PARTE 1

6.8K 287 14
                                    

¿Simplemente te vas a quedar ahí mirando cómo me quemo? Bueno, está bien porque amo la manera en que duele. ¿Simplemente te vas a quedar ahí a oírme llorar? Bueno, está bien porque amo la manera en la que mientes.

Me despierta un fuerte tirón en el brazo, y de repente siento una falta de calor a mi lado. Abro los ojos lentamente sintiendo el punzante dolor de una buena resaca, y me encuentro con unos familiares ojos marrones mirándome, su voz llenando la habitación mientras se levanta de la cama de nuestro pequeño piso alquilado.

-No sé cómo he sido tan estúpida para pensar que cambiarías, Lauren. - El pequeño cuerpo de mi novia vaga por la pobre habitación, buscando lo que parece ser una mochila.

No sé explicar cómo es, pero sí puedo explicar cómo se siente, y ahora mismo siento como si hubiera un cuchillo de acero atravesando mi tráquea. No puedo respirar, pero sigo luchando mientras pueda luchar, siempre y cuando lo malo se sienta bien es como si estuviera volando.

-¿De qué coño estás hablando ahora? 

-¿De qué estoy hablando? Bonito dibujo ese de la mano. - Dirijo mi mirada aún descentrada a mi mano, y distingo un número de teléfono apuntado. Suspiro audiblemente. Ayer estuve hasta tarde en el bar, pero sé que no hice nada. 

-Cariño, esto…

-No, Lauren. No quiero oírte más - Finalmente encuentra la mochila y empieza a llenarla de ropa que encuentra por el suelo de la habitación. Mi pánico empieza a crecer, a pesar de que esta no es la primera vez que pasa esto.

-Escúchame Camila, ¿quieres? - Le digo, incorporándome levemente de la cama - Sabes que sólo estás tú, ayer iba muy borracha, y no sé…

-¿Sabes qué? - dice, dejando de hacer lo que estaba haciendo y acercándose con paso decidido al borde de la cama - No te mereces ni que te escuche. ¡TE ODIO! ¿Me oyes?

Se sube a la cama y empieza a empujarme de los hombros y a golpearme, sin éxito porque consigo cogerle de las muñecas. Me golpea con rabia, las lágrimas corriendo por sus mejillas, y yo no puedo hacer otra cosa que intentar protegerme de sus golpes. Rápidamente doy un giro en la cama y me siento a horcajadas sobre ella, bloqueando sus intentos de golpearme y forzando sus manos a estar por encima de su cabeza.

-¡Eres lo peor que me ha pasado en mi miserable vida! No tengo ni idea de qué sigo haciendo aquí - suelta, sus pupilas dilatadas debido a la agitación mirando directamente dentro de mí.

-Tranquilízate, ¿quieres? Vamos a hablarlo. - noto cómo se relaja debajo de mi agarre y deja de forcejear, así que aflojo mis manos de sus muñecas y me quedo mirándola, expectante.

-Suéltame - escupe la palabra con toda la rabia que le queda, y de un movimiento brusco se quita de debajo de mí, dejándome perpleja en la cama.

Drogada de su amor, borracha de su odio, es como si estuviera aspirando pintura y cuanto más sufro más la quiero, me estoy ahogando. Y justo antes de ahogarme ella me resucita. Ella me odia, y me encanta.

-Eh, espera. ¿Dónde vas? - La sigo en el momento que veo cómo se va de la habitación con la mochila medio vacía. Se dirige hacia la puerta que da a la calle.

-Te estoy dejando, Lauren. - Me contesta, sin ni siquiera girarse a mirarme a la cara. Da un par de pasos más y le cojo el brazo, girándola hacia mí.

-No, no lo estás. ¡Vuelve aquí! - grito, y ella empieza a empujarme de los hombros otra vez, murmurando “te odio” en cada empujón que recibo. 

Estamos volviendo atrás de nuevo, aquí vamos otra vez. Es tan loco, porque cuando esto va bien es genial, pero cuando va mal es horrible. Siento tanta vergüenza de mí misma que estallo.

Intento cogerle de las muñecas otra vez, esta vez más costosamente, y de repente siento un impacto en mi mejilla, seguido de un calor que se extiende. Me echo hacia atrás a causa del impacto, cogiéndome la mejilla ardiente y apretando los dientes. Le dirijo una mirada de odio, y rápidamente avanzo dos pasos hacia ella, haciendo que retroceda y poniendo su delgado cuerpo entre la pared y el mío. Miro directamente a esos ojos marrones que tantos sentimientos me causan, ahora llenos de odio y llenándome a mí misma de odio.

-Te estoy dejando, Lauren. - Dice Camila, con un tono de voz más bajo comparado a los gritos anteriores. Yo cierro los ojos, sin permitir que esas palabras se cuelen por mi cerebro.

-No, no lo estás, ¡Joder! - Dejo que mi rabia se apodere de mí, dándole un puñetazo a la pared, a centímetros de su cabeza, haciendo un agujero en la pared de papel.

Ambas nos quedamos calladas después de eso, mirándonos fijamente a los ojos. Esos ojos marrones que aún consiguen quitarme el aire de los pulmones, ahora no reflejan nada. Ni miedo, ni rabia, ni odio, como lo hacían dos minutos antes. Ahora reflejan cansancio. El cansancio que supone nuestra relación. 

Le pongo las manos encima, nunca volveré a caer tan bajo otra vez. Supongo que no conozco mi propia fuerza.

Quedamos así unos minutos, hasta que ella finalmente baja la mirada y pone una mano en mi pecho, apartándome suavemente, y yo esta vez hago lo que quiere.

-Adiós, Lauren. - Esas son sus últimas palabras, y poco después sale de mi vista, dejándome aún inclinada sobre la pared, mi puño aún metido en ella. Oigo un sollozo ahogado y sus pasos alejarse de mí, seguidos de el horrible sonido de una puerta al cerrándose junto a todas mis esperanzas.

Love The Way You Lie (Camren mini serie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora