Cuando no pueda más y esté al borde de algo inexistente, limpia mis lágrimas.
Rodéame con tus hermosas y abrumadoras alas blancas, tan blancas como tu piel, en un abrazo en el que pueda sentir tu amor y amistad.
Limpia mis lágrimas, de una forma tan dulce que me de vergüenza sentir tu tacto, tan suave que me envuelve, cálidamente y en medio de ese mar de lamentos.
Limpia mis lágrimas, en medio de la oscuridad que nos rodea y que yo misma he cegado.
Hazme olvidar el presente y llévame de vuelta al pasado, donde todo estaba bien.
"Y todo estará bien" mientras esté a tu lado.
Hasta que mis ojos no derramen ni una gota más y mis heridas hayan sanado.
Hasta que la mañana nos reciba de la misma forma que tus manos tocaron mi rostro, como un soplido.
Hasta ese momento donde tú... ya no estás.