Capítulo dos - ¿Quién lo diría?

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- ¡Vamos SeokJin! - lo alentaban - ¡Un trago más!

¿Cómo llego a esto? Sigan su lectura y sáciense con la intriga.

Kim SeokJin, el profesor de literatura que por una noche decidió seguir a sus amigos.

¿Qué hacía?

Bebía, bebía y bebía. Su vista se nublaba y sus sentidos se apagan.

¿Cómo está compuesta la sangre?

¿Glóbulos blancos?, ¿Glóbulos rojos?... ¿Plaquetas?

No, claro que no.

Alcohol, alcohol y alcohol. Su sangre no era roja y sus tonalidades ni se acercaban.

- ¡Uno más! ¡Uno más!

- ¡Vamos pequeñín! ¡Baila! ¡Baila! - golpeaban los clientes ebrios la barra animandolo.

- ¡Cuidado puedes caerte! - dijo el bartender nervioso alzando sus brazos acalanbrados - ¿Me estás escuchando?

Imposible, eso era.

Suspiró, aquella sonrisa de corazón ya no existía sobre su boca.

Por obvias razones, pues era su trabajo lidiar con consumidores regulares o no de alcohol, ya se habia tratado con casos así pero, por lo menos, no llegaban al punto de aquel grupo que se presentó esa noche.

Eran un desastre. Le sacarían pelos blancos a su querida cabellera roja.

No, no, claro que no. Hoy no daría esperanzas a aquellos hombres.

¿Quién iba a pensar que Hoseok tenía un limite?

- ¡Vamos pastelito! ¡Mueve tus caderas!

- ¿Cómo?... ¿Así? - respondió cierto chico con cabellos de oro, tierno e inocente.

"¿¡Pastelito!?, ¿¡Pastelito!?, ¿¡Pastelito!?"

¿¡Quién fue el osado!? - se preguntó el de tes pálida.

Sus labios rosados tetaban a cualquier hombre sobre la barra y, una persona tan inocente como él, no se daba cuenta

O al menos eso creía él. Era su inocente. Su chico. Su dulce. Suyo y solamente suyo.

- ¡Woooo! ¡Si sabes moverte pastelito!

El nombrado río sonrojado, tan... dulce como siempre.

Claro que esa fue la gota que rebalso el vaso llamado paciencia no existente de Min Yoongi.

- ¡JiMin, baja de ahí ahora mismo!

- ¿O sino qué?...

- ¡JungKook! ¿¡Por qué no me amas!? - reprochó cierto castaño ocultando sus "lagrimas" con su antebrazo.

- TaeHyung... Yo... Yo... - decía cierto azabache que, difícilmente se mantenía de pie frente a él.

Más bien parecia que ponía en practica un danza que solamente se basaba en tambalearse de izquierda a derecha.

- ¡Anda, dilo! - dijo haciendo un puchero irresistente para JungKook - ¡Di que te gusta ella!

- ¿E-Ella? - hipó mareado.

- ¡Sí, ella!, ¡Estás todo el tiempo con ella, según tú, dando clases! - puso sus brazos a sus costados.

- ¡Es mi compañera de trabajo TaeHyung!

- ¡Ya admitelo de una vez y no me seduzcas más con tus irresistibles encantos!, ¡La amas!

Sus lágrimas no cesaban. Estaba dolido, increíblemente herido, y no conforme con eso...

>> ¡Yo no puedo darte un cuerpo de modelo, porque no lo tengo! - apretó su inexistente barriga - ¡Yo no puedo darte unos ojos miel, porque no los tengo! - tocó su rostro - ¡Yo no puedo darte una belleza envidiable, porque soy...

No pudo terminar con su discurso de imperfecciones ya que JungKook había tomado sus mejillas entre sus manos, acercándolo en un beso esquimal.

Sus labios estaban tan cerca, ¡Tan cerca! ¿Por qué de no acortar la distancia?

Se acercó un poco más, un poco más hasta que...

- ¡Wooooo! - gritaron todos los espectadores.

- ¡7, 7 botellas son con esta!

- ¡Es un cementerio de botellas! - tocó las mencionadas de vidrio que al golpearse producieron su típico sonido, anunciando su esperada soledad.

Vacías.

- ¡Que les digo!, ¡Soy Kim SeokJin, el hombre mundialmente guapo! - dijo lanzando un beso a los aires.

- E increíble - habló el hombre de voz profunda y cabellos marrones que, quién sabe como o por ahora, estaba sentado a su lado rodeando con su brazo izquierdo fuertemente la cintura del mayor.

El elogiado le sonrió y besó castamente su hoyuelo izquierdo que, a pesar del poco tiempo, ya se había enamorado de ambos.

- ¿Sabes qué? Para muchas cosas puedo ser irresistible.

¿O le había dicho increíble? Que más da.

- Ah, ¿Si? - dijo acercándolo más a él.

- Sí, y puedo demostrartelo...

Y aquí es donde comienza nuestra historia. En donde SeokJin se preguntaría a la mañana siguiente, en medio de bolsas de basura mal olientes, dónde estaba.

Les invitó a seguir la historia, creanme, no querrán perderse qué paso esa noche.

En todo caso, ¿Y SeokJin?

¿Qué hizo el respetado profesor de literatura?

Ese reconocimiento precisamente a partir de esas horas dejaría de ser una causa verdadera.

¿Quién lo diría?

¿Quién diría que JungKook tenía razón al advertirle que no despertaria en su cama?


Esperen qué...




✒ ¡GRACIAS POR LEER! 💜

Supremo coco // [°NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora