PARTE 2

5.5K 261 20
                                    

Lo poco que recuerdo después de eso es que he conseguido llegar al bar, y ahora estoy gastando la paga ahogando mi rabia en el fondo de una botella de cualquier mierda barata. Han habido muchas veces antes de esta en las que ella se ha marchado, siempre se marcha. Siempre le prometo que voy a cambiar para ella, y de algún modo consigo que vuelva a mi lado, sólo para romper mis promesas y hacer que se marche otra vez. Pero ahora no quiero pensar en eso. 

¿Simplemente te vas a quedar ahí mirando cómo me quemo? Bueno, está bien porque amo la manera en que duele. ¿Simplemente te vas a quedar ahí a oírme llorar? Bueno, está bien porque amo la manera en la que mientes.

Veo que alguien se sienta en el taburete libre al lado del mío, y volteo la cabeza para distinguir a la chica de la otra noche, creo que aún tengo su teléfono en la mano. Supongo que no debería haberla sonreído de la manera en que acabo de hacerlo, más que nada porque básicamente es la responsable de que ahora yo esté sentada aquí, pero, ¿qué más da a estas alturas?

La chica empieza a flirtear exageradamente conmigo, remarcando sus intenciones, al igual que la otra noche. La diferencia es que la otra noche tenía a la persona más importante de mi vida esperándome en casa, y hoy voy a dormir sola. Así que, ¿qué puedo perder?

Ya no tengo nada que perder.

Desvío la mirada de la chica que se está insinuando descaradamente, de la cual no me he aprendido el nombre y tampoco pienso hacerlo, y puedo distinguir un cuerpo menudo demasiado familiar, jugando al billar con unos tíos.

¿En serio tenía que venir aquí?

Alguna vez quisiste tanto a alguien, que apenas puedes respirar cuando estas con ella? Simplemente la encuentras y ninguna de los dos sabéis qué os ha golpeado. Sientes ese sentimiento confuso y cálido. Sí, esos escalofríos, estás acostumbrada a tenerlos. 

Y ahora te sientes enferma sólo de mirarla.

Me quedo mirando a la chica que aún provoca escalofríos en mí cada vez que la veo, flashbacks de nuestro último encuentro pasando por mi mente y provocando que la rabia y el enfado hacia mí misma vuelvan a hervir en mi sangre. 

Nuestras miradas se cruzan, y ella levanta una ceja. Yo me limito a perderme en su mirada, ignorando totalmente las palabras de la otra chica que está ahora demasiado cerca de mi cara. Camila le dedica una corta mirada a la chica sentada a mi lado, antes de inclinarse sobre la mesa de billar y hacer su jugada. Supongo que ha metido la bola, porque se incorpora y se gira hacia el que parece ser su acompañante, probablemente cualquier pringado que quiera echar un polvo esta noche, y le da un beso en los labios.

Levanto las cejas y dejo escapar una risa entre dientes, consciente de que lo ha hecho totalmente a propósito. Bueno, supongo que ha conseguido lo que quería, porque ahora lo único en lo que puedo pensar es en pegarle una puta paliza a ese tipo. 

Pero en vez de hacer eso, dirijo mi atención otra vez a la chica aparentemente con muy poca dignidad que tengo en frente mío, y poco después la tengo sentada a horcajadas sobre mí en el taburete, sus labios en mi cuello, mis manos vagando perezosamente por su espalda mientras mis ojos se mantienen fijos en la chica del otro lado de la habitación, ahora parada completamente y mirándome con una expresión indescifrable en su cara.

No puedo evitar sonreír un poco cuando veo que se acerca hacia mí, mordiéndose el labio como costumbre. 

-¿Podemos hablar? - Dice con tono serio, ignorando mi contacto físico con la otra y dirigiendo su mirada directamente a mis ojos.

-Pensaba que ya había quedado todo dicho. - Ni siquiera sé por qué estoy actuando tan gilipollas. No es su culpa nada de lo que ha pasado y aún así aquí está, haciendo un intento de hablar conmigo y yo siendo una gilipollas.

Eres estúpida, Lauren. 

Baja la mirada al suelo, y después vuelve a dirigirla a mis ojos. Dios, ¿por qué es tan jodidamente perfecta?

-Necesito recoger mis cosas. - Se vuelve a morder el labio inferior - Me dejé las llaves cuando me fui - aclara rápidamente, y a mí me da una punzada de dolor al recordar nuestra escena de antes. Todo esto es culpa mía.

Llegamos en silencio al apartamento alquilado, no muy lejos del bar en el que estábamos. Al entrar tiro las llaves a un lado mientras ella se dirige a lo que era nuestra habitación para recoger sus cosas. La sigo, sin saber muy bien qué decir.

-Así que es de verdad esta vez. - Levanta la mirada, confusa - te vas.

Baja la mirada de vuelta a lo que estaba haciendo, evitando mis ojos verdes. Sé que esto es tan duro para ella como para mí, así que simplemente espero a que me responda.

-Creo que es lo mejor para las dos. - Dice, aún sin levantar la mirada.

-¿Lo mejor? ¿Crees que voy a estar mejor sin ti? - Levanto el tono de voz, la bebida de antes haciendo efecto. Camila por fin levanta la mirada para encontrarse con la mía, y siento que quiero quedarme así para siempre. Mirando sus ojos marrones, sin hacer nada más.

-No parecías estar muy deprimida con esa rubia subida encima de ti. - Su tono cambia, reflejando ironía.

-Tienes suerte de que tuviera a una rubia encima en vez de estar pegándole una paliza a tu amiguito. - Suelto, la familiar sensación de mi ira tomando mi cuerpo extendiéndose.

-¿Y por qué tendrías que pegarle una paliza? Hemos terminado esta mañana, Lauren.

-Estoy tan harta de terminar y no terminar contigo. ¡Estoy harta, Camila! Si quieres quedarte, quédate. ¡Pero no me vuelvas loca cada vez que te rallas la cabeza!

-¡Tú eres la que me ralla! - Deja completamente lo que estaba haciendo y da un paso hacia mí - He venido a por mis putas cosas, déjame en paz.

-¿Y qué si no quiero dejarte en paz?

-Tienes que dejarme en paz, porque he roto contigo, Lauren. 

Mato la distancia que nos separa y la empujo agresivamente contra la pared, presionando mi cuerpo contra el suyo.

-Que hayamos terminado no implica que dejes de ser mía - Se queda callada mirándome con pupilas dilatadas, y yo estampo mis labios contra los suyos, haciendo que su cabeza impacte contra la pared, mordiendo su labio inferior con agresividad antes de volver a separar nuestros labios - Eres mía.

Esta vez es ella la que me coge la mandíbula con una mano, forzándome a besarla otra vez. Nuestros besos son agresivos, hambrientos. La cojo por los muslos y la apoyo contra la pared, sus piernas rodeando mi cintura y sus brazos alrededor de mi cuello, sus ojos nunca dejando los míos ni un segundo mientras deja escapar un gemido.

Puede que ella me vaya a dejar mañana, pero al menos esta noche sigue siendo mía.

-Tuya.

Love The Way You Lie (Camren mini serie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora