Capitulo #3
Camille
-He ido a la casa –dijo Sebastián, deje de lavar los trastos y me volteé con miedo –sigue igual nadie la ha encontrado
-No sé qué decirte Sebas
-Quiero volver –dijo y sentí que la sangre se iba a mis pies –Me iré luego del parto de Niki
-¿Por qué? Pueden encontrarte –sentí miedo no quería que se vaya y me deje no quería estar sin el
-Estoy haciéndole arreglos aun Camille. ¿Quieres verlos mañana? Anda acompáñame
-No se –me volví y fingí que seguía con los trastos me sentí mareada no sabía por qué se quería ir –Eres el único medico aquí Sebastián ellos te necesitan
-Lo sé, por eso me iré luego del parto de Niki no me estas escuchando Camille
-¿Por qué carajo te quieres ir? ¿No eres feliz aquí? –le grite, estaba dolida
-Pueden encontrarnos aquí no me quiero quedar a ver como mueren, no otra vez me niego a sufrir por lo mismo
-Sebas por favor quédate –rogué a punto de llorar
-No llores –tomo mi rostro con ambas manos –Quiero que vengas conmigo, te necesito conmigo. ¿Crees que puedes venir conmigo?
-No podemos ser egoístas
-Vamos a morir todos si nos quedamos aquí van a encontrar la comunidad y querrán llevarse todo. Tú sabes lo que hacen con las personas
-Lo sé, no me lo recuerdes –camine hacia la habitación –No me iré
-No te dejare aquí, ya no te lo estoy consultando nos iremos –dijo en un tono serio
-Tu no me mandas Sebastián no soy nada tuyo no puedes ordenarme nada –creo que le dolieron mis palabras, no más que a mí. Yo me sentía totalmente suya
-Camille lo que dije hace unos días no era cierto, lo dijo de labios para afuera, ya no voy a fingir que no somos nada. Dormimos juntos todos los días preparas mi comida y lavas m ropa no quiero decir que solo eso te define como mi mujer pero tú y yo nos comportamos como un matrimonio hasta cierto punto lo somos y ya me canse de fingir no serlo. No somos amigos eso está claro –eso no me lo espere me dejo sin argumentos no tenía las fuerzas para pelear
-Hablaremos mañana quiero descansar
-Iré a ducharme no te duermas
-Tú no me mandas
-Claro que si –me acosté y espere a que se metiera a la cama
-Estas helado –le dije cuando me abrazo por detrás
-Lo siento, ya se te paso el coraje?
-No, por qué?
-Porque quiero hacerte el amor Camille –me quede helada –No como aquella noche en la que solo fueron minutos de lujuria quiero hacerlo bien, ¿me permites? –como decirle que no a eso –perdóname por levantar la voz, no quiero tratarte así, solo quiero que entiendas que te necesito conmigo.
-No hay más médicos por aquí Sebas, por favor quedémonos
-Tienen un campamento cerca de aquí, vendrán en cualquier momento Camille
-Hay vigilantes día y noche creo que estamos preparados
-¿Peleamos mañana?
-No quiero pelear Sebastián
-Entonces bésame –dice en un susurro, y lo bese, claro que lo hice. Lo bese como siempre quise lo amaba estaba perdida por él. Yo ya no sabía cómo estar sin el –Me mordiste!!! Me dolió
-No seas niña y házmelo de una buena vez
-Si señora
Así fueron muchas noches en las que yo me entregaba en cuerpo y alma a él, no pensaba mucho en el futuro porque yo solo sabía que mi futuro llevaba su nombre. Esperaba de todo corazón que la guerra acabe y tener mi vida con el
Sebastián
La quería yo lo sabía y me dolía, estaba mal ella no se merecía eso ninguna de las dos, pero tanto la quería no podía dejar de mirarla era preciosa su nariz era perfecta y sus labios eran exquisitos, amaba esos labios tanto como su color de piel era perfecta.
-¿Has pensado en lo que te dije anoche?
-No, pero puedo acompañarte a ver el lugar
-¿Y por qué no has pensado en lo otro? Vamos a estar bien ahí
-creo que sigue siendo egoísta
-En estos tiempos que más da Camille
-Importa
-Ya
-¿Qué es lo que quieres?
-A ti y a mí lejos de aquí, en un lugar seguro. Tus padres pueden volver ahí
-Me dejarías sola cuando salga a recolectar y no estaría segura
-Nadie te encontrara ahí, además así podría ir hasta el otro pueblo a ver si tus padres están ahí
-¿Crees que viva? –la abrace por la espalda
-Lo creo, los vamos a encontrar –se voltea para verme
-No juegues con eso
- Yo creo que están vivos –y la bese porque realmente no o sabia pero tenía la fe de que así fuera quería hacerla feliz aunque sea con la ilusión de una mentira –Vamos a la cama te enseñare un par de cosas –ella ríe a carcajadas y juro que mi corazón salto de felicidad
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Siempre hay cosas peores
Roman pour AdolescentsAna es una luchadora, salio de Cuba en busca de días mejores. Sebastián lleva una vida de perdidas, aun tiene fe. Camille es la nominada al Oscar, feliz y sin problemas Pero en medio de una guerra todo puede cambiar