"No te establezcas en una forma, adáptala y construye la tuya propia, y déjala crecer, sé como el agua. Vacía tu mente, sé amorfa, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza se convierte en la taza. Si pones agua en una botella se convierte en la botella. Si la pones en una tetera se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede chocar. Sé agua, Nyx".
Pensarlo y decirlo es fácil. La adaptación resulta difícil para aquellos que no se esfuerzan si quiera en intentar pertenecer a un lugar, en encajar con las leyes sociales establecidas de una determinada comunidad. Nyx piensa así, la mítica frase de Bruce Lee que su padre repetía hasta el cansancio y de cierta forma aprendió a aplicar a su conveniencia, solo cuando es completamente necesario, pero también para situaciones de las cuales debe ser más hábil y astuta que el resto.
Esa tarde en Roma (su ciudad natal), el cielo decidió pintarse de un rojo escarlata, pronto iba a oscurecer y la tormenta no daba indicios de querer parar, las gruesas gotas de agua golpeaban su rostro con violencia pero a ella poco le importaba. La vista del mar era muy pacífica, sus pies descalzos en la arena y el atardecer de fondo era una de sus cosas favoritas.
Muchas cosas habían dejado de importar hace mucho tiempo, a sus 23 casi 24 años había aprendido que el mundo es cruel y despiadado con lo diferente, las enseñanzas de supervivencia de su padre siempre resultaban muy útiles, la había criado bien. Lo extrañaba mucho pero la muerte es certera y silenciosa. Siendo casi las 7 de la noche debía volver a su casa, cambiarse e ir a su trabajo en el bar; debía mantener todo en perfecto equilibrio, su universidad y el trabajo ahora que su padre ya no estaba, debía salir adelante sola.
Trabajar en bar cuyo interior parecía más un prostíbulo no era muy agradable que digamos, al menos la paga es considerable y el uniforme de camarera no era tan porno grafico como el de las bailarinas, era interesante también, había muchas personas con diferentes historias y contrastes. Nyx poseía una increíble habilidad para la seducción y conversación también, fácilmente podía ser una de las damas más codiciadas del lugar pero, prefería estar en la barra, en las sombras, analizando sus posibilidades en caso de que deba huir por cualquier motivo.
Pese a aparentemente ser antisocial contaba con Aradia, su mejor amiga desde que tiene memoria, una chica alta en promedio, elegantes ojos avellanas casi amarillos como los de un gato, cabello rubio y piel morena. Demasiado perfecta para ser real según gran parte de la población universitaria de Roma; Aradia es todo lo opuesto a ella: cálida, amistosa y amable. Nyx en cambio es fría pero, seductora, inteligente y mordaz. Sus grandes ojos verdes son su mayor atractivo, cabello largo y negro, muy atractivas ambas; cada una tiene su rareza que las hace increíblemente llamativas para ambos sexos y ninguna discrimina a la hora de disfrutar.
Eran casi las 10 de la noche, el bar estaba sospechosamente medio vacío para ser un viernes. No podía negarlo había mucha paz cosa que agradecía pues el estrés de estar en parciales le estaba pasando factura y por fin después de casi tres días podía retomar su libro, los altavoces reproducía Manta una canción movida pero tranquila, relajante. Aradia por otro lado estaba coqueteando con un par de hombres no mayores de 30 en la barra.
Luego de casi 20 minutos Aradia pesca el libro de Nyx -Deja ese libro de lado y toma algo, se te va a arrugar la cara si sigues frunciendo el entrecejo así.
-Estoy cansada Ara, es todo -suspira.
-Entiendo que estos últimos meses no han sido fáciles pero, no debes cerrarte en ti, no es sano y lo sabes.
-¿Qué se supone que haga entonces?
-Tu trabajo por ejemplo- dice justo cuando entran varios hombres elegantemente vestidos.
Siempre hay uno que resalta más que el resto, eso es casi ficticio pero es real. No sabe cómo ni porqué pero justo cuando dirige su vista hacia ellos, sus ojos chocan con unos negros, la sensación fue tan asombrosa que resulta hilarante, con solos pocos segundo de ver esas orbes sintió como si su alma dejara su cuerpo por pocos segundos. Extraño y muy familiar la verdad.
Aradia arregla su uniforme que es un vestido de diosa griega, pone su tapabocas que es más una malla para agregar misterio que por bioseguridad realmente, y la empuja hacia esa mesa. Con Smells Like Teen Spirit de fondo ahora Nyx camina hasta allí; elegante y contoneando las caderas llega a la mesa con un paso hipnotizante.
-Caballeros, buenas noches. Soy Nyx su mesera esta noche ¿Qué desean ordenar?
Uno por uno elijen su bebida entre chistes de mal gusto que hábilmente logra desviar, no es si no hasta que llega al poseedor de esos grandes y perturbantes ojos negros que casi flaquea en su sitio. Su voz es demasiado profunda y atractiva. Su cuerpo y expresiones son elegantes e hipnotizantes, desde la vista de cualquiera un supermodelo vestido de empresario. Es todo un Adonis alto, contextura física de ensueño y sus brazo llenos de tatuajes, pero el que más resalta y que ella misma posee es una serpiente en su brazo derecho.
-Yo quiero un London Gin.
-Compermiso- con las bebidas anotadas en su libreta regresa a la barra con la mirada ardiente de ese hombre sobre su espalda.
Para este misterioso hombre cuyo nombre es Alessio Vítale, Nyx es todo lo que está prohibido para él, como empresario de una importante familia italiana debe tener su linaje intacto, una buena esposa, de clase alta como él pero, lo prohibido atrae y más si sus vidas están ligadas por algo mucho más allá de la comprensión humana.
Una antigua leyenda sobre un alma separada en dos de la cual una tremenda guerra azotara cielo e infierno.
Y Alessio lo sabe, ser humano es solo la fachada que usa para encontrar a su querida Astoreth.

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Infierno Rojo
Фэнтези"Sueños, en eso basa mi existencia, de pequeños fragmentos de vidas pasadas en los cuales nunca hallo paz, siempre buscando un complemento".