quedarse callado, necesitaba saber, aprender, si iba a quedarse ahí, y Hao era el único que podía considerar su amigo tras ese par de meses.
       

¿Puedes enseñarme? —Soltó de repente cuando el más delgado se volteó para volver con él, tomándolo por sorpresa.— A hacer feliz al Alfa, digo..—

     

Aquella vez que llegó a la manada, MinGyu tuvo la mala suerte de caer en celo, así que sin poder evitarlo SeungCheol tuvo que ayudarlo, cubrirlo, saciar su ardiente hambre. Y ahí se marcó la forma en la que ambos se relacionarían sexualmente hablando. Al Alfa le gustaba verle la espalda, al parecer, el Beta lo agradecía, no tenía que preocuparse por las extrañas expresiones que hacía entre cada embestida, y podía callar sus gemidos con una almohada. Sin embargo, por muy cómodo que se sintiera de esa forma, no podía evitar pensar que aún no lograba darle a Choi lo que él buscaba.

31 days -CheolGyu/MinCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora