Si juntamos los dos capítulos anteriores, es decir, el amor y la culpa, obtendremos algo medio jodido.
En lo que va de mi vida muchísimas veces sentí culpa en el amor.
Sentí culpa porque no entendía por qué no le gustaba a la otra persona y la realidad era que no a todos nos gustan todas las personas.
Sentí culpa por hacerle creer a alguien que lo quería, pero después cuando obtenía su atención no sabía como pero los sentimientos desaparecían.
Sentía culpa por no estar las veinticuatro horas del día a disposición del otro porque estudiaba o porque tengo algo que se llama vida propia.
Sentía mucha culpa y de muchas cosas.
¿Y quieren saber algo? No era culpable de nada, solo me estaba atormentando, me estaba ahogando en un pequeño vaso de agua.
Sin embargo, a veces es necesario que aparezcan esas culpas para aumentar el amor propio, para entender que hay cosas que no tienes que volver a hacer por tu bien.
Recuerdo una “culpa” que me marcó para toda la vida, y fue la única vez que me enamoré. Aquella vez que me rompieron el corazón y sentí que había perdido la dignidad de tal manera que nunca más la recuperaría. Me sentí una estúpida y lo único que hice fue decir que la culpable era yo por no haber complacido a la otra persona, por no ser quien le atraía.
Pues aquí la única culpa que tengo todavía es la de haberme basureado a mí misma por una persona que no vale ni un centavo.
Me costó aceptarlo, estuve meses pensando en esa persona, agotando a mis amigos con ese tema aun sabiendo que ellos tenían sus problemas amorosos.
Me sentí usada por esa persona, yo había entregado todo el amor que tenía para ofrecer y me había dejado caer a ciegas en sus brazos, obteniendo en realidad caer al vacío ya que esa persona no estaba ahí para sostenerme.
Aquí es dónde me pregunté, ¿cómo hago para perdonar a alguien que hizo algo así?
Peor todavía, ¿cómo hago para perdonar si esa persona quiere que sigamos siendo amigos? Y así me la pase muchos meces de mi vida. Haciéndole interrogatorios a mi mente y exigiendo respuestas a mi corazón, cuando lo único que lograba era sentir rencor.
Le di varias oportunidades a la idea de seguir siendo amigos con esa persona, pero solo obtuve nuevos fracasos para agregar a la lista. Luego de tiempo entendí que si un ciclo de cierra, sea por voluntad propia o no, no se debe tocar más. Cuando las intenciones se modifican, ya nada vuelve a ser lo mismo. Créanme.
~Holaa me gustaría que comenten o voten si les gustó así sigo subiendo más partes. Gracias! Los quiero~
ESTÁS LEYENDO
Querida estrella, yo deseo... La perfección. 《Editando》
Roman pour Adolescents¿Alguna vez se han preguntado si la perfección existe? O mejor dicho, ¿qué es? Pues yo sí y muchas veces. Esta historia es para aquellos que buscan la perfección, pero no saben que ya la tienen y lo único que tienen que hacer es creer en ellos mism...
