—Jackson… —Comenzó Mark tratando de bajarse del escritorio pero dos fuertes y grandes manos se posaron nuevamente en su cadera, haciendo esa acción netamente imposible—. Estoy confundido ¿vale? Yo… —Cerrando sus ojos dejó que un suspiro se escapara de sus labios cuando su cuerpo se vio envuelto en los brazos del menor, no podía negar que se sentía tan bien recibir un abrazo como ese viniendo de aquel chico que era tan importante en su vida, por tres meses habían estado distanciados el uno del otro pero ahora… ahora habían compartido un beso antes de que la novia del pelinegro llegase, luego le habían dejado en claro tanto a la chica como a él que era importante para Jackson, más de lo que alguna vez pudo pensar, tanto que hasta había terminado con “la chica de sus sueños” o como solía llamarle Jackson en el primer mes de relación con Suzy.
—No digas nada, por favor. —Susurró el más robusto antes de dejar un beso cerca de la comisura de los labios ajenos; un nuevo suspiro se escuchó pero vino de los labios de Jackson que habían sido capturado por los de Mark en un inocente beso que solo duró un poco pero a la vez lo suficiente para hacer que Jackson disfrutara del contacto, fue como ese primer beso que se dieron a la edad de ocho años luego que Mark se lastimara el tobillo un día de invierno solo que ahora no tenían ocho, ya habían pasado once años tras ese beso que al parecer ambos habían olvidado aunque no, siempre estuvo en los recuerdos de aquellos chicos que se mantuvieron viéndose a los ojos diciendo todo aquello que no podían decir con palabras por miedo a arruinar las cosas—. Te he extrañado. —Admitió acariciando una de las mejillas sonrojadas del mayor, quien lo diría, Mark se veía tan hermoso así, todo sonrojado y apenado.
—Y yo a ti, éstos tres meses han sido… —Bajando la mirada abultó sus labios en un puchero, lo que siempre hacía cuando algo le dolía, ese gesto hizo que a Jackson le revolotearan un centenar de mariposas en su interior, todo era tan raro, besar y estar así con su mejor amigo se sentía tan correcto por lo que dejó de lado todos los prejuicios que en un pasado llegó a tener—. Uhm… no me gusta estar distanciado de ti. —Admitiendo aquello, el pelirrojo alzó solo un poco su mirar hasta ver a su mejor amigo todo embobado por el puchero que aún mantenía en sus labios, ese mismo que fue víctima de los labios del mismo, haciendo que Mark rodeara la cadera del menor al igual que el cuello del mismo con tal de tenerle más cerca, nuevamente fundieron sus labios en un dulce beso el cual poco a poco se fue transformando en uno cargado de deseo y hambre por comerse el uno al otro en medio de un beso. Pero no fue así, la campana sonó y tuvieron que separarse, a pesar de que no iban a usar esa aula no podían darse el lujo que nadie les descubriese besándose o dándose cariño.
Los dos mejores amigos en vez de ir directo a clases, fueron hasta sus casilleros para escabullirse con el grupo de último año que salía temprano aquel día, ambos solo deseaban pasar tiempo juntos como lo hacían antes, tres meses sin tener contacto amistoso hacía que ese par no deseara despegarse por un buen tiempo el uno del otro y menos luego de haber compartido besos y caricias en un aula vacía en su instituto. Sin saber a dónde ir o que hacer, terminaron yendo directamente a la casa de Mark ya que sus padres nunca estaban en el día, así que decidieron quedarse en la sala y ver algunas películas pero eso fue lo menos que hicieron pues Jackson no perdió tiempo en capturar los labios del mayor en un dulce beso que poco a poco fue tomando fuerza.
El delgado cuerpo de Mark se vio atrapado entre el sillón y el robusto cuerpo de su mejor amigo, ambos comenzaron a repartir suaves caricias por el cuerpo del otro, queriendo descubrirse el uno al otro en una forma diferente, ninguno había vuelto a hablar sobre lo confundidos que estaban ya que mientras estaban juntos todo estaba bien, todo iba en un camino natural que ambos habían trazado. Las lenguas que luchaban la una con la otra, las respiraciones forzadas y lentos movimientos de cadera que habían hecho gemir al mayor de los dos fueron presenciadas por la madre del pelirrojo quien se había quedado estática viendo como su hijo estaba debajo de su mejor amigo y recibiendo tantos tratos que nunca pensó que un hombre le daría pero por alguna razón no se escandalizó, solo fue silenciosamente hasta la cocina para dejarle privacidad a ese par; por otro lado, Mark fue el primero en reaccionar cuando escuchó movimientos en la cocina pero al parecer Jackson no deseaba parar y eso lo hizo notar cuando sus labios bajaron hasta el cuello de su mejor amigo quien terminó gimiendo al sentir la lengua ajena pasarse por toda la extensión de su cuello—. Ja-jackson… —El pelinegro nunca pensó que escuchar su nombre entre un gemido se escuchara tan perfecto como en los labios de su mejor amigo, el chico de Hong Kong estaba absorto con las reacciones del pelirrojo pero un nuevo sonido en la cocina lo sacó de su burbuja, pero no sin antes dejar un nuevo beso sobre los labios ajenos.
—Creo que no estamos solos… —Susurró acomodándose sus ropas aunque Mark terminó sentándose a horcadas sobre el regazo del chico quien le tenía embobado—. ¿Vamos a tu habitación? —Alzando las cejas sugestivamente, Mark sonrió mientras asentía ante aquella pregunta, prefirió callar y comenzar a besar el cuello ajeno mientras Jackson se ponía de pie sin soltarle siquiera, por lo que Mark terminó rodeando la cadera impropia mientras su amigo caminaba escalera arriba sosteniéndole del trasero—. Espero que no nos interrumpan. —Mark solo rió y dejó una mordida en el cuello del pelinegro quien suspiró mientras abría la puerta de la habitación impropia la cual cerró a su espalda con el pestillo incluido. Él solo deseaba poder conocer de otra forma a quien ha sido la mejor compañía en su vida. Mark era muy importante para el chico proveniente de China, Mark significaba muchas cosas para él así como Jackson para Mark. A ese punto… ya no había marcha atrás pero no es como si ellos quisieran caminar sobre sus pisadas, solo querían ver hasta dónde podían llegar ambos en medio de hermosas experiencias.