Encuentros Olor Café.

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???: Yo soy él capitán del equipo masculino, me llamo Jeon Jungkook.

T/n: Bonito nombre Jeon Jungkook, parece él de algún poema, uno clásico. - Reí mientras lo analizaba de pies a cabeza con discreción.

Jk: Me gusta tu manera de pensar, es profunda y romántica. - Sonrió coqueto, mientras se acomodaba en otra silla a un lado de mí.

T/n: ¿Enserio? no lo creo, sólo soy transparente cuando de sentimientos se trata.

Jk: Dicen que la verdad es uno de los tesoros más valiosos del mundo, no todos tienen ese don y no a todos se les regala.

T/n: Hmmm, eso me encantó. - Sonreí mirándolo a los ojos.
ese chico, tenía unos ojos encantadores, cómo dos luceros brillando en la superficie de un mar profundo y oscuro, junto con unos labios rojizos y brillantes.

Jk: Fue un gusto conocerte señorita T/n, espero que nos podamos ver otra vez. - Se paró de su asiento e hizo una reverencia, para después salir con todo su equipo.

No dejó ni siquiera pronunciar una letra, sólo me dejó con la intriga de seguir viéndolo cara a cara y hablar con él.

Después de un tiempo llegaron las chicas, listas para entrenar, unos minutos más tarde llegó él entrenador, comenzamos a practicar y dar algunos partidos.

05:21 PM.

Acabamos aquellas largas, imparables y fuertes practicas, fueron 7 horas que cada minuto duraba el triple, pero todas estabamos satisfechas.

Me despedí de las demás y del entrenador, para después irme a casa en mi carro con mi música favorita, me tomé una ducha y me puse a pensar...

Pensaba en la manera de hablar de Jeon, de pensar, su honestidad que penetraba cualquier corazón y pureza que se notaba a metros.

Sonreí y unos escalofríos recorrieron por todo mi cuerpo, termine de bañarme y me fui a vestir, tomé unos jeans y un abrigo para salir a caminar tranquilamente.

Busan, un lugar de temperaturas bajas pero su gente era cálida, con su propia magia y consuelo.

Comencé a caminar por él centro, dónde estaban las tiendas, restaurantes y cafeterías, pero algo llamó mi atención.

"Café y perritos".

Sí, básicamente era un café y también podías convivir con perritos, sin dudarlo fui a aquél local y me pedí un americano.

Elegí una mesa y al instante, varios perritos de todas las razas, tamaños y colores llegaron a mi y me rodearon.

No pude resistir a su ternura y me arrodille a acariciar a cada uno de ellos, recibiendo como respuesta pequeñas lamidas en todo mi rostro.

— Pero mira a quien me encontré y en que situación.

Escuché una voz familiar, que juraba haber oído antes, me volteé y vi a quien menos esperé.

Jk: T/n, ¿No te levantarás a decirme hola, Buenas tardes?. - Dijo con una risa, dándome su mano para ayudarme a levantarme.

T/n: Que imagen tan grosera tienes de mí. - Reí irónicamente y me levanté.

Jk: No esperaba verte por estos rumbos esta noche.

T/n: Vivo un tanto cerca y quise pasear un poco por él centro y encontré este café con una combinación y aroma muy peculiar.

Jk: Lo sé, aquí vengo cuando tengo ratos libres después de los entrenamientos, es un lugar muy pacífico.

T/n: Tienes razón. - Dije acomodando un mechón de mi pelo.

Jk: La última vez que hablamos, creo que proporcionamos mucha soberbia y sabiduría que apuesto a la que nosotros estamos acostumbrados, así que perdón, la culpa la tiene ese sentimiento cuando hablas con alguien como tú, con un pensamiento tan maduro, profundo y penetrante.

Wow, este chico si es interesante, tiene una vista de la vida muy particular que a mí me llama la atención, su perfume a dulces rosas que lo caracteriza, pero que en esta ocasión se impregnó de un olor a café y ambos parecían estar en sintonía.

Nos sentamos en una mesa juntos y comenzamos a platicar cómo si nos conociéramos desde siempre, para muchas personas sería raro e incómodo, pero para nosotros era al revés.

Él tiempo, como siempre, pasó y fue una maldición para mí, mi curiosidad de seguir hablando con él no se había llenado, pero se hacía tarde.

Jk: Vamos, te acompaño hasta tu casa, que estas horas son peligrosas para cualquiera. - sonrió cálidamente.

Asentí y el me siguió hasta mi casa contando anécdotas muy curiosas y divertidas, que me sacaron una que otra carcajada.

Llegamos y él se despidió amablemente para yo sólo limitarme a soltar un "Hasta pronto".

Subí a mi habitación para ser recibida por Kristal, me puse mi pijama y me tomé él tiempo para ordenar mis pensamientos, procesar las anécdotas de la semana, días o que habían pasado hace unas horas; pero resaltaba él encuentro olor a café.

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2019 ⏰

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