𝘽𝙤𝙭𝙞𝙣𝙜𓂃.#2

19🖤

Después de casi media hora Sienna al fin despertó, Yoongi seguía junto a ella sin soltar su mano. No pensaba alejarse de ella por nada del mundo

—Amor —llamó Yoongi acariciando su mejilla suavemente. La chica solo sonrió ampliamente—¿Estas bien?

—Ahora que estas aquí si —se acomodó mejor en la cama con la ayuda de Yoongi.

—Sienna, ¿que fue lo que pasó?

—Nada —bajó su cabeza soltando la mano del rubio. Estaba nerviosa y no quería que Yoongi se preocupara.

—Solo dime, todo estará bien —el rubio volvió a tomar la mano de la chica dándole un poco más de confianza para que hablara.

—Después de la clase de gimnasia fui a las duchas— ella hablaba sin verlo a los ojos, se sentía apenada— Y él llegó de repente e intentó tocarme pero te lo juro que yo no lo provoqué él llegó  y...

—Amor, cálmate— interrumpió Yoongi ya que Sienna empezó a alterarse y a llorar, él sabía que esto no era fácil para ella—Sé que tú no hiciste nada, ese tipo no debió hacerte nada. Tranquila—la abrazó mientras acariciaba su cabello.

—¿Me crees?

—Claro que te creo, siempre te creeré—dejó un pequeño beso en la cabeza de la chica y siguió abrazandola.

Yoongi más que nadie sabía todo lo que Sienna había sufrido y ahora entendía porque reaccionó así cuando el tipo ese intento tocarla, todo esto le recordaba a su pasado. Él iba a estar con ella y la apoyaría hasta el final porque ahora ella era parte importante de su vida

La pareja fue interrumpida por el sonido de la puerta abriéndose, por esta aparecieron Baek y Jimin, quien al verlos abrazados suspiraron enternecidos

—Debo decir que es la primera vez que veo a Yoongi siendo lindo ¿eh?— habló Jimin recibiendo una mirada asesina por parte del rubio —Vamos Yoongi, sabes que es verdad— agregó dando un leve golpe en el hombro del chico.

—Deja de molestar —regañó Baek tomándolo del brazo—Sienna, nos alegra mucho ver que ya estas mejor

—Gracias —respondió por lo bajo.

—Buenas— la doctora interrumpió entrando a la habitación con una nota en su mano—Ya veo que estas bien

—Si, ¿ya puedo irme?

—Si pero tienes que tomar esto por si te vuelve a dar otro ataque

—No se preocupe, yo cuidaré de ella— Yoongi tomó la nota de la doctora—¿Podemos irnos?

Cuando la doctora dijo que si, Sienna rápidamente bajó de la cama en lo que Yoongi buscaba sus cosas. Todos salieron de ahí, Sienna insistía en quedarse pero Yoongi no iba a dejar que se quedara, al menos por hoy debía descansar

El chico manejaba en completo silencio, la chica junto a él tampoco intentaba romper el silencio. Aún se sentía mal por lo que había pasado, hace mucho no le daban ese tipo de ataques y volver a pasar por eso no fue lo mejor

—Si algo malo te vuelve a pasar por favor dímelo ¿si?— Yoongi se giró unos segundos para verla a los ojos.

El rubio no escuchó respuesta alguna pero si escuchó los sollozos de la chica. Se preocupó así que rápidamente tomó una de sus manos y dejó un pequeño beso en esta

—No llores por favor, no me gusta verte mal

—Lo siento—limpió sus lágrimas e intentó calmarse pero le era difícil. Estaba demasiado conmovida por todo lo que Yoongi estaba haciendo por ella, jamás había recibido la atención de un hombre de esa forma y saber que había alguien preocupándose por ella la hacía querer llorar y dejar salir todo.

—Llegamos—anunció Yoongi soltando la mano de la chica para bajarse rápidamente e ir a abrirle.

Sienna salió del auto tomando la mano de Yoongi quien se detuvo frente a ella viéndola con una leve sonrisa

—De hoy en adelante yo cuídare de ti así que no llores más —dijo limpiando con la yema de sus dedos cualquier rastro de lágrimas de la chica—Tú no eres la culpable de nada, eres la mejor chica del mundo y la única en mi corazón —sonrio abrazandola. La pegó a su pecho mientras acariciaba su cabello suavemente.

—Gracias por estar conmigo —susurro dejándose abrazar por el rubio sintiendo el rico aroma que emanaba.

—Vamos, tienes que descansar—tomó la mano de la chica y ambos subieron al apartamento.

Sienna no podía creer que el chico tan molesto que conoció en el gimnasio ahora estaba siendo el motivo de su felicidad, jamás pensó que encontraría el amor después de haber pasado por tantas cosas pero ahí estaba ella, sintiéndose feliz y protegida por el hombre más maravilloso que había conocido

Estaba más que segura que Yoongi era completamente diferente a los demás, sabía que al principio no todo fue muy bueno pero apesar de todo notó que él no era como la mayoría de los tipos que había conocido

Solo esperaba poder darle la misma felicidad que él le causa, no quería decepcionar que Yoongi.

—Sienna, ven aquí —dijo Yoongi golpeando el colchón en el que se encontraba sentado. La chica lo vio y fue a sentarse junto a él.

—¿Que sucede?— jugueteba nerviosa con sus manos sin mirar a los ojos al rubio.

—Mírame —tomó la barbilla de chica elevando su cabeza para que lo viera—Prométeme que de hoy en adelante intentaras dejar todos esos pensamientos malos que tienes hacia ti, no dejes que nadie te haga daño ni física ni mentalmente. Sé que eres lo suficientemente fuerte para no permitirlo— sin darse cuenta ella se encontraba llorando nuevamente y odiaba eso, odiaba sentirse tan vulnerable— Recuerda siempre que tú no tienes la culpa de nada, eres fuerte y buena. Yo estaré aquí contigo siempre, cuando necesitas apoyarte en alguien aquí estaré. No estas sola

El rubio terminó abrazandola mientras ella lloraba en su hombro, por años se guardó todo el dolor que sentía. Nunca había sido escuchada o consolada por alguien y que Yoongi lo hiciera significaba mucho para ella

—Todo estara bien, confío en ti y sé que lo harás bien—susurro alejándose para verla a los ojos—Las mujeres son más fuerte que los hombres así que ahora tú tendrás que protegerme a mí —sonrio limpiando sus lagrimas.

—Eres un tonto—rio entre lágrimas para volver a abrazar al rubio.

—Perdón por ser tonto— la tomó del hombro haciendo que ambos cayeran acostados sobre la cama—Vamos a descansar, mañana despertarás siendo la mujer más fuerte y segura del mundo e irás a patear traseros a la universidad— río provocando que ella también lo hiciera.

—Lo haré, por hoy solo quiero ser débil y que me abraces mucho

—Lo que tú digas, estoy a tus órdenes —cubrió sus cuerpos con la sábana mientras la abrazaba fuertemente.