Corazón de hojalata

Capítulo 1: Palabras de hojalata

El viento le golpeaba la nuca mientras daba pasos hacia delante y atrás con la cabeza llena de pensamientos. No podía contárselo a Gary o sería hombre muerto.

Hombre muerto. Repitió en su cabeza.

Una llamada retumba en la habitación como un eco permanente. Se acerca al teléfono, lo gira ciento ochenta grados suavemente con la mano temblorosa hasta poder el autor de la llamada. Lo deja en su posición original y sale de la habitación por la delicada puerta de cristal que la comunicaba con el exterior.

-Buenos días-comentaba mientras pasaba por los abarrotados pasillos del distinguido edificio. 

Iba a un ritmo apresurado hasta que su vista ve una puerta con un cartel que mencionaba " Presidente". Desliza la puerta de cristal hacia la derecha con un suave movimiento. Una figura alta y delgada se torna hacia el hombre que entra. 

-Hay que destruírlo- menciona el hombre. 

-No creo que sea necesario, si invertimos las normas con el 111... Podemos conseguir que no sepa nada.

-¡Pero qué ha podido pasar!- grita el hombre.

-Gary, ¡no lo sé!- continúa gritando- Pudo haber algún error en su fabricación. Hablaré con los operarios que trabajaban en su construcción.

Sale por la puerta y se dirige dando pisadas fuertes hacia una gran sala con un escuadrón de unos trescientos robots aproximadamente. Entra en la sala y camina sobre las filas de hombres metalizados hasta que se para en uno que pone un número en el lado izquiero, él 111. Camina hasta el centro de la habitación donde un espacio rodeado por robots erge una antena de unos seiscientos metros aprximadamente con una pantalla transparente es sus pies.

Desliaza su dedo varias veces sobre esta y el escuadrón de robots da un paso hacia delante mientras un intenso ruído suena en la habitación.

Repite los movimientos varias veces hasta que consigue que el escuadrón de trescientos robots de un giro de trescientos sesenta grados. Repite este movimiento hasta tres veces. Hasta que su vista ve a una figura soltando unas lágrimas y, se da cuenta del problema.