Capítulo 3 -Autoestima-

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Les quiero hacer una pregunta.

Cuando se ven al espejo, ¿qué ven? ¿O son como mi antigua yo que desde los diecisiete a los veinte no quiso tocar ni un espejo?

Aún sigo sin saber el porqué de eso. Solo recuerdo que mi autoestima subía por las escaleras y bajaba en ascensor, lo cual no debería ser así en absoluto.

No hay parámetros en la belleza. La belleza es subjetiva, es decir, si tú te sientes bello pues lo eres y punto. Lo importante es cómo te veas tú, no los demás.

Hasta que cumplí dieciocho viví sometida al “qué dirán”, esta expresión me condenó demasiado tiempo y todavía recuerdo las estúpidas inseguridades que me traía eso también.

Vivía con la idea de agradar al otro o con miedo a lo que piense. ¿Por qué? Eso me pregunto yo. ¿Por qué? No lo sé.

¿Acaso se iba a terminar el mundo porque le diga a esa “amiga” que no aguantaba más su forma de ser?

¿Acaso se iba a terminar el mundo porque le deje los puntos en claro y le demuestre que ser líder conmigo no funciona?

Lo resumo. ¿Acaso me iba a morir por mandarla a la mierda y tener una amistad menos?

¿O mi miedo era quedarme sola? Gran pregunta. Pero la mejor de todas las preguntas es, ¿prefiero quedarme con mis pocos amigos verdaderos, o prefiero no perder una amistad falsa como ella solamente porque me da miedo lo que piense?

A pensar Fiorella. ¿Cuántas veces te guardaste un pensamiento que te hacía mal solamente para que la otra persona no se ofenda?

O peor aún, ¿cuántas veces esa persona si te dijo algo que te hirió muchísimo?

 
Me arrepiento de no haber hecho o no haber intentado muchas cosas por culpa de mis inseguridades y miedos. De algunas estoy a tiempo, de otras ya no.

Querida estrella, yo deseo... La perfección. 《Editando》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora